Edvald Boasson Hagen Tour

Cuando aparece un corredor, joven y con talento, que por clase y número de victorias destaca sobre el resto de su generación, los medios se dilatan y contraen con demasiada facilidad, casi destinando a épocas y ciclos a ciclistas que necesitan trabajo y tranquilidad. Nuevos Merckx hay cada 3 o 4 años. Quizás no pase tanto en Noruega, país que encaja en lo no tradicional del mundo ciclista, como en España o Italia, donde la pasión es mucho mayor, pero la sensación de tener una joya del ciclismo y que en un momento dado pueda parecer un corredor sobrevalorado amansa lo positivo y aviva lo menos bueno sea de donde sea el corredor. En el caso de Edvald Boasson Hagen, tras años despuntando en el calendario .2 y en las pruebas menos punteras .1, tanto en Team Maxbo-Bianchi como en High Road, la calidad del noruego, y casi el futuro en grandes escaparates, habían quedado en entredicho tras su paso a Sky debido a un cuestionable 2010, y un comienzo de 2011 en el que no encontró la victoria hasta el mes de mayo -en la Bayern-Rundfhart-. Que si no rendía en pruebas de kilometraje alto. Que si tenía muchos problemas de lesiones. Que si…

En el Tour que acaba de finalizar ha cambiado los comentarios que ponían interrogantes a su talento, por unas loas y alabanzas mucho más que merecidas. Ahora, por fin parece que lo que ha supuesto Thor Hushovd para el ciclismo noruego tiene continuidad en la figura de Boasson Hagen. Y lo que te rondaré morena. Porque el de Rudsbygd ha buscado y encontrado la victoria en el Tour de Francia de dos maneras. Las dos diferentes y en las dos demostrando muchas y diferentes cualidades. Cualidades que muchos conocíamos pero que pocos han sabido defender a lo largo de 2010 y la primera parte de la presente temporada.

Lisieux. Saber estar, instinto, disfrutar y no malgastar la ayuda de un compañero, rematar. Condición de killer. Pinerolo. Elegir la escapada buena, por piernas o por clase… o por las dos. Subir y seleccionar. Distanciar en la bajada y rodando imperial en el llano. Ganar en solitario siendo el más rápido de la fuga. Madera de grandeza. La continuidad en lo más alto del ciclismo noruego está asegurada con Edvald Boasson Hagen.

Y aún no sabemos dónde. Porque el límite de este corredor formado físicamente entre el esquí de fondo y el ciclismo aún no está claro. Todo indica a que podría ser más o menos lo que quiera. Potencia. Aptitud para subir cotas. Condiciones para cronear de manera sobresaliente. Una maravilla de tan sólo 24 años que cuenta con… agárrense a la silla ¡más de 50 victorias como profesional! Y aún así muchos permitían la duda ante tanto talento. A veces la expectativa es mala consejera. Porque, para bien o para mal, cambia el juicio de hasta lo que es indiscutible. Y la calidad, la clase y las condiciones de Boasson Hagen es una de esas cosas que en el ciclismo no debería tener discusión alguna. Porque se tome como objetivo las clásicas de piedras, las de cotas, algunas vueltas menores o todo a la vez, tiene aptitudes para seguir dejando la bandera noruega en lo más alto. Y por muchos año más.