Un australiano, santo y seña de un equipo que gira en torno a él, alcanzó su sueño al imponerse en la clasificación general del Tour de Francia, el primer aussie que lo logra tras siete intentos en los que rozó la gloria de manera consecutiva en 2007 y 2008. Con 34 años le llega el premio, un justo premio a la regularidad que ha sabido mantener durante los 21 días de competición. Y es que el cuarto puesto en la general obtenido tras la etapa con final en Galibier Serre-Chevalier fue el peor a lo largo del Tour. Desde el Mont des Alouettes hasta los Campos Elíseos de París, Cadel Evans no perdió la cara a la carrera, una carrera que durante la primera semana significó el final de las aspiraciones para muchos y en la que él consiguió la victoria en el Muro de Bretagne por delante de Alberto Contador para certificar su gran momento de forma.
Un comienzo atípico, sin prólogo y con un repecho era el escenario elegido para el final de la primera etapa. El Mont des Alouettes, en la Vendeé francesa, tierra del Europcar, coronó al favorito número uno. Philippe Gilbert cumplió los pronósticos y se impuso con suma facilidad bajo la atenta mirada de los molinos presentes en la cima gala. El campeón belga seguía completando una temporada increíble mientras que el otro campeón, Alberto Contador, veía como una caída le hacía perder 1:20 respecto al ganador de la etapa. Junto al pinteño, Samuel Sánchez llegó también cortado. La CRE de Les Essarts aupó a Thor Hushovd al amarillo tras la victoria de su equipo, el Garmin-Cervélo, uno de los grandes dominadores del Tour merced a las victorias de Tyler Farrar y del propio Hushovd por partida doble, además de la CRE y de la general por equipos. Y es que han sido los equipos anglosajones los grandes protagonistas de este Tour 2011. El capital inglés y americano ha sido el triunfador. Al protagonismo del Garmin-Cervélo, se le unen la victoria en la clasificación general del BMC, las cinco etapas y el maillot verde de Mark Cavendish para el HTC-High Road y las dos etapas de Edvald Boasson Hagen para el Team Sky.
Pese a ser batido en el primer sprint en la victoria de Farrar, Mark Cavendish ha sido dueño y señor de las volattas. El británico sólo fue derrotado en Redon por el americano y en Carmaux por André Greipel después de una difícil situación para el ciclista del HTC-High Road ya que no pudo contar con la ayuda de sus compañeros. Junto a ellos, el otro protagonista fue el campeón español José Joaquín Rojas. El murciano luchó de tú a tú ante Cavendish por el maillot verde beneficiado por los finales complicados y la regularidad que mantiene el ciclista del Movistar. El conjunto de Unzué obtuvo de la mano de Rui Costa la victoria de etapa que tenían como objetivo antes del comienzo.
Pero desgraciadamente, las caídas también fueron protagonistas durante el primer tercio de la carrera. Favoritos de la talla de Bradley Wiggins, Jurgen Van den Broeck, Chris Horner, Janez Brajkovic o Alexandre Vinokourov dijeron adiós antes de tiempo, mientras que otros como Robert Gesink, Levi Leipheimer o Ryder Hesjedal perdieron todas sus opciones de poder luchar por la general. Total, una lucha por el amarillo un tanto descafeinada ante la falta de tanta gente importante. Las montoneras no fueron las únicas caídas. Desgraciadamente, terceras personas fueron los artífices de graves caídas. Niki Sorensen compañero de Alberto Contador en Saxo Bank vio como una moto de prensa le llevaba la bici por delante tras una arriesgada maniobra del piloto. Peor aún le fueron las cosas a Joan Antoni Flecha y Johnny Hoogerland. Integrantes de la escapada que acabaría luchando por la victoria en Saint Flour fueron arrollados por uno de los coches de la televisión francesa, provocando la caída del español que arrastró al holandés al suelo yendo a parar contra una valla quedando enredado en el espino que cercaba un pastizal. El ciclista del Vacansoleil-DMC acabó con 33 puntos de sutura que puso en dudosidad su continuidad en carrera.
Antes de la llegada de los Pirineos se dio una de las clave de la carrera. En la misma escapada en que se produjo el incidente de Flecha y Hoogerland, viajaban Thomas Voeckler, Sandy Casar y Luis León Sánchez. La etapa fue a parar para el ciclista del Rabobank, primera victoria española, mientras que el gran grupo conducido por Gilbert entraba a 3:59. Thomas Voeckler vestía de nuevo el amarillo después de hacerlo durante diez jornadas en 2004. El genial francés tenía 2:26 de ventaja respecto al primer favorito, Cadel Evans.
Los Pirineos pasaron sin pena ni gloria. La victoria de Samuel Sánchez en Luz Ardiden fue lo más destacado de los tres días que estuvo el Tour en las montañas pirenaicas. El astuariano aprovechó la vigilancia entre los favoritos para saltar pocos kilómetros antes de comenzar la ascensión y lograr una meritoria victoria, su primera victoria en el Tour y en el mismo lugar donde Roberto Laiseka consiguió el primer triunfo para el Euskaltel-Euskadi. El tanteo entre los favoritos y los ataques de peseta de los hermanos Schleck fueron los protagonistas en las rampas de Luz Ardiden que vieron como Voeckler consiguió entrar con el mismo tiempo. El col del Aubisque situado a poco más de 40 kilómetros de la meta de Lourdes fue el escenario de la cruel y a la vez gran victoria de Thor Hushovd. El noruego arrebató la victoria un Jéremy Roy que se quedó a las puertas del éxito tras una larga cabalgada en solitario. El francés lograría el premio a la combatividad subiendo al pódium de París. Plateau de Beille era la última estación del paso del Tour por los Pirineos. De nuevo la vigilancia fue la protagonista y un ataque de Jelle Vanendert fue suficiente para obtener la victoria en la estación francesa. El bloqueo que supuso la incertidumbre del estado de Alberto Contador que arrastraba las secuelas de una dura caída en la que rodilla derecha fue la gran perjudicada hizo que, de nuevo, el grupo de favoritos llegase junto a la meta con Samuel Sánchez aprovechando otra vez las circunstancias de carrera. Resultado, pasaban los Pirineos y Voeckler mantenía intacta la ventaja mientras que Cadel Evans era el gran beneficiado de la situación.
Tras un decepcionante primer bloque montañoso, los Alpes marcarían las diferencias entre unos y otros. Las dos etapas previas a las dos grandes jornadas alpinas supuso el regreso de la emoción a una carrera que en muchas fases rozó el máximo aburrimiento. Los finales en Gap y Pinerolo donde la cima de un puerto de segunda se encontraba a escasos diez kilómetros de meta. Allí se vio la mejor cara de Contador. El pinteño atacó en ambas etapas aliándose con Samuel Sánchez en el descenso. El mal tiempo en Gap fue aprovechado por el dúo y Cadel Evans para distanciar a los hermanos Schleck, mientras que en Pinerolo, el descenso vio como Voeckler se salía dos veces llegando retrasado a meta. Dos jornadas con un puerto final hicieron más diferencias que las etapas de Pirineos.
Galibier y Alpe D´Huez vivieron dos jornadas de ciclismo épico. En una etapa con las ascensiones a Agnelo, Izoard y Galibier por Lautaret, Andy Schleck atacó en el Izoard y aprovechando el trabajo de Jost Posthuma primero y Maxime Monfort después para abrir un considerable hueco respecto al grupo del líder que llegó alcanzar los cuatro minutos. En la ascensión del Galibier se vio un espectacular mano a mano entre Andy y Cadel Evans. El aussie se encargó en primera persona de reducir la ventaja del ciclista del Leopard-Trek. Si quería seguir teniendo opciones a vestir el amarillo final, Evans debía dar la cara. Vaya si lo hizo. La ventaja se redujo hasta los 2:15 en meta, una ventaja que dejaba a 57 segundos la distancia entre ambos. La noticia en meta fue el desfallecimiento de Contador en los kilómetros finales que le hacían perder las opciones de victoria al igual que Samuel Sánchez, cortado antes de coronar Lautaret. Por su parte, Thomas Voeckler conseguía mantener el amarillo con apenas 15 segundos respecto al menos de los Schleck.
Pero si épico fue la etapa del Galibier, más épica e injusta fue el final en Alpe D´Huez. El centenario del Galibier fue celebrado por todo lo alto por los ciclistas. Nada más comenzar la ascensión al Telegraphe, Contador atacó yéndose con Andy Schleck. El pinteño demostró su casta de campeón para acabar morir matando. El líder Voeckler intento seguirles, comprobándose con el paso de los kilómetros ser un fatal error para sus intereses. Evans de nuevo intentó echar la escapada abajo lográndolo en el descenso camino de la base del Alpe D´Huez donde el grupo llegó compacto. En las rampas de la mítica cima, Contador lo intentó de nuevo yéndose en solitario. Samuel Sánchez conectaría más tarde junto a un Pierre Rolland que completaría su Tour con la victoria etapa y el triunfo en la clasificación de los jóvenes. Por detrás, Evans llegó junto a los hermanos Schleck con Voeckler cediendo el amarillo a Andy antes de la contrarreloj en Grenoble.
En Grenoble Cadel Evans cumplió las previsiones y fue capaz de recortar la distancia con Andy Schleck para alcanzar el amarillo. El paseo final en París dejo como ganador a Mark Cavendish certificando el maillot verde, única clasificación que no estaba totalmente decidida.
El público de París aplaudió un pódium que pasará a la historia. Primer australiano que ganaba un Tour acompañado por dos hermanos por primera vez. Junto a ellos, Mark Cavendish con el maillot verde, Samuel Sánchez como mejor escalador, Pierre Rolland como mejor joven, Jéremy Roy como el más combativo y el Garmin-Cervélo como mejor equipo fueron los protagonistas de una fiesta que alzó a Cadel Evans por encima del resto.
Excelente resumen de la carrera. Faltaría resaltar los de los italianos y lo de Peraud.