¿Cómo puede un ciclista pasar en seis meses de ganar la Paris-Nice a terminar penúltimo en la Vuelta a España? La respuesta solo la tiene Carlos Alberto Betancur, el ciclista colombiano que empezó la temporada en el cielo y la terminó en la miseria deportiva. Su año, carente de cualquier lógica, ha demostrado dos cosas: que tiene un talento extraordinario y que su entrega por la bicicleta está muy por debajo del mismo.
Betancur estará en Ag2r La Mondiale hasta 2016 pese a la serie de desencuentros entre equipo y ciclista en la segunda mitad de la temporada. Empezaron, que se sepa, en el Tour de Francia, cuando se esperaba que el colombiano volviera de su país a principios de junio para debutar en la carrera más importante del mundo y, para sorpresa de su equipo y de su entrenador (Michele Bartoli, nada menos), desapareció. En su entorno explicaron que estaría de vuelta en Europa para preparar la Vuelta y el Mundial. Esta vez apareció, pero en un estado de forma inaceptable para un ciclista profesional.
Este es un tema recurrente con Betancur. “Cuando se quita el maillot, se ve claro que aún no está en forma para competir”, dijo un compañero del colombiano a Bicycling durante la Paris-Nice que se llevó el de Ag2r. Incluso en sus mejores momentos, la profesionalidad de Betancur para mantenerse en forma se ponía en duda. No en vano, empezó la temporada bastante mal en el Tour de San Luis (111º de la general) y nada podía hacer imaginar una victoria en Niza solo seis semanas más tarde.
Desde que ganó la carrera hacia el Sol, Betancur no ha vuelto a estar entre los veinte primeros clasificados de ninguna otra prueba. Su resultado más destacable (no es broma) es el 45º puesto en el Tour de Beijing, donde consiguió hasta terminar 24º en la segunda etapa. Los resultados son intolerables para un ciclista con talento suficiente para estar peleando por los primeros puestos de las grandes clásicas y de las grandes vueltas.
Después de su inexplicable ausencia en el Tour, su mentor, Franco Gini, dijo entonces que estaba sufriendo un citomegalovirus que le impidió haber llegado a tiempo a Francia y competir en la Grand Bouclé. Vincent Lavenue, director de Ag2r La Mondiale, explica en declaraciones a Cyclingnews que Betancur “estuvo enfermo”, pero que en el equipo nunca llegaron a descubrir “qué clase de enfermedad tenía”. En el ciclismo, una pregunta sin respuesta muy a menudo se resuelve con una sospecha.
Más allá de eso, el propio Gini dijo en junio que el colombiano “tiene tanto talento que el equipo no se querrá dar por vencido con él”. Y así sucede. “Tuve una buena charla con Carlos durante la Vuelta –asegura Lavenue– y parece va a llevar a cabo lo que dijimos. Creo que tiene buenas intenciones y espero que las siga durante el invierno, porque queremos tener al mejor Carlos Betancur otra vez. El chico tiene un talento tan increíble… es una locura”.
Lavenue señala entre los problemas que Betancur siga viviendo en Italia (llegó a Europa a través de allí; su primer equipo fue el Acqua & Sapone), no está muy claro si porque no le convence el entorno que tiene en la Toscana el colombiano o porque allí, fuera de Francia, es más difícil para el equipo seguirle y vigilarle. Pero de nuevo, el gran problema es la profesionalidad: “Necesita organizar su vida y comportarse como un atleta campeón. Tiene un problema de peso que necesita controlar y para el que le hemos ofrecido ayuda, pero al final, de él depende la dirección que le quiera dar a su carrera”, sentencia Lavenue.
Depende de Betancur, que se convertirá en padre en los próximos meses. El ciclismo está lleno de corredores talentosos que nunca tuvieron la capacidad de sacrificio suficiente para establecerse en la élite de la bicicleta. Tuvieron amagos, fases más o menos continuadas de esfuerzo, buena forma y resultados, pero nunca duraba lo suficiente.
El sacrificio es una capacidad más, igual que ser mejor cuesta arriba, que aguantar mejor que nadie los altos kilometrajes o que ser rápido en una llegada al sprint. Dadas las preguntas que le han acompañado desde los albores de su carrera –todo su entorno, incluido Bartoli, se ha preguntado siempre en qué forma llegaría a tal o cual prueba–, parece que Betancur no cuenta con el sacrificio entre sus habilidades. Es mucho mejor subiendo una montaña que preparándose para subirla.
El sacrificio, igual que la resistencia, también se puede trabajar. Pero Betancur podrá vivir hasta cuando él quiera de la bicicleta, porque con su talento nunca le faltarán ofertas para seguir en el ciclismo profesional. Si fue capaz de ganar la Paris-Nice en un paréntesis de solo tres semanas dentro de un 2014 para olvidar, es probable que en el futuro pueda hacer cosas similares. Hace unos días cumplió 25 años, y su director tiene razón: su futuro solo depende de él.
Este colombiano me hace sembrar dudas. No tengo claro que sea un corredor regular.
Me explico. Es probable de que el año que viene pueda hacer buenas carreras e incluso ganar alguna etapa, o incluso hacer un buen Giro (por ejemplo). Pero algo me da, que cuando consigue algún éxito, se deja ir y vuelve a las andadas….
El tiempo lo dirá…
Muy objetivo tu análisis, creo q Bananito es un fuera de clase y como tu dices con disciplina llegará a ser el remplazo de Valverde. Sobre su pasado creo q el 2013 fue inmadurez y vagancia pero el 2014 fue mala suerte por esa enfermedad tan dura…. Pero cría fama y echate a la. Cama
Aca en Colombia se le va perdiendo la fe tambien. El medio que rodea a los corredores no siempre es el mejor. Malas influencias, fama a la cabeza, vagancia en general. Ojala ya siendo padre siente cabeza y logre muchos triunfos en el 2015. El Tour lo tiene todo para que el brille!