
(Foto: Lauren Beyller)
El 15 de octubre de 2013 colgó la bici después de 14 temporadas como profesional. Una victoria de etapa en su primer Tour de Francia, el triunfo en la Het Volk y varios podios entre la París-Roubaix y el Tour de Flandes son sus greatest hits. Es Juan Antonio Flecha (1/9/1977 – Junín, Buenos Aires, Argentina), rodador, aventurero y referencia del pavé en España. Un año después de su retirada está centrado en los estudios (cursa un grado en Marketing e Investigación de Mercados), intenta hacer deporte todos los días y viaja con su tabla de surf por el mundo en busca de las mejores olas. Monta en bici para rodar con los amigos y explorar nuevas o viejas rutas, pero dice que se aburre si pasa más de dos o tres horas encima del sillín. Un clasicómano que ya es un clásico.
Flecha hace un hueco en su agenda y nos recibe bajo la lluvia en Casteldefells, uno de los últimos días del verano. Son las 11.00, llega a golpe de pedal en su Batavus Old Dutch (una preciosa bici de paseo vintage) y se pide un agua con gas. Nos cuenta que lleva horas despierto, estudiando, y que no tiene mucho tiempo porque tiene que coger el tren a Sitges antes del mediodía. A sus 37 años, Flecha ha descubierto la vida por segunda vez. “Estoy en un proceso personal diferente, ahora disfruto del día a día, algo que no he podido hacer desde que entrenaba para llegar a profesional. Mis prioridades son la universidad y pasar más tiempo con los amigos y la familia”, reconoce. Y disfrutar del tiempo con su tabla y entre las olas. En unos días vuela a las Islas Maldivas. Ya tiene los billetes de avión. Es un tío feliz.
Un año después de su última carrera, el Tour de Beijing, Flecha lo tiene claro: “No echo de menos nada de la competición. Ni salir a entrenar ni ir a las carreras. Después de una trayectoria deportiva tan larga y exprimida (14 temporadas, 918 días de competición y más de 140.000km con un dorsal a la espalda) lo he dejado porque quiero. Es una etapa pasada y la recuerdo con cariño, pero el ciclismo me ha quitado muchas cosas a nivel personal”. ¿Y cuáles son esas cosas? “Básicamente todo lo que no he podido hacer mientras estaba montado en la bicicleta”, responde rápido.
Flecha nos descubre que recibió una oferta para seguir en el mundo de las dos ruedas: “Me dieron la oportunidad de estar más involucrado en el ciclismo, pero la he dejado pasar”. Cansado de la competición, no piensa en volver a ponerse un dorsal: “No tiene sentido. Mucha gente me dice ‘ahora correrás la Quebrantahuesos, ¿no?’, pero ni me lo planteo. La competición al máximo nivel es muy exigente y desde que lo he dejado lo último que pienso es en apuntarme a una cicloturista. Marcarse un objetivo es una obligación y ya no tengo objetivos ni obligaciones a nivel deportivo”.
“No le doy importancia al valor de un país o una bandera”
En la nueva vida de Flecha el presente manda sobre el futuro, pero hay un hueco para el pasado y sus memorias encima de la bici. Todo empezó en Argentina, donde nació y vivió hasta los once años. “Mis primeras pedaladas sin los ruedines fueron a los tres años, todavía estaba en Argentina y allí empecé a competir cuando tenía siete, pero no descubrí el ciclismo profesional hasta que llegué a España”. Flecha es argentino y creció en Cataluña, pero no le da mucha importancia a la identidad nacional: “No olvido mis raíces, que están en Argentina, pero si me preguntas de dónde soy tendría que valorar otros conceptos. He viajado mucho, conocido otras culturas y no le doy demasiada importancia al valor de un país o una bandera”.
Flecha recuerda que le gustaba montar en bici e ir a las carreras. “Pero nadie me dijo que tenía un don o podría llegar a profesionales”. Tampoco olvida su época amateur: “Fue la peor. Ver la frustración de corredores muy buenos que nunca firmaron por un equipo profesional me generó mucha incertidumbre. Mi sueño era llegar a convertirme en un ciclista profesional y no sabía si iba a tener la oportunidad, pero cuando llegó el momento lo valoré muchísimo. Esa oportunidad marcó mi futuro en el ciclismo”.
“Descubrí las carreras de pavé por Eurosport”
El nombre de Flecha estará siempre asociado al pavé. Tres podios en la París-Roubaix (segundo en 2007 y tercero en 2005 y 2010), uno en el Tour de Flandes (2008) y un triunfo en la Het Volk (2010) –logró otros cuatro puestos de honor en la clásica que abre el calendario belga de primavera– son sus grandes hazañas sobre las piedras, los mejores resultados de un español en los adoquines –sin olvidar la victoria de Óscar Freire en la Gante-Wevelgem y los dos podios de Miguel Poblet en la Roubaix–. “Descubrí las carreras de pavé por Eurosport cuando era juvenil. Apenas había españoles, pero recuerdo que (Rubén) Galván, del Kelme, iba como loco a correr la Roubaix. Estar ahí algún día se convirtió en mi objetivo”, evoca Flecha.
“Las clásicas sobre adoquines son carreras únicas porque sólo se corren una vez al año, tienen otra dificultad y son muy diferentes en la táctica y la técnica. Lo bonito de las grandes carreras como Roubaix o Flandes es que la organización haya mantenido con tanto cuidado esos tramos o muros de pavé que las hacen tan especiales”, explica Flecha. ¿Y los adoquines en el Tour? “El pavé siempre ha formado parte del ciclismo y está en sus raíces, no entiendo la polémica cuando los adoquines siempre han estado ahí. Es como si yo sugiero que no haya puertos de montaña o llegadas al sprint. Es ilógico”, opina.
“Roubaix siempre ha sido mi sueño”
La relación de Flecha con la París-Roubaix merece un aparte. Once veces consecutivas (2003-2013) corrió el ‘Infierno del Norte’ y en todas acabó entre los treinta mejores en el mítico velódromo de Roubaix. “Siempre ha sido mi sueño, el objetivo principal en mi carrera deportiva y la prueba que más he deseado, disfrutado y de la que más recuerdos tengo”, explica Flecha, que se subió tres veces al podio, pero nunca a lo más alto para recibir el adoquín que premia al ganador: “Ojalá lo hubiera ganado, pero jamás he tenido esa obsesión. Hay que saber disfrutar de lo que has conseguido porque a todo deportista le falta algo en su carrera. Es el caso de Kilian Jornet, que lo ganó todo en ultratrail y sigue buscando nuevos retos. O el de Fabian (Cancellara) y (Tom) Boonen, que han ganado mucho, pero no han alcanzado a Merckx o De Vlaeminck (los dos ciclistas con más monumentos)”.
¿Y cuál es el triunfo que más ha disfrutado Flecha en su carrera? “La etapa que gané en el Tour de Francia (Narbonne-Toulouse, 17 de julio de 2003), en el primer Tour de mi carrera, una gran suerte como profesional”, recuerda. “Era un día corto (153km), se rodó muy rápido y tardó mucho en hacerse la escapada (la primera hora de carrera transcurrió a 47km/h) y que la diferencia con el pelotón nunca fue muy grande (llegó a un máximo de cuatro minutos) y no estaba claro que la fuga fuese a llegar a meta. Me acuerdo de todo tipo de detalles y sensaciones, más de la carrera que del podio”, rememora Flecha con ojos brillantes.
“Sky lo ganó todo sin el mayor presupuesto, esa es su grandeza”
Aquella victoria en Toulouse y su proyección como especialista en las clásicas de pavé le llevaron lejos del ciclismo español. Tras dos años en Relax-Fuenlabrada y otros dos en iBanesto.com, Flecha firmó por el Fassa Bortolo. “Lo hice por mi visión del ciclismo. Mi objetivo era ser un corredor de Flandes y Roubaix y necesitaba un grupo de gente que corriese en esas carreras”, detalla. Pero Flecha no se considera un precursor. “En aquella época ya salían otros españoles al extranjero, como (Pedro) Horrillo, (Igor) Astarloa, (Óscar) Freire o Carlos (Sastre)”, añade.
Dos años en Fassa, cuatro en Rabobank, tres en Sky y uno en Vacansoleil. Flecha pasó diez de sus catorce temporadas como profesional fuera de España. “La cultura del ciclismo está más arraigada en otros países, pero a la hora de trabajar no hay tantas diferencias entre un equipo español o uno extranjero. Viajar enriquece personalmente, aporta otra perspectiva y ayuda a adaptarse a todo tipo de circunstancias, pero en un grupo de trabajo ciclista se repite casi la misma dinámica en España, Italia o los Países Bajos”, argumenta.
Flecha hace un aparte para el equipo Sky. “La esencia del Sky es no hacer las cosas de una manera porque se habían hecho así durante años. Es un equipo que implementó nuevos conceptos y cambió la metodología de trabajo. Su objetivo siempre fue mejorar a sus corredores para ganar. Y lo ganó todo sin el mayor presupuesto del pelotón. Esa es su grandeza”, destaca.
“Ha salido gente muy buena, pero nadie como Freire”
Flecha coincidió en el tiempo con dos de los mejores especialistas del pavé en la historia: Fabian Cancellara y Tom Boonen. “Fabian es el corredor con el que he tenido más complicidad y amistad. Coincidimos en Fassa Bortolo y compartíamos habitación y concentraciones. Era muy joven, pero ya se le veían cosas de genio. Nunca escucharás a nadie hablar mal de Fabian. Tiene sus cosas, pero es muy buen tipo, una persona sencilla, hijo de emigrantes italianos en Suiza”, revela Flecha, que analiza la rivalidad entre el suizo y Tommeke: “Son dos genios que se encontraron en el mismo momento. Han marcado una época que se recordará durante mucho tiempo”.
Óscar Freire, uno de los mejores ciclistas españoles en la historia y fue compañero de Flecha en Rabobank y la selección. “Óscar es un rara avis en el ciclismo español, capaz de ganar un Mundial como neoprofesional, confirmarlo con dos triunfos más y tres victorias en la Milano-Sanremo. Era un ciclista muy completo, un genio. Ha salido gente muy buena, pero pocos como él. Ojalá se valorase con perspectiva todo lo que ha hecho”, reconoce Flecha, que evita las comparaciones con el genio del arcoíris: “Cuando salieron (Peter) Sagan o (Edvald) Boasson Hagen enseguida los compararon con Freire, pero aún les queda mucho por ganar si quieren llegar a su altura. Sagan es un corredor súper talentoso y que parecía que se iba a comer el mundo, pero todavía no lo ha conseguido. De ganar muchas etapas en el Tour y varios maillots verdes a ganar un Mundial o una San Remo hay un escalón muy grande”.
Nosotros los aficionados somos los que te echamos de menos, Flecha ídolo.
En el mismo artículo:
1. “Ha salido gente muy buena, pero nadie como Freire”
2. “Ha salido gente muy buena, pero pocos como él”
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