Team Astana - Siegerehrung der Österreich-Rundfahrt 2013 in Wien

Foto: Manfred Werner

Pocas noticias tan malas para el ciclismo como que el equipo del ganador del Tour tenga tres casos de dopaje reconocidos. Después de que los hermanos Iglinskiy diesen positivo por EPO entre septiembre y octubre, hoy se ha sabido que Ilya Davidenok ha sido suspendido porque un control detectó anabolizantes en su organismo en el Tour del Porvenir.

Davidenok no era un ciclista de Astana como tal, sino un stagiaire. De 22 años, el ciclista kazajo llegó en 2012 a la disciplina del equipo continental de la estructura. Desde este mes de agosto además quedaba disponible para participar con el equipo World Tour del Astana, con el que solo llegó a disputar la Vuelta a Burgos. No le hicieron falta más pruebas con Nibali y cía. porque tuvo suficientes con el calendario continental.

Para su edad y sus circunstancias, los resultados de Davidenok esta temporada han sido muy buenos. Hasta el 1 de agosto, fecha del inicio como stagiaire, consiguió tres victorias: una etapa y la general del Tour de Qinghai Lake, y el campeonato en ruta de Kazajistán. Llegaría también una cuarta, una etapa en el Tour del Porvenir. La carrera donde ha dado positivo.

De momento, la UCI ha pedido oficialmente a la comisión de licencias que investigue al equipo kazajo para concluir si debe seguir formando parte del World Tour o no. Algo antes del positivo de Davidenok, Alexander Vinokourov, mánager general del Astana, había asegurado que tendría una reunión con Brian Cookson y la UCI. “Los abogados y médicos del equipo irán conmigo y llevaremos los documentos necesarios”, explicó el exciclista en una entrevista en un medio del país.

La cuerda, por tanto, ya estaba tensa antes de que apareciera el caso de Davidenok, así que el positivo del stagiaire complica más las cosas al equipo de Vincenzo Nibali. Hay alguna opción de que el nuevo resultado adverso solo toque de refilón a Astana. Al fin y al cabo, Davidenok competía con la selección kazaja en el Tour del Porvenir y nunca ha llegado a ser miembro pleno del equipo World Tour.

Sí que competía con todas las de la ley en el equipo Continental, de nombre también Astana y, como es lógico, estrechamente vinculado al conjunto de la máxima categoría. La comisión de licencias –órgano de la UCI que concede y anula licencias a los equipos para entrar y salir del World Tour– revisará la política antidopaje de Astana y concluirá hasta qué punto la dirección del equipo es responsable de estos casos. Si en la revisión va incluida la ética del programa antidopaje del equipo, parece claro que no se puede desligar al equipo Continental del World Tour.

No está claro por dónde circulará la investigación de la comisión de licencias, pero los precedentes del Astana son tan oscuros como para que Vinokourov se preocupe de verdad. Sus tres positivos –más el caso de Roman Kreuziger, exonerado por su federación nacional pero cuyos valores anómalos se produjeron cuando estaba con la estructura asiática– en una temporada son mucho más, por ejemplo, de lo que sirvió para que Katusha se quedase durante unas semanas (hasta que medió el TAS) sin licencia para la temporada 2013.

Una turbia trayectoria

Y es que hay más de tres positivos: la trayectoria de Astana en general es la más sombría de todos los equipos que forman el World Tour. En la historia del equipo, nacido por la huida de un patrocinador tras la Operación Puerto, cuenta con más de un episodio de problemas financieros y con un nutrido historial de positivos y suspensiones. Entre ellos, Alberto Contador, Eddy Mazzoleni, Andrei Kashechkin y Mathias Kessler.

También, cómo no, el propio Vinokourov, asociado asmismo a compra venta de carreras. Es significativo que sea el exciclista rubio quien deba solucionar ante la comisión de licencias los problemas en los que el dopaje ha metido a Astana. Vinokourov tiene que demostrar que el dopaje no es sistemático en su equipo, y los tres positivos en dos ciclistas menores y un stagiaire se lo ponen difícil.

Las consecuencias de perderse el World Tour no serían catastróficas en un sentido deportivo. Con Vincenzo Nibali y Fabio Aru en sus filas, el Astana probablemente sería invitado a las tres vueltas grandes –al menos al Giro y al Tour– y a las carreras más importantes del calendario. Sí se pueden perder el Tour Down Under, debido al reglamento del Movimiento por un Ciclismo Creíble (MPCC), del que forman parte. Ya les sucedió con el Tour de Beijing, y no estarían en Australia si el “stagiaire” cuenta como parte del equipo.

Salir del World Tour, en cambio, tendría consecuencias muy negativas para la credibilidad del equipo. Y con Nibali y Aru en sus filas, especialmente el primero, la credibilidad del ciclismo depende en cierta medida de la credibilidad de Astana. La comisión de licencias de la UCI no tiene una tarea sencilla.