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Las hojas muertas empiezan a olerse, el otoño ha llegado con Lombardía en el horizonte. Pero antes de la disputa de último Monumento de la temporada esta tarde se ha disputado la 93ª edición de la Milano-Torino, una de las escasísimas oportunidades de los escaladores para dejarse ver en carreras de un día. Y con la Basilica di Superga de testigo, Giampaolo Caruso (Katusha) se ha reencontrado con la victoria).
Se ponía en marcha la carrera con retraso debido a una manifestación contra la central eléctrica de Settimo, y tras unas primeras escaramuzas Jérôme Pineau (IAM Cycling), Lorenzo Rota (MG KVis Wilier), Nicola Dal Santo (Nankang Fondriest) y Gianluca Leonardi (Area Zero) lograban formar la fuga de la jornada pasados los 40km. Una hora a 48km/h tras la cual el ritmo del pelotón frenaba en seco para poco después recuperar una media de 46km/h cuando los fugados habían alcanzado los seis minutos de ventaja.
Sin especial peligro, el gran grupo controlaba una fuga cuyo margen subía y bajaba a voluntad de Astana y Tinkoff – Saxo. A falta de 25km se afrontaban por primera vez las duras rampas de la ascensión a La Basilica di Superga, y allí acababa la aventura de Pineau al tiempo que se producía el primer movimiento serio del día con el ataque de Dario Cataldo (Team Sky), Julián Arredondo (Trek Factory Racing), Alberto Losada (Katusha) y Diego Rosa (Androni Giocattoli – Venezuela), quien coronaba la primera ascensión con 15″ de ventaja sobre un pelotón reducido a menos de una cincuentena de unidades.
Ataques y contraataques camino de la segunda ascensión, pero al pie Tinkoff – Saxo había cumplido el objetivo del día. Llegar allí con las opciones de Alberto Contador intactas. Lo que no contaban era con el soberbio día de los hombres de Katusha. El primero en atacar era Sergei Chernetski, tras el cual saltaban Fränk Schleck (Trek Factory Racing) y Rinaldo Nocentini (Ag2r – La Mondiale) con Giampaolo Caruso como secante mientras por detrás los favoritos se vigilaban a 15″ de cabeza de carrera.
Los dos italianos llegaban a rueda del ruso, quien ya había perdido cualquier opción bajo el triángulo rojo del último kilómetro, y se preparaban para disputarse la victoria ante la lejanía del grupo. Allí Rinaldo Nocentini no fue rival para Giampaolo Caruso. Una victoria de nivel para el italiano que se vio secundada por la magnífica actuación de sus compañeros. Dani Moreno 3º, Joaquim Rodríguez 5º y Sergei Chernetski 7º. Un día redondo para la escuadra rusa.
Llamativo que Caruso pudiera con Nocentini, que en condiciones normales se lo habría merendado en un final así. Está claro que los años no pasan en balde…