Se acabó. Thor Hushovd (Grimstad, Noruega, 1978), se despedía ayer del ciclismo profesional en la Primus Classic Impanis – Van Petegem. Atrás deja una década y media de carrera como élite y muchas victorias que le acreditan como uno de los velocistas más versátiles y completos de los últimos años. Su adiós llega en vísperas de la carrera que le lanzó al estrellato absoluto: el Campeonato del Mundo, en el que logró el arcoíris en la prueba en línea en el año 2010.
No era la primera vez que se enfundaba el jersey multicolor de fondo blanco; como sub-23, se había hecho con el oro en la contrarreloj individual en 1998. Aunque en la máxima categoría no cultivase en exceso sus cualidades para la lucha individual, llegó a lograr algunos sonados triunfos en la misma, destacando por encima de todos su victoria en el prólogo del Tour de Francia 2006. Francia le hizo como ciclista; 9 temporadas en Crédit Agricole y 10 victorias de etapa en el Tour, además del maillot de la regularidad en dos ocasiones: 2005 y 2009.
Nunca fue el sprinter más rápido de su generación, aunque en la década pasada sí llegó a estar entre los mejores. La clave de sus victorias, que abarcan etapas en las tres grandes vueltas, residía en la superioridad en otros terrenos respecto a algunos de sus rivales directos . Mejor rodador y con mayor capacidad para la escalada que los demás, además de extraordinario bajador, disfrutaba de un mayor abanico de recorridos en los que imponer su sprint final.

Tour de Francia y arcoíris. Junto a Roubaix, los pilares de su carrera deportiva | Foto © Laurie Beylier
Las clásicas fueron el punto controvertido de Thor Hushovd. Enamorado de la Paris – Roubaix, nunca pudo lograr la victoria en el velódromo pese a entrar en el podio tanto en 2009 como 2010. Sus tácticas excesivamente conservadoras pudieron jugarle más de una mala pasada, particularmente en 2011, cuando parecía más fuerte que nunca pero no se atrevió a salir de la sombra de Fabian Cancellara. Logró también dos podios en Milano – Sanremo. Las clásicas de muros, sin embargo, siempre se le atragantaron. Una victoria en Het Nieuwsblad (2009) no oculta que De Ronde jamás estuvo siquiera remotamente a su alcance.
Tras ganar el Mundial de Geelong en 2010, ya ampliamente superada la treintena, tuvo que reconvertirse, y supo hacerlo con éxito. Perdiendo la punta de velocidad de años jóvenes, se amparó en sus otras capacidades para lograr algunos de sus mejores triunfos. Su actuación en el Tour de Francia del año siguiente, vestido de arcoíris, es uno de los mejores recuerdos de su carrera. Llevó el amarillo varios días, resistiendo etapas de notable dureza, y logró dos triunfos en escapadas de nivel. El primero de ellos, con el Aubisque de por medio, es el mejor ciclismo que Hushovd llegó a ofrecer. Atacando en el coloso para sorprender a los escaladores, pudo coronar sin perder mucho tiempo y, con una bajada prodigiosa y sus dotes para rodar, marchase en el final para imponerse en solitario.
Sus últimos años en las filas del BMC no han sido satisfactorios. Tras un 2012 casi en blanco por un virus, remontó el vuelo parcialmente en 2013 para lograr numerosas victorias en la segunda mitad de temporada, aunque lejos de los objetivos de primer nivel que había estado disputando hasta entonces. Cansado por los altibajos motivados por recurrentes problemas de salud, terminó decidiendo que 2014 sería su año de despedida. Su estampa poderosa despedía un innegable carisma, y aunque muchas veces ofreció un ciclismo menos vistoso del que sus piernas podrían proporcionar, se echará de menos al hombre que llevó a Noruega al primer plano de nuestro deporte.
Muchas gracias Thor por tantas grandes tardes. Enorme ciclista y no solo por su corpulencia, un tipo capaz de ganar la regularidad del Tour, vestir de amarillo, ganar dos etapas de alta montaña, resolver en fugas, ganar Mundial, odio en Roubaix… un todoterreno al que creo que con salud podriamos haber disfrutado un poco más. Hoye en dia, hay muchos ciclistas de su estilo, como su compatriota Kristoff, Degenkolb o Sagan, pero en su época era raro ver reconvertirse a alguien como él, a mi me sorprendió su versatilidad y siempre luchó, sobre todo en el Tour… gracias por estos 15 años.