Un ciclista épico frente a un reto épico. Es lo que se va a vivir a las 19 horas del 18 de septiembre en el velódromo suizo de Grenchen. Jens Voigt, retirado en agosto a los 42 años quiere regularnos una última pincelada de su calidad y, para ello, ha pensado intentar batir el Récord de la hora. Esta prueba, que parecía abandonada en los últimos años, resurgió con fuerza en las mentes de todo cuando Fabian Cancellara dijo que pretendería batirlo antes del comienzo de esta temporada.
Finalmente, ha sido su compañero Voigt quien, tras dar sus últimas pedaladas en el pelotón, ha debido sentir algo de morriña y ha decidido regalarse y regalarnos una última jornada de épica y emoción sobre la bicicleta.
El Récord de la hora
El Récord de la hora existe prácticamente desde el inicio de este deporte. Ya en el año 1893, el francés Henry Desgranges recorrió 35 km y 325 metros para establecer el primer récord de la hora. El récord fue batido en sucesivas ocasiones, dejando momento y rivalidades históricas, hasta que en 1972 al más grande, al Caníbal Eddy Merckx le dio por intentarlo. Sus 49 kilómetros y 431 metros parecían una marca insuperable para cualquier humano en las mismas condiciones.
Pero nadie había hablado de innovar. Desde el récord de Merckx, la marca se fue batiendo sucesivamente según hombres como Francesco Moser, Miguel Induráin o Toni Rominger se presentaban en velódromos con modelos de bicicletas especiales, adaptados y preparados para luchar contra los 60 minutos de dureza y máximo esfuerzo. La UCI, vista la locura desatada, se puso a regular y prohibió utilizar modificaciones en las bicicletas, lo cual hizo que la prueba perdiera el interés de las marcas, que ya no hallaban en ella el gran escaparate publicitario de antaño.
Desde entonces, el Récord de la hora de Merckx fue el único aceptado por la UCI hasta que Chirs Boardman en el 2000 recorrió 10 metros más y el checho Ondrej Sosenka hizo unos estratosféricos 49 kilómetros y 700 metros en 2005. En mayo de este año, la UCI volvía a cambiar las normas, permitiendo intentar el récord con cualquier bicicleta que pueda ser aceptada en una carrera de pista. Pero para que nos aclaremos bien, la UCI mantiene la vigencia de la marca de Sosenka, por lo que mañana Voigt luchará por batir una marca asequible con su cabra, pero veremos si llegará a los 56 kilómetros 375 metros de Chris Boardman en 1996, en Manchester.
El protagonista
Jens Voigt (1971, Grevesmühlen) es un ciclista peculiar, diferente, especial. Hay fotos suyas compitiendo entre profesionales ya antes de que algunos de sus compañeros de pelotón nacieran, no en vano tiene 42 años. Animal de fugas, nunca se sintió especialmente cómodo en el pelotón y, como suele ocurrir con la edad, esta manía ha empeorado con el tiempo. A Voigt siempre le ha gustado atacar y mandar a sus piernas callar cuando le duelen, por eso parece un perfil de ciclista idóneo para atacar a este récord.
Nada más y nada menos que 30 victorias contemplan el palmarés de este ciclista capaz de mantener duros esfuerzos en solitario. Durante una hora se enfrentará a la dureza física y psicológica de rodar con el máximo esfuerzo y ver como las vueltas se suceden una tras otra mientras busca recorrer la mayor distancia posible. En definitiva, una última hora de pasión y aventura para un ciclista que no tuvo suficiente con vivir el Tour de Utah y el USA Pro Challange enteros en fuga. Aún quiere escribir por última vez su nombre en la historia.
Mañana a estas horas sabremos si el veterano alemán ha sido capaz de batir el récord o si su intentona ha quedado simplemente en eso. Pase lo que pase, es de agradecer que a alguien le haya picado el gusanillo por esta prueba histórica, quién sabe si de aquí a un par de temporadas podemos presenciar un pique histórico en los velódromos con Tony Martin, Fabian Cancellara y Bradley Wiggins como protagonistas. De momento, disfrutemos de la última hora a solas con un pedazo de ciclista como Voigt, que no es poco.
Lo del record de la hora no hay quién lo entienda, pero ésto no lo tenía Indurain?