La jornada de hoy se presentaba especial para los amantes del ciclismo. Especial porque siempre lo es ascender a los Lagos de Covadonga, y especial por lo apretada y abierta que está la carrera. Así pues, los ciclistas tomaban la salida en Oviedo esta mañana sabiendo que se enfrentaban a una de las jornadas decisivas que les quedan por delante.

Quizás la trascendencia de la etapa y las ganas de ganar en un final tan mítico fueron dos factores decisivos a la hora de formar la escapada de la jornada. Multitud de ataques infructuosos y una caída que obligaba a poner el pie a tierra a Anthony Roux (FDJ.fr) marcaron el comienzo de la etapa. Finalmente, tras neutralizar intentos de Tony Martin (Omega Pharma – Quickstep) o Philioe Gilbert (BMC), entre otros, un quinteto conseguía abrir hueco con el pelotón. John Degenkolb (Giant – Shimano), Javier Aramendía (Caja Rural – Seguros RGA), Cameron Meyer (Orica GreenEDGE), Kristof Vandewalle (Trek Factory Racing) y Przemyslaw Niemiec (Lampre – Merida) iban a ser los valientes del día.

Con Degenkolb entrando primero en los sprints bonificados y el pelotón llevando un ritmo cansino controlado por Tinkoff – Saxo, la ventaja de los fugados llegó a ser de más de 10 minutos. A lo largo de la jornada se seguían produciendo abandonos, como el Julián Arredondo (Trek) o el de Matteo Peluchi (IAM Cycling), que deja a Carlos Betancur (AG2R La Mondiale) como farolillo rojo de La Vuelta.

Entre tanto, los fugados se plantaban en el Puerto del Torno (2ª categoría) con más de nueve minutos de ventaja y, en ese momento, los hombres de Movistar aparecían en cabeza del pelotón. Aumentaron el ritmo con muchas ganas de cazar, sabedores del papel clave que pueden jugar las bonificaciones en esta Vuelta. En la subida al Torno, Dan Martin protagonizaba uno de los sustos de la jornada. Tras sufrir un enganchón se caía y perdía contacto con los demás favoritos. Sus compañeros de Garmin – Sharp se descolgaban para ayudarle y conseguían, tiempo después, reintroducirle en el grupo de los mejores. Los fugados coronaban con más de cinco minutos de ventaja y, por detrás, Rigoberto Urán (Omega Pharma – Quickstep) también se descolgaba ligeramente con problemas mecánicos.

El descenso se presentaba peligroso, con el piso mojado y repleto de curvas. Los hombres de Movistar lideraban al grupo, aunque trazaban con cierta prudencia. A pesar de ello, Jonathan Castroviejo caía en uno de los giros y daba el susto al bajar unos metros rodando por entre árboles. Por suerte, se levantó sin percances. Purito Rodríguez también tenía un problema mecánico en la bajada y sufría para reintegrarse posteriormente.

La subida a los Lagos comenzaba ya con todos los favoritos juntos y con cuatro minutos de ventaja para los fugados. Una vez allí, comenzaba el recital. Meyer se marchaba por delante, aunque Niemiec sabía sufrir y alcanzarle. Tras rodar juntos varios kilómetros, el polaco lanzaba un duro ataque y marchaba en solitario a por la victoria. En el grupo de los de la general, Katusha protagonizaba una curiosa estrategia. Mandando por delante a Caruso y Dani Moreno parecían buscar la etapa o endurecer el ritmo. A cada ataque de estos salía siempre Warren Barguil (Giant – Shimano), que también lo intentaba por su cuenta cada vez que podía, convirtiéndose en el auténtico animador de la etapa.

El grupo se iba reduciendo, estirando, Barguil y Moreno atacaban y eran neutralizados constantemente, las espadas estaban en todo lo alto. Mientras se sucedían los ataques, Froome (Team SKY) se descolgaba y hacía la goma, con los ojos clavados en la pantalla de su potenciómetro. Pasada La Huesera, Purito decidía probar suerte y ser el primer candidato a la general en atacar. Contador y Valverde salían fácil a su rueda y Froome regulaba unos metros por detrás. Los últimos cinco kilómetros de la etapa depararon un constante carrusel de ataques y neutralizaciones entre los favoritos.

Con este emocionante escenario llegábamos a los últimos dos kilómetros, donde Contador no cesó de atacar intentando descolgar a sus rivales por el maillot rojo. Niemiec levantaba los brazos en meta (segunda victoria para Lampre – Merida, que está haciendo una gran Vuelta) y, cinco segundos después, Valverde y Purito entraban repartiéndose bonificaciones y descolgando ligeramente a Contador en el tramo final, haciendo valer su explosividad. Fabio Aru y Froome, entraron poco después, salvando el día. Tras ellos, ciclistas llegando de uno en uno o de dos en dos, superando la dureza del puerto como buenamente podían.

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