En Albacete, o camino de, se han visto muy buenos espectáculos ciclistas. Por la exhibición de los mejores velocistas, por cómo los rodadores rodaron contra el crono en ediciones pasadas o por el incuestionable espectáculo de equipo que son la organización de abanicos. Hoy en la Vuelta se volvieron a ver, con no tanta épica como en 1996 con aquella victoria de Laurent Jalabert, pero sí lo suficiente para regalarnos lo que hasta hoy ha sido el mejor momento ciclista de la carrera española.

Como en todos los días de la Vuelta menos ayer, la fuga no se luchó. Se escaparon el sempiterno Aramendia (CJR) y Elia Favili (LAM) hasta conseguir más de 6 minutos de renta. Pero hoy todo lo que intentaran los fugados sería de cara a la galería. La carrera salía de Baeza por la Nacional 322 y llegaba por la misma nacional a Albacete sin pasar un solo alto puntuable. Llano, llano y más llano. Ventaja para un grupo que, si el viento no se presentaba, se lo hubiera tomado como un descanso total hasta empezar la caza de los escapados.

Pero la caza coincidió con más de 3o kilómetros por hora de viento lateral, por lo que los equipos comenzaron a jugar a más de 30 km. de Albacete. SKY, OPQ y BMC fueron de los más activos. Los hombres de la general se defendía como podían, quedando todos lo grandes líderes en cabeza del pelotón de 50 que quedó delante. Solo Sergio Pardilla y David Arroyo quedaron detrás, pero aun así la voluntad delante no cesó. Team Sky lo volvió a intentar… y lo consiguió. Nairo Quintana, desprotegido, tanto como el líder de carrera, su compañero Alejandro Valverde, se quedó en una subdivisión de esos 50 corredores.

La suerte del colombiano estuvo en la figura de John Degenkolb, que se quedó también cuando apenas quedaban 15 kilómetros a meta. Más de 10 segundos llegaron a perder, pero con la entrada en Albacete el callejeo les salvó la papeleta. Degenkolb y Quintana entraron, uno pudo disputar la etapa y el otro no perder un solo segundo en la general.

Peter Sagan, Nacer Bouhanni, Tom Boonen, Michael Matthews o el mismo Degenkolb consiguieron disputar la etapa, demostrando la habilidad de sus equipos y una preparación previa de la etapa considerable. No así otros velocistas como Lasca, Debusschere, Pelucchi o Guardini, que se quedaron en los abanicos. En la recta final OPQ se lanzó con Boonen, y Bouhanni, con un movimiento final bastante cuestionable ante Matthews, le pasó con facilidad para imponerse y conseguir su segunda victoria en esta Vuelta.

Bouhanni

c | Antoine Plouvin