¿Quién iba a decir hace unos años que Peter Sagan fuese a adolecer de falta de remate? ¿Quién iba a decir hace unos años que Peter Sagan fuese a adolecer de falta de competitividad? Una pregunta sobrevolaba el pelotón durante la Primavera y el Tour de Francia. La otra pregunta sobrevuela el pelotón durante la Vuelta a España. El eslovaco no está pasando por sus mejores días. Es una obviedad. La que tenía que ser la Vuelta de su redención, está siendo un auténtico paseo. Sin ningún tipo de implicación en carrera, el eslovaco es en estos momentos poco más que una alma en pena vagando por nuestras carreteras. La peor de las despedidas posibles de la Cannondale antes de dar el salto a Tinkoff – Saxo.

Peter Sagan, foco mediático en el portaviones Juan Carlos I. Foto: Iraia Calvo / cobblesandhills.com

Peter Sagan, foco mediático en el portaviones Juan Carlos I. Foto: Iraia Calvo / cobblesandhills.com

Lejos queda aquel debut en una GT de 2011 en que se hizo con tres triunfos de etapa. La edición de 2014 se presentaba como una oportunidad ideal para redimirse del Tour, pero estos primeros compases de carreras indican que las ambiciones son muy distintas. Habiendo dejado de lado la bicicleta más tiempo de lo deseado después de llegar a París, el camino a Santiago de Compostela queda enfocado como una preparación de cara al próximo objetivo del año del ciclista eslovaco, el Mundial de ciclismo de Ponferrada.

Queda para debate la forma que tiene cada ciclista de afrontar la Vuelta como preparación del Mundial. Es algo que desde el traslado de la carrera al mes de septiembre ha pasado y seguirá pasando. Mientras hombres como Tony Martin o Philippe Gilbert dan exhibiciones en busca de su mejor golpe de pedal, resulta muy triste ver cómo otros como Mark Cavendish o Peter Sagan se arrastran en un gran escenario esperando que los kilómetros sumados en carrera sean el mejor entrenamiento. Maneras distintas de entender el ciclismo.

El Mundial de ciclismo de Ponferrada, será la única oportunidad que tendrá Peter Sagan para salvar un año plagado de sombras. Con sus luces, por supuesto, no podía ser de otro modo teniendo en cuenta el talentazo del que hablamos. Pero con el final de temporada asomando, el balance a día de hoy es tan cruel como cierto. Otro año de verde, otro año sin Monumentos. A Peter Sagan le queda una bala.