Michael Matthews lo ha vuelto a hacer. Maglia rosa durante seis días en el Giro y ganador de etapa en la ‘batalla’ de Montecassino, se ha reencontrado con el triunfo en la Vuelta –el año pasado hizo doblete– y también se ha vestido de rojo como nuevo líder. La impactante salida del portaaviones Juan Carlos I –paripé y patriotismo– despidió a la Bahía de Cádiz para adentrarse en la Sierra de Grazalena. Mar, montaña y calor, ¡joé que caló!. El terreno invitaba a la aventura, pero se transformó en un tedio, perfecto para la siesta. La llegada, en un repecho ni muy duro ni muy suave, abrió el abanico de favoritos. Matthews, señalado en todas las apuestas, fue el más listo de la clase.

Danilo Wyss (BMC), Lluís Mas (Caja Rural – Seguros RGA), Jérôme Cousin (Europcar), Jonathan Fumeaux (IAM), y Jacques J. Van Rensburg (MTN – Qhubeka) protagonizaron la fuga de la jornada. Valientes, desafiaron las altas temperaturas y se marcharon por delante, camino de un terreno más duro de lo que señalaba el libro de ruta. El Alto del Camino, categorizado sorprendentemente como un 3ª, marcó un antes y un después. Mas jugó todas sus cartas. El cambio de ritmo no encontró respuesta en la escapada –Fumeaux arrojó la toalla– y dio sus frutos: maillot de la montaña y premio al más combativo de la jornada.

Orica – GreenEdge no quería sorpresas y controló la ventaja pensando en su hombre más rápido, Michael Matthews. El equipo aussie jugó con los fugitivos. La renta pasó de los ocho minutos –el máximo– a los tres, volvió a subir casi a cinco y descendió tras la última ascensión del día. John Degenkolb (Giant – Shimano) y Nacer Bouhanni (FDJ.fr) pasaron la subida y sus equipos se organizaron para preparar la llegadada. El impulso de Orica y una carretera favorable fueron suficientes para engullir a Mas –el último superviviente de la fuga– a unos 25 kilómetros de meta.

En la aproximación a la meta de Arcos de la Frontera cundió el pánico y la velocidad. Una caída sin consecuencias –Malori se rozó con un auxiliar del equipo Movistar y se fue al suelo con su compañero Castroviejo– y el ataque de Adam Hansen (Lotto – Belisol) –Mr. GV lució maillot y zapatillas– fueron los únicos sobresaltos antes de una llegada condenada al sprint. Sin Peter Sagan (Cannondale) ni Fabian Cancellara (Trek Factory Racing), abandonados en la grupeta, la pelota estaba en el tejado de FDJ.fr, Giant y Orica.

El final en cuesta despertó el instinto de Katusha. El arreón de Alexandr Kolobnev eliminó a Degenkolb y el ataque de Damiano Caruso aceleró definitivamente la llegada. El italiano hizo hueco, pero el irreductible Dan Martin (Garmin – Sharp) se dejó todo lo que tenía para neutralizar. A su rueda se soldó Matthews, que le birló la cartera, tuvo tiempo para saborear la victoria –cuarta en una grande– y se vistió de rojo. Martin fue segundo, Joaquim Rodríguez entró tercero y los favoritos –todos menos Valverde, a siete segundos–acabaron delante, espoleados por el primer final nervioso de la Vuelta. No les queda nada.

Orica GreenEDGE ©

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