Mucho se había especulado con la participación de Mark Cavendish en la Vuelta a España, pero finalmente Omega Pharma – Quick Step ha decidido prescindir del sprinter de la Isla de Man a la hora de confeccionar su equipo para la ronda española. Sin Kittel ni Greipel tampoco en liza, los sprints de la carrera quedarán deslucidos, y como ocurriese en el Giro tras la baja del de Giant – Shimano, un hombre se presenta como principal referencia, el francés Nacer Bouhanni. La FDJ.fr se ha decantado por Arnaud Démare y él pondrá rumbo a Cofidis la próxima temporada, aunque es de suponer que no sin antes dar sus últimos argumentos a Marc Madiot.
Él será el sprinter puro a batir, aunque dos hombres se presentan como las principales alternativas, Peter Sagan y John Degenkolb, cuyos caminos vuelven a coincidir otra vez. Los dos algo más que sprinters, los dos algo más que clasicómanos. Capaces de derrotar al sprinter francés, pero sobre el papel, inferiores a él en una llegada masiva clásica, serán los grandes favoritos a la victoria en aquellos finales en que el recorrido o el pelotón hayan reducido el tamaño del grupo.
Bouhanni, Sagan y Degenkolb serán las grandes referencias de cara a los sprints, pero ni mucho menos las únicas, ya que en la línea de salida de Jerez de la Frontera se presentarán otros hombres como Michael Matthews, Daniele Bennati o Gerald Ciolek dispuestos a aprovechar cualquier oportunidad que se les presente, al igual que Andrea Guardini, un corredor que no entraba en los planes de Astana pero que ha convencido a Vinoukourov gracias a sus victorias en Dinamarca y Bélgica.
Pero además de ciclistas más o menos contrastados, si por algo se ha caracterizado la Vuelta en los últimos tiempos es por ser el trampolín de los velocistas a la hora de presentar en sociedad a nuevos talentos de la disciplina como ocurrió con Peter Sagan y John Degenkolb en 2011 y 2012 respectivamente. Un rol que en esta ocasión puede recaer sobre ciclistas que vienen llamando a las puertas de la élite desde hace un tiempo como pueden ser Moreno Hofland, Jens Debusschere, Fabio Felline, Matteo Pelucchi o Francesco Lasca.
Por último, hablando de sprinters, es imposible acabar sin citar a Tom Boonen. Sus días como sprinters hace años que tocaron a su fin, por más que su competitividad siga haciendo de él un hombre muy a tener en cuenta en las llegadas, especialmente en aquellas que llegue el pelotón diezmado. Sigue conservando una punta de velocidad muy aceptable para volver a conseguir una victoria en una GT seis años después. Y más cuando acabando en A Coruña hay un tramo adoquinado.
No sólo los que mencionas. Ojo también a Jacopo Guarnieri, Nikias Arndt, Ramon Sinkeldam, Jonas Ahlstrand y uno que me gusta mucho y que creo que lo hará bien: Kristian Sbaragli, del MTN Qhubeka.
Obviamente, todos ellos son hombres rápidos, pero de antemano todos ellos -salvo quizá, y solo quizá, Sbaragli- tienen el cometido claro de trabajar para Guardini, Degenkolb o Ciolek, de modo que salvo abandono o corte puntual de su líder, ninguno de ellos disputara las victorias
Cierto, pero son 21 etapas y puede pasar de todo. Mira Megzec en el pasado Giro, a priori tenía que trabajar por Kittel pero las circunstancias hicieron que Marcel abandonara, enfermo, y Megzec ganó en Trieste al sprint.