Alexander Kristoff (Katusha Team) ha logrado su segundo triunfo en esta edición del Tour de Francia al atrapar al último de los fugados, Jack Bauer (Garmin – Sharp), a 25 metros de meta y superar en el sprint a Heinrich Haussler (IAM Cycling) y Peter Sagan (Cannondale). El corredor noruego ha vuelto a demostrar que es más que un simple sprinter al imponerse en una etapa de 222 km, con tormenta y viento añadidos en el menú, lo que ha impedido a los dos grandes favoritos, Marcel Kittel (Giant – Shimano) y André Greipel (Lotto – Belisol) lograr un nuevo triunfo.
Al igual que en la mayoría de etapas llanas de este Tour, la fuga se ha formado en el primer kilómetro. A pesar de ser conocedores de que sus probabilidades de éxito iban a ser muy reducidas, Jack Bauer (Garmin – Sharp) y Martin Elmiger (IAM Cycling) se han aventurado a mantener un pulso con el pelotón que han estado realmente cerca de ganar. En poco más de 25 km habían logrado 9 minutos de ventaja, pero el trabajo de Giant – Shimano, Lotto – Belisol y Katusha ha reducido considerablemente la ventaja. La aparición del viento y de los temidos abanicos ha aumentado el ritmo en el pelotón poco antes de entrar en los últimos 50 km. El BMC de Van Garderen ha tratado de jugar con el viento pero sin éxito, y la ventaja del dúo cabecero ha bajado hasta poco más de 1 minuto y medio a 50 km de meta.
Sin embargo, el pelotón ha bajado el ritmo y el buen entendimiento entre Bauer y Elmiger les ha permitido llegar con un minuto de ventaja a los últimos 15 km, una diferencia que a priori no debería haber sido muy preocupante para el pelotón, y menos después de más de 200 km en fuga y al haber sólo dos corredores por delante. Por su parte Omega-Pharma viendo que la situación en el pelotón era extraña debido a las condiciones meteorológicas ha buscado sorprender primero con Kwiatkowski y después con Tony Martin, pero sin éxito.
Ya dentro de los últimos diez kilómetros y las pancartas anunciando cada vez más próxima la meta, el pelotón era incapaz de reducir con la facilidad habitual la desventaja con Bauer y Elmiger, a pesar del trabajo de Lotto – Belisol, Cannondale y Katusha. Mientras que el Giant – Shimano del triple vencedor de etapa este año en el Tour de Francia, Marcel Kittel, se mantenía sorprendentemente al margen de la persecución. La victoria parecía estar para los dos valientes del día cuando el pelotón cruzaba la pancarta del último kilómetro con 18 segundos de retraso. Pero una vez más se pudo ver el lado más cruel de este deporte, que en esta ocasión se cebó con Jack Bauer. Tras dejar atrás a Elmiger, era engullido por el pelotón a poco más de 25 metros de la línea de meta y rompía a llorar segundos después de haber estado a las puertas de conseguir la victoria más importante de su vida. Más de 221.000 metros en fuga para ser atrapado a menos de 25 de lograr su objetivo.
En el sprint, Kristoff se impuso con facilidad a Haussler y Sagan, mientras que Greipel sólo podía ser 5º y Kittel 11º, mermados por sus respectivas caídas, las más de dos semanas de competición, los más de 200 kilómetros de etapa y unas condiciones meteorológicas desfavorables.

Foto © Le Tour
EL ITALIANO NIBALI POR AHORA LO TIENE MÁS QUE FÁCILEN ESTE TOUR.
Viendo previamente el perfil de la etapa de ayer prácticamente llana como la palma de la mano, que llevó a la caravana multicolor de ciclistas a la histórica ciudad de Nimes, cualquiera de nosotros podía intuir o apostar que tras las dos duras jornadas celebradas esos días en el corazón de los Alpes, los corredores que superviven en la prueba se iban a tomar las cosas con cierta tranquilidad y hasta pasividad. Lo más llamativo fue el triunfo fulgurante del noruego Alexander Kritoff logrado en el último respiro. El de que el italiano Vincenzo Nibali defendiera su liderato con facilidad no fue una historia nueva.