El 28 de junio de 1914 arrancó en París la 12ª edición del Tour de Francia camino de Le Havre en un recorrido de 388 kilómetros. Al mismo tiempo, en otro punto de Europa, aconteció un momento trágico para la historial mundial. El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria dio origen a uno de los periodos más oscuros, la Primera Guerra Mundial. Mientras el Tour de Francia transcurría bajo el dominio de Philippe Thijs -primero de principio a fin- las potencias europeas se movilizaban. El 28 de julio, dos días después de la conclusión de la carrera, el Imperio Austro – Húngaro declaró la guerra a Serbia. A partir de ahí las alianzas hicieron el resto: Rusia declaró la guerra al Imperio Austro – Húngaro, el Imperio Alemán hizo lo propio con Rusia y, tras la agitación existente en la frontera, con Francia. La Gran Guerra había estallado.

El conflicto paralizó al Tour de Francia. La prueba, en un progresivo auge desde su creación en 1903, vio como fue sesgado su crecimiento. Durante cuatro años, desde 1915 hasta 1918, la carrera quedó suspendida. Algunos de los escenarios por donde solía transcurrir el pelotón fue totalmente transformado. Los verdes prados y campos de secano que predominaban en las fronteras con Bélgica, Luxemburgo y Alemania se convirtieron en campos de trincheras donde los ejércitos se enfrentaban en condiciones inhumanas. Lucha encarnizada por avanzar o recuperar tan sólo unos metros. La muerte se adueñó del Frente Occidental. La guerra de trincheras se convirtió en una carnicería sin precedentes.

La Primera Guerra Mundial no sólo cortó la vida del Tour de Francia si no también la de algunos de sus grandes protagonistas. La contienda llamó a filas a un importante número de la población activa francesa, entre ellos deportistas. El ciclismo no se libró obteniendo un resultado nefasto. Hasta tres vencedores del Tour de Francia perecieron en la guerra.

Lucien Petit – Breton (ganador en 1907 y 1908), François Faber (1909) y Octave Lapize (1910) encontraron la muerte en la Primera Guerra Mundial. Lucien Petit – Breton, primer doble ganador de la historia del Tour de Francia, murió en diciembre de 1917 a causa de un accidente de circulación. Un golpe frontal se llevó su vida. Participante en los “taxis de la Marne”, operación que llevó a la reserva al frente para combatir al Plan Schlieffen, tuvo siempre un papel alejado del frente al forma parte del batallón de bicicletas o trabajando en el servicio postal. Una circunstancia que no esquivó su muerte.

Antes otros dos ganadores ya habían encontrado su final. François Faber, primer extranjero en vencer el Tour de Francia, se alistó en la Legión Extranjera fruto del patriotismo y fervor que representaba en él el país galo. Su muerte fue más triste y trágica si es posible. Pereció en una trinchera después de recibir un telegrama que le informó de su inminente paternidad; la emoción le llevó a ponerse de pie siendo alcanzado por una bala de un atento soldado alemán. Octave Lapize, sargento del ejército francés, logró superar en cabeza el estreno del Tourmalet pero fue abatido en el combate aéreo de Flirey en 1917 falleciendo dos semanas después a causa de las heridas sufridas.

Avión del sargento Octave Lapize.

Avión del sargento Octave Lapize.

Un trío de vencedores encontró la muerte en la Primera Guerra Mundial. No fueron los únicos protagonistas que tuvieron tal nefasto final. Marcel Kerff, sexto en 1903, fue ejecutado por los alemanes tras capturarle como espía. Anselme Mazin, hermano de Lucien Petit – Breton, murió en 1915. Camille Fily, el ciclista más joven en tomar la salida hasta entonces, pereció en 1918. Emile Maitrot, campeón del mundo de velocidad en 1901, murió en la batalla de Somme en 1916. Ellos son algunos de los casos de más de 40 ciclistas que encontraron su final en la Primera Guerra Mundial.

Cuando se cumplen dicen años del comienzo de la Gran Guerra el Tour de Francia rinde tributo a todos aquellos que perecieron en el conflicto atravesando muchos de los campos que quedaron bañados por el horror y la sangre de los combatientes. Ypres, testigo de la utilización por primera vez de ataques con gas, será la salida de la quinta etapa, el día del pavés. El tránsito de la sexta y séptima etapa recorrerá antiguos campos de batalla rindiendo homenaje, en esta última, a los caídos en la Batalla de Verdún atravesando el “Chemin des Dames” que contabilizó más de 400.000 muertos.