Los entrenamientos en altura están de moda. No es casualidad que los tres máximos favoritos para disputar la victoria en el Tour de Francia -Vincenzo Nibali, Chris Froome y Alberto Contador- hayan estado al mismo tiempo concentrados en altitud en el mismo sitio. El Teide, situado en la isla de Tenerife, acogió a los tres ciclistas durante el mes de mayo llegando a haber incluso cierta polémica durante dicha concentración. ¿Pero qué se hace en un entrenamiento en altura? ¿Cuáles son sus beneficios? Para responder a esas y otras muchas preguntas Marco Pinotti, ex ciclista y ahora entrenador del BMC, explica detalladamente sus claves.
Según Marco Pinotti, un entrenamiento en altura no es más que uno de los muchos protocolos que los ciclistas usan para mejorar su rendimiento. “Lo más normal dentro de los entrenamientos en altura es ir a 2000-2500 metros, dependiendo del objetivo y del momento de la temporada. Eventualmente, los estudios muestran que si un corredor está dos o tres semanas expuesto a la altitud, puede tener un nivel más alto de hemoglobina, lo cual hace que el ciclista pueda permanecer en un nivel más alto durante la temporada”. En relación al tiempo mínimo de exposición a la altitud para que tenga efecto en el cuerpo humano, Pinotti comenta que “hay dos posibilidades. O bien se puede estar dos o tres semanas de forma continuada o bien ir muchas veces de diez a doce días. Ese parece el tiempo mínimo para que la altitud tenga efecto en un ciclista. En cualquier caso, parece beneficioso para un corredor que permanezca en altitud varias veces al año”.
Uno de los principales problemas de los entrenamientos en altitud es que no afecta a todos los corredores por igual, algo que explica el ex ciclista italiano. “Otra cosa que hay que ver es cómo responde cada corredor a la altitud, porque cada deportista parece responder de forma diferente y hay corredores a los que les afecta negativamente. Todavía no está nada claro a qué se debe esto. Es difícil probar los beneficios en altitud de manera cuantificada porque como ya he dicho anteriormente los efectos son muy individuales para cada corredor. Además, también hay que tener en cuenta el efecto placebo que supone entrenar en un ambiente diferente donde se espera que vayas a mejorar, por lo que es difícil que la ciencia pueda explicar cuánto mejora un entrenamiento en altitud”.
En cualquier caso, los beneficios parecen mayores que los perjuicios, pues como afirma el entrenador de BMC, otra importante mejora que se consigue a través de la altitud es prepararse de cara a las etapas de alta montaña de las grandes vueltas. “Otro beneficio que se adquiere con este entrenamiento es que te ayuda a mejorar tus prestaciones en altitud. Por ejemplo, cuando ves etapas de alta montaña en Giro o Tour, los puertos clave acaban sobre los 1500 metros, y es importante que hayas entrenado a esta altitud previamente para rendir bien”. De todas formas, Pinotti aclara que hay que ser cauto con entrenar en altura pues “uno de los “efectos secundarios” de entrenar en altitud es que no puedes rendir a un nivel alto de intensidad en los entrenamientos porque a esas alturas es fisiológicamente imposible dar la cantidad de oxígeno necesaria a los músculos para que respondan, por eso hay que bajar a menor altitud si se quiere entrenar a un mayor nivel”.
La altitud parece tener otros riesgos inherentes para un deportista. De ser cierta la versión que dio el Team Sky acerca de lo sucedido con Sergio Henao y sus valores anómalos debido a la permanencia durante más tiempo del debido puede hacer surgir el miedo entre los ciclistas. Según Pinotti “cada vez que un corredor va a altitud es una experiencia de aprendizaje. Hay que estudiar a fondo qué es lo que funciona bien, que es lo que no funciona bien. Hay ciertos protocolos que suelen ir bien para la mayoría pero cada deportista es único por lo que hay que estudiar a fondo cómo reacciona cada corredor a la exposición en altura para evitar riesgos”.
Lo que es cierto es que los entrenamientos en altura han incrementando su notoriedad en la preparación del pelotón profesional. Para Pinotti la causa de esto reside en que “los estudios y los protocolos son cada vez más efectivos pero también como consecuencia de un proceso de imitación para llevar la misma estrategia que tus rivales. Si observas el top10 de una gran vuelta verás que la gran mayoría han entrenado en altitud”. El aumento de la lucha contra el dopaje también es otra explicación a ese aumento de los entrenamientos en altura pues “en los 90, los entrenamientos en altura no eran considerados una opción porque no había tests para detectar EPO y muchos deportistas preferían tomar EPO antes de ir a entrenar en altitud”.
Otro tema interesante acerca de los efectos que pueden conseguirse a través de los entrenamientos en altura es el del uso de máquinas artificiales como las cámaras hiperbáricas, pero Pinotti lo tiene claro. “No soy un experto en este tipo de instrumentos. Se puede usar este tipo de aparatos para reducir el proceso de adaptación a la altitud pero mi sensación es que no van a sustituir a los entrenamientos en altitud. Se deben tener en cuenta otro tipo de factores como por ejemplo poder dormir bien. Suponiendo que tengas una pequeña ventaja utilizando este tipo de aparatos, si tienes efectos secundarios relacionados con tener que dormir en una cámara… dormir es algo muy importante para un deportista. La calidad y la cantidad del sueño es uno de los factores más importantes para rendir bien. Si comprometes eso para conseguir una pequeña ventaja en otro campo, al final tu rendimiento será peor. Por eso, si tengo que elegir, me quedo con el entrenamiento en altitud”.
Uno de los ciclistas que más ha utilizado los entrenamientos en altitud durante los últimos años es Joaquim Rodríguez. El ciclista catalán dejó de competir durante casi dos meses con parón para correr y ganar la Volta a Catalunya y regresar a entrenarse de cara a la disputa del Giro en el Teide. Cuestionado por si un método de entrenamiento tan radical como este es más o menos beneficioso que competir y coger ritmo de carreras como hicieron corredores como Alberto Contador o Alejandro Valverde, Pinotti afirma que “no está mal pues Tenerife es un lugar único con un entorno y unas condiciones meteorológicas inigualables, así que no es sólo por la altitud. Puedes escalar un montón y puedes ir hasta en enero y febrero. La altitud juega un rol pero no es el único beneficio que puedes tener entrenando en Tenerife. Aún así entrenar allí es muy duro y es mentalmente difícil para un corredor. No creo que pueda hacerse durante muchos años o muchas veces en un mismo año junto a que también es bastante caro viajar hasta allí y organizarlo es muy complicado, pero si te lo puedes permitir puede ser una buena forma de conseguir resultados”.
Por último, sobre la preparación que un ciclista debe afrontar entrenando en altitud de cara a una gran vuelta o a una clásica de primavera, también existen diferencias. Según Pinotti “para prepararse para las clásicas es habitual periodos cortos de tiempo a un nivel alto de intensidad y repetidas veces, pues los músculos necesitan trabajar a este nivel. En cualquier caso, yo veo más los entrenamientos en altitud de cara a los esfuerzos prolongados característicos de una gran vuelta, pues parecen más idóneo para ese tipo de esfuerzos”.
Excelente, muy buen artículo, ojalá entreguen más de esta calidad