No son pocas las ocasiones en que los grandes dominadores de algún campo del ciclismo nacieron de un vacío de poder. En el caso de que nos ocupa llegado el Tour de Francia, el de las Grandes Vueltas, el ejemplo es evidente, y es que tras la retirada de Lance Armstrong el vacío se prolongó durante algunos años hasta que dos figuras de una nueva generación emergieron. Alberto Contador y Andy Schleck se convirtieron, de la noche a la mañana en los grandes favoritos a la carrera francesa. El maillot blanco siempre estaba en la pelea por el maillot amarillo, pero establecido el nuevo orden mundial, las nuevas hornadas vieron como sus opciones de podio quedaban relegadas a la lucha por el Top10, y sólo la explosión de un fuera de serie como Nairo Quintana ha dado a los jóvenes una mayor presencia en la lucha por la general.

Pero a día de hoy el colombiano es la excepción que confirma la regla, ya que de cara al Tour de Francia no parece que ningún menor de 26 años esté en disposición de luchar por el amarillo final en París. No hoy, pero sí mañana, así que teniendo en cuenta que a Chris Froome (29), Alberto Contador (31) y Vincenzo Nibali (29) todavía les queda mucha cuerda, la aparición de candidatos nacidos ya en la década de los ’90 tendrá que ser más por crecimiento de las promesas que por caída de los veteranos. Es por esto que la lucha por el maillot blanco de la presente edición de le Grand Boucle se presenta tan interesante. Porque más allá de la lucha por convertirse en el mejor joven de la 101ª edición de la ronda francesa también será la piedra de toque que dé indicaciones de cuáles serán los hombres capaces de dar el paso para asentarse como aspirantes a derrocar la terna de candidatos en un futuro próximo.

Con el peso de la historia y 28 ediciones sin un ganador francés desde la victoria de Bernard Hinault en 1985, son dos hombres los que cargan la responsabilidad de devolver al ciclismo galo la victoria en el Tour de Francia a medio plazo. Para esto el paso previo es el maillot blanco, y si por un lado se encuentra Thibaut Pinot (FDJ.fr), un hombre que para conseguirlo, no solo deberá recuperar sensaciones en la montaña sino también perder su miedo a los descensos, por el otro se encuentra Romain Bardet (Ag2r – La Mondiale), un ciclista en pleno crecimiento en diferentes direcciones cuyo debut en la pasada edición le situó futurible aspirante al maillot blanco.

Pero no solo de escaladores vivirá la lucha por ser el mejor joven, ya que otros dos hombres se presentan como actores invitados. Dos hombres que pueden ser considerados ‘rara avis’ en sus respectivos equipos, Michał Kwiatkowski (Omega Pharma – Quick Step) y Tom Dumoulin (Giant – Shimano). Volando libres en equipos hechos por y para clasicómanos y sprinters serán las grandes alternativas para llevarse el maillot blanco. El polaco ya dio muestras de su potencial rozando el Top10 en su estreno 2013, mientras que al neerlandés le llega este año la responsabilidad de conseguir una buena general de su equipo tras una primera toma de contacto. Estos serán los seis grandes candidatos a vestirse de blanco en París, ya que resulta difícil incluir en las quinielas a Rafał Majka (Tinkoff – Saxo) tras su repentina inclusión en el nueve del equipo ruso.

Foto © letour.fr Presse Sports / P.Perreve

Foto © letour.fr Presse Sports / P.Perreve