No hace falta esperar a julio para ver a los grandes batiéndose al máximo nivel. Gran espectáculo el vivido hoy camino de Finaut – Émosson gracias especialmente a dos corredores; Lieuwe Westra (Astana), ganador de etapa con todo merecimiento tras el fiasco de ayer, y Alberto Contador (Tinkoff – Saxo), que con un ataque en los últimos kilómetros se ha puesto como nuevo líder de la general. Se hizo esperar y todo lo interesante quedó condensado en las últimas rampas de este puerto que se escalaba por primera vez en una carrera francesa, pero mereció la pena. Westra y Contador han hecho que el hambre de Tour sea menor.

Pese a ello, antes tampoco hubo demasiada historia y una numerosa fuga, como viene siendo habitual, fue la protagonista de la carrera. Además del ganador de etapa, Westra, también se encontraban en ella corredores del nivel de Giovanni Visconti (Movistar Team), Blel Kadri (Ag2R – La Mondiale), Cyril Gautier (Europcar), Tony Gallopin (Lotto – Belisol), Matthias Brandle (IAM), Julian Alaphilippe (Omega Pharma – Quick Step), Ryder Hesjedal (Garmin – Sharp), Lars Boom (Belkin Pro Cycling), el líder de la montaña Alessandro de Marchi (Cannondale) o los dos grandes perdedores de la jornada, Egor Silin y Yuri Trofimov (Katusha).

El pelotón no tenía ninguna prisa por neutralizarles pese al peligro que suponía Westra para ellos, cerca en la clasificación general. Por ello, dejaron que se marcharan a más de ocho minutos de ventaja, dándoles todas las opciones para que se disputaran la victoria de etapa entre ellos. Con el paso de los kilómetros lo único que se conseguía era que De Marchi se asegurara vestir un día más el maillot de la montaña, pero nadie quería hacer esfuerzos de más esperando a los dos colosos que cerraron la jornada de hoy, el Col de la Forclaz y el Monteé de Finaut – Emosson.

Fue a partir de ahí cuando en el pelotón empezó a haber movimiento, tarde para disputar la etapa pero temprano para meter ritmo y desgastar a los rivales. El trabajo del Tinkoff – Saxo y del Sky redujo drásticamente el número de integrantes del grupo de favoritos al paso por el primer puerto, aunque nadie atacó. Mientras, en la fuga, Trofimov se marchó en solitario siendo alcanzado por su compañero Silin en el descenso. Todo apuntaba a una victoria fácil de Katusha, pero en este deporte no hay nada fácil ni mucho menos seguro.

Comenzó el último puerto de la jornada, de última categoría, y lo hizo con el ritmo machacón de Vasil Kiryienka primero y de Geraint Thomas después. Las víctimas no dejaban de caer. Haimar Zubeldia, Tanel Kangert, Kenny Elissonde o Tejay Van Garderen eran los primeros en perder contacto ante un equipo que parecía querer mandar un mensaje de fuerza y dominio de cara al Tour. Nadie se atrevía a discutirles y lo único que hacían era recolectar víctimas. Adam Yates, Dani Moreno o Igor Antón seguían engrosando la lista de cortados tras la marcha del Sky. Todo era bastante monótono hasta que Alberto puso patas arriba la carrera.

Un ataque característico del ciclista madrileño fue el que dinamitó la carrera. Froome no fue capaz de salir a ese cambio de ritmo tan fuerte que propuso Contador y se quedó escoltado por Porte, que seguía marcando el ritmo. Cuando Froome se decidió a salir ya era demasiado tarde y Contador ya tenía una distancia lo suficientemente amplia como para asegurarse el liderato. Por delante, la sorpresa fue todavía mayor. Trofimov y Silin ya saboreaban el triunfo de etapa y lo único que tenían que decidir era cual de los dos ganaba, hasta que de la nada emergió un Lieuwe Westra que dejó a los dos corredores del Katusha con cara de tontos y les levantó la etapa en la misma línea de meta. Minuto y medio más tarde entró Contador y a más de veinte segundos Froome, que se dejaba el liderato y que debe empezar a preocuparse seriamente de cara al Tour. Por su parte, Andrew Talansky firmó otra brillante etapa entrando con el corredor africano que le valió para auparse a la tercera posición de la general.

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