Finalmente el Giro de Italia volverá a recorrer las carreteras de uno de los puertos más míticos de la carrera italiana. El Passo dello Stelvio volverá a ser el epicentro del mundo del ciclismo, un puerto que ningún aficionado se querrá perder, un blanco y divino ascenso al cielo. Y digo blanco, porque es imposible identificar una imagen del gran puerto sin nieve. Durante toda su historia, en su mayoría de veces tuvo que ser ascendido en condiciones muy adversas.

Hay indicios que nos datan el Stelvio como un puerto que ya cruzaban el humano en la Edad de Bronce. Con 2.758 metros, es el coloso ascendido de más altitud en la historia del Giro. En sus 25 largos kilómetros se han vivido batallas espectaculares, frases para la historia del ciclismo, momentos únicos en este deporte y gestas bajo la nieve y las tormentas. El Stelvio es la Cima Coppi en cada edición que se pasa este gran puerto, dando nombre al primer corredor que lo pasó en cabeza, el italiano Fausto Coppi en 1953. El campionissimo destrozó a Hugo Koblet. Fue la primera imagen del gigante blanco. ¨Nunca pude imaginar que esto fuera tan duro. Creí que moría en las últimas rampas¨ dijo el suizo Koblet tras pasar la línea de meta ese día.

El ascenso de 1956 cubrió de gloria a Aurelio del Rio, que realizó una gran ascensión bajo la mirada de la nieve que cubría los bordes de la ascensión. Uno de los días más duros fue el paso por el Stelvio en el Giro de 1965. Bajo una gran tormenta de nieve, los ciclistas ascendían el ya mítico puerto a duras penas, la organización suprimió el descenso y la etapa terminó en la cima debido a las malas condiciones de la bajada. Mientras los aficionados ayudaban a quitar la nieve de la carretera, el italiano Graziano Battistini buscaba el triunfo por el medio metro de camino transitable que dejaban limpio los tifosi que se agolparon en la ascensión. Para la historia quedará la imagen de Aldo Moser, poniendo pie a tierra y saltando un muro de nieve en plena carretera del mítico puerto.

Más suerte tuvieron José Manuel Fuente ‘El Tarangu‘ y Fernando Galdós en 1972 y 1975. Las condiciones “óptimas” de la subida ayudaron a que, por primera vez, dos españoles tumbaran el Stelvio. En condiciones similares pasó el Giro de 1980 por el mítico puerto y Bernard Hinault, bajo una limpia carretera, incribió su nombre en la historia de la carrera. Polémica fue la cancelación de la ascensión en 1984, en un Giro que tenía a Francesco Moser como líder. Los organizadores cancelaron la ruta y Laurent Fignon protestó, enseñando fotos del Stelvio sin nieve y totalmente transitable. La historia ya la conocemos, Moser ganó el Giro y Fignon se quedó a un minuto del italiano, un historia que pudo cambiar por completo si se llega a ascender al gran coloso.

En la historia moderna del ciclismo, siempre que el Stelvio estuvo intransitable se canceló su paso. Hemos visto a Franco Vona en 1994, Rujano en 2005 y Thomas De Gendt en 2012, colmarse de gloria y ascender en óptimas condiciones el puerto más alto del Giro de Italia. Su cancelación en la edición del pasado año nos dejó un sin sabor del que en 2014 nos vamos resarcir. La épica se junta con la historia, y es que es allí donde se escribe la historia, mañana se viene el Passo dello Stelvio.

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