Analizamos los seis últimos días de carrera. Jóvenes prometedores y campeones venidos a menos son algunas de las sorpresas y decepciones de la segunda semana del Giro de Italia.

Sorpresas

Fabio Aru (Astana)

Entre los mejores cuesta arriba, el joven escalador se destapó con su enorme triunfo en Montecampione. En su segundo Giro de Italia ha confirmado las buenas sensaciones que transmitía en categoría dilettanti y ha asumido el mando del equipo con naturalidad. Cuarto en la clasificación general, el podio y la maglia bianca –con permiso de Quintana– son sus objetivos. Presente y futuro del ciclismo italiano.

Enrico Battaglin (Bardiani – CSF)

Donde pone el ojo pone la bala. El pasado Giro de Italia se impuso en el selectivo final de Serra San Bruno y en esta edición se coronó en Oropa. Uno de los principales activos de la formación de los hermanos Reverberi, sorprendió por cómo y dónde ganó. Battaglin parecía descartado para el triunfo, apareció de la nada en el último kilómetro y se impuso en un portentoso sprint a Cataldo y Pantano. Fuoriclasse.

Battaglin, 'señor' de Oropa. Foto © gazzetta.it

Battaglin, ‘señor’ de Oropa. Foto © gazzetta.it

Wilco Kelderman (Belkin)

Ni Robert Gesink ni Steven Kruijswijk. La gran esperanza del ciclismo holandés se llama Wilco Kelderman. Sólido en la montaña y de prestaciones notables contra el crono, ha ratificado sus excelentes condiciones de vueltómano. El primer Top-10 de su carrera en una gran vuelta no se le debe escapar en este Giro de Italia. Se ha ganado la confianza de su equipo para futuras empresas.

Michael Rogers (Tinkoff – Saxo)

Llegó al Giro de Italia de rebote por los problemas de su compañero Edward Beltrán con el visado. Exhonerado de su positivo por clembuterol, debutó en la Lieja y entró en el ‘nueve’ de su equipo con un solo día de competición. No le hizo falta más. Rogers ganó con una exhibición camino de Savona, se exprimió un día después en la crono de Barolo y dio la cara por Majka en Montecampione. Pata negra.

Decepciones

Androni Giocattoli – Venezuela

El segundo puesto de Jackson Rodríguez en Rivarolo Canavese y la decimoquinta plaza en la general de Franco Pellizotti son un escaso botín. Su presencia en las fugas y el día de castigo con llegada a Savona (Gianni Savio ordenó tirar en bloque a sus chicos por dejar pasar la escapada) les ha valido para lucir el maillot en televisión. Poco más. Para comer aparte, Diego Rosa y Johnny Hoogerland.

Ivan Basso (Cannondale)

La sombra de ‘El Terrible’, aquel ciclista que asombró entre 2004 y 2006. Ni siquiera se acerca a su versión más terrenal, la que le llevó a ganar el Giro de Italia en 2010. Basso es un ciclista sin fuerzas ni gracia. Resiste en el grupo de los mejores hasta que dice basta. Como en Oropa y Montecampione, donde perdió comba y cedió su plaza en el Top-10. Espero equivocarme, pero se ha ido para no volver.

Damiano Cunego (Lampre – Merida)

Il Piccolo Principe apenas se ha dejado ver en este Giro de Italia. Se filtró en la fuga camino de Montecampione, pero arrojó la toalla en las primeras rampas de la ascensión. Ganador de la Corsa Rosa hace diez años, nunca ha recuperado aquella versión. Su compañero Ulissi le ha comido la tostada con dos triunfos. Una victoria es lo máximo a lo que aspira Cunego, vigesimoprimero en la general.

Michele Scarponi (Astana)

Otro ganador del Giro de Italia (es el vencedor de 2011 por descalificación de Alberto Contador) en horas bajas. Las caídas le apartaron de la lucha por la general y los galones del Astana pasaron a Fabio Aru. Con una hora perdida en la clasificación, Scarponi no ha podido o no ha querido, es indiferente, pero nunca se le ha visto entre los favoritos. En sus piernas está mejorar la imagen mostrada hasta ahora.