Orica – GreenEDGE es un equipo peculiar. Con aspiraciones poco serias a las generales de las carreras importantes, sus objetivos se centran en el día a día, y lo cierto es que lo bordan hasta el punto de que no es el primer artículo dedicado a los australianos durante este año. Ya cuando a principios de 2014 tuvieron un espectacular inicio de temporada en nuestras antípodas tuvieron su cuota de protagonismo. Seis victorias: los nacionales australianos, la general del Tour Down Under y la general del Herald Sun Tour.
La temporada empieza a primeros de año, pero para muchos equipos y círculos su valor es escaso. Los ciclistas llegan preparando futuros objetivos y es más tiempo de pretemporada que de competición, así que para muchos las carreras australianas no son sino un pequeño peaje a pagar por su licencia WorldTour. En este escenario, Orica – GreenEDGE parte con ventaja. Corriendo en casa y motivados, el estado de forma de sus corredores acostumbra a ser superior al de los rivales y allí es donde sacan rédito, en enero y en febrero.
Desde entonces el equipo se encalló, aparcó las victorias y aparecieron los fantasmas. De nada sirve ganar en Oceanía si en Europa no se consiguen resultados. Marzo pasó en blanco y los primeros compases de abril se salvaron con los triunfos de Michael Matthews en La Rioja y Vitoria. Llegaron las clásicas de cotas, y tras hacer podio en la Amstel Gold Race, Simon Gerrans ganó Liège-Bastogne-Liège. Sin ser el más fuerte, fue el más inteligente, y eso le valió para sumar su segundo Monumento. Fue el comienzo de la espectacular racha del Orica – GreenEDGE.

Gerrans se impuso a Valverde y Kwatkowski en la Lieja. Foto © Presse Sports/S.Boué
El encargado de mantener la inercia ganadora durante estas tres semanas no fue otro que Michael Albasini en el Tour de Romandía. Corriendo en casa, el suizo se hizo con un total de tres triunfos parciales en Sion, Montreux y Fribourg. Tres victorias al más puro estilo Orica – GreenEDGE, aprovechando carreras rotas y la velocidad de sus hombres. Albasini ganó en miércoles, jueves y sábado, pero el viernes no fue un día en blanco para los australianos, ya que en Turquía tuvieron otra grandísima alegría. Adam Yates tomó los galones después de que su hermano Simon -líder del equipo para la carrera- se rompiese la clavícula, y se hizo con la etapa reina en la que se decidió la general.
Y entonces llegó el Giro de Italia. Y lo hizo con una crono por equipos, territorio Orica – GreenEDGE. Y allí no fallaron. Éxtasis colectivo. Svein Tuft fue el primer líder antes de que el rosa recayese sobre su compañero Michael Matthews, quien tuvo el honor de vestir la maglia rosa durante seis días en los que además ganó una etapa en Montecassino. El Giro de Italia había sido ya un exitazo para los australianos, pero por si fuese poco, un día después de que Esteban Chaves ganase un parcial en California, Pieter Weening culminó el delirio aussie con su victoria en Sestola.
Un Monumento, tres etapas y siete días líderes en el Giro, triple victoria en una carrera World Tour como Romandía, etapa y general en Turquía y un triunfo parcial en California. Nueve victorias que elevan el casillero de los australianos hasta un total de 21. Tres semanas de ensueño para Orica – GreenEdge.

Victoria en el Giro portando el rosa. Orica – GreenEdge está de dulce. Foto: © gazzetta.it
Muy cracks, a mitad de mayo ya tienen el año echo, ahora podrán correr con mas libertad