Con la temporada ya comenzada, a primeros de febrero, Samuel Sánchez aún se encontraba sin equipo y con pocas opciones de continuar en el pelotón una temporada más. Desaparecido el Euskaltel Euskadi y con el Alonso Team que no veía la luz, el asturiano observaba la retirada como la opción más clara a falta de soluciones. Pero finalmente se le presentó la oportunidad en BMC Racing Team, la baja de Alessandro Ballan dejaba un hueco en el equipo y encontraban en Samuel una solución perfecta, un gran corredor con mucha experiencia y que podría aportar como gregario de lujo.
Y así llega al Giro de Italia, cambiando el naranja por el rojo y sin galones de líder, en un nuevo rol para él, a sus 36 años acude para ayudar a Cadel Evans a ganar. Un campeón olímpico como gregario de lujo del australiano que con los años es más batallador, acaba de vencer en el Giro del Trentino y llega a la Corsa Rosa con la única idea de ganar, y para conseguirlo ha buscado buena compañía. Samu y Evans se conocen bien, han rivalizado en las carreteras durante todas sus vidas deportivas, allá por 2011, en el mismo Tour de Francia que logró el aussie, Samuel gritó de rabia al vencer en Luz Ardiden y fue coronado rey de la montaña en París. Ahora con tres años más en sus piernas, y tras dos temporadas complicadas, asume el papel de escudero y se antoja fundamental en las aspiraciones de BMC y de su líder.
Tan solo dos antecedentes se encuentran del asturiano en el Giro, 17º en 2005 a 21:55 del vencedor Paolo Savoldelli y el del año pasado, donde Samuel fue de menos a más, aunque perdió todas sus opciones en las primeras jornadas decisivas, en la tercera semana alcanzó mejor forma y sólo un imperial Nibali le impidió sumar una victoria de etapa en la cronoescalada de Poisa. Terminó su participaciónn en duodécimo lugar a doce minutos del Tiburón de Messina.
Esta temporada Samuel debutó con BMC a finales de febrero en el Tour du Haut var Matin, pasó bastante desapercibido hasta la Vuelta al País Vasco cuando en la cuarta etapa, con final en Arrate, entró en tercera posición. En mejor estado de forma se le vio en las clásicas de las Ardenas, en Amstel Gold Race su ataque en el Cauberg sirvió de lanzadera de Philip Gilbert, que acabaría venciendo en solitario. Gran trabajo de equipo y una muestra de buen gregario del asturiano, de quien parece que BMC sabe sacar buen partido y que espera aprovecharlo en el Giro de Italia, donde será un gregario de lujo, pero también una segunda opción de garantías en caso de que los acontecimientos de la carrera lo requieran.
Resignado ante el paso de los años, por fin Samu ha desisitido en su idea de ser el lider de un equipo en una vuelta de tres semanas. Es innegable que Samu aun mantiene la clase, por lo que ayudando a su lider, éste le dará libertad en alguna etapa en la que, si las piernas de Samu responden, firmará una gran victoria.