Pudiera ser, perfectamente, otro capítulo de “Expediente X” lo sucedido aquel día en el Monte Grappa. El monte del Veneto fue el escenario donde los agentes Fox Mulder y Dana Scully podrían haber desarrollado otra investigación de ciencia ficción. Corría la 21ª etapa del Giro de Italia de 1974, el día antes de la conclusión a Milán. Hasta entonces, el desarrollo de la carrera había vivido dos fases muy diferenciadas; del dominio de José Manuel Fuente, tres etapas y once días de rosa, se pasó al liderazgo de Eddy Merckx.
El Tarangu, después de un comienzo arrollador, realizó “una de las suyas” camino de Sanremo donde, literalmente, perdió el apellido. En una etapa de las llamadas de transición cedió más de diez minutos respecto al Caníbal. Una de sus tan afamadas pájaras se llevaba por delante cualquier opción de triunfo final. Eso al menos pareció, otro pensamiento mantuvo el líder del KAS.
Implacable en la montaña, José Manuel Fuente se lanzó al ataque en la última semana de la Corsa Rosa. A cara de perro, a pecho descubierto, el asturiano plantó su objetivo en remontar los más de nueve minutos que le diferenciaban de Eddy Merckx. Paso a paso se fue acercando. Las victorias en el Monte Generoso y las Tre Cima di Lavaredo unido al regalo a Santiago Lazcano le dejaron a 3’22” del rosa antes de la crucial etapa con final en Bassano del Grappa.
El menú, un plato de cinco estrellas. 194 kilómetros entre Misurina di Auronazo y Bassano del Grappa con cuatro colosos en el camino. De salida los últimos kilómetros de las Tre Croci para acto seguido descender hasta Cortina d’Ampezzo y comenzar el Passo di Falzarego (16,4km al 5,6%) para encontrar continuidad en el Passo di Valles (19,9km al 6,3%) y el Passo di Rolle (6km al 6%) antes de llegar al definitivo e interminable Monte Grappa (29,9km al 4,8%).
Con el miedo metido en el cuerpo de sus rivales, el KAS salió decidido a culminar la remontada. Ritmo y más ritmo para dejar la carrera rota antes de comenzar el ascenso al Monte Grappa. Allí resonaron tambores de guerra. José Manuel Fuente, fiel al objetivo, atacó con todo, desde los primeros kilómetros. Nadie pudo seguirle, ni siquiera con la mirada. El Tarangu se alejaba de sus rivales, imparable, al mismo tiempo que el liderato de Eddy Merckx se tambaleaba.
Un jaque mate de libro, un órdago al Giro de Italia. José Manuel Fuente pedaleaba para dar la vuelta a la clasificación general. A falta de cinco kilómetros para coronar, el asturiano aventajaba al selecto grupo de Eddy Merckx en más de 3’30”. El Tarangu era líder virtual. Atrás el Caníbal secundado por Gianbattista Baronchellli, Felice Gimondi, Tino Conti y Francesco Moser apenas podían sujetar la distancia respecto a Fuente.
La hazaña parecía estar destinada a cumplirse hasta que sucedió el “Expediente X” del Grappa. José Manuel Fuente coronaba con el grupo pisándole los talones. En Bassano del Grappa Eddy Merckx sentenció la general al imponerse al sprint por delante de Francesco Moser. A partir de ahí, cábalas y suposiciones. El Tarangu siempre declaró que las motos le confundieron en el final del Grappa recorriendo 1,5 kilómetros más. La niebla y la lluvia dan soporte a esta suposición en una ascensión con varias vertientes a las que Eddy Merckx ayudó al manifestar que vio perdido el Giro. Pero también pudo tratarse de una de las temidas pájaras o, quizás, una mala medición de la diferencia. Sea como sea, el misterio del Grappa seguirá siendo una de las leyendas del ciclismo.
Enhorabuena por estos artículos, la verdad es que sois de los mejores periodistas de este país y haceis que el ciclismo se disfrute durante 365 dias.