La Prefectura de Okinawa es la más austral de Japón. Comprendida por 160 pequeñas islas, 44 de ellas habitadas, es conocida por tener una historia y cultura diferente a la del resto del país Nipón, por su historia como reino independiente y por su lejanía geográfica respecto a las islas principales del país. Si a ello le sumamos que después de la II Guerra Mundial y hasta 1972 varias de sus islas pertenecieron a los Estados Unidos de América, podemos asumir que Okinawa tiene, cuanto menos, una identidad distinta.

Precisamente por la presencia de estadounidenses en Okinawa, principalmente en las bases militares, nació Chris Horner (Lampre – Merida) en este lugar ubicado entre el mar de la China Oriental y el océano Pacífico, tan lejos de Bend (Oregón), de donde procede su familia y él reside. Podría decirse que el actual vencedor de la Vuelta a España es el mejor ciclista que ha dado Japón. Sin embargo, considerando que el corredor de la eterna sonrisa es estadounidense, un coterráneo suyo, también de Okinawa y que actualmente lleva el maillot de campeón japonés, está escribiendo la historia del ciclismo japonés en ruta. Se trata de Yukiya Arashiro (Ishigaki, Okinawa, 1984)

El clima tropical de la Isla de Ishigaki y la poca densidad de población en comparación con otras grandes ciudades japonesas hacen que las bicicletas sean comunes en sus carreteras. Un hecho que no escapó a los ojos del pequeño Yukiya Arashiro, pero su afición al ciclismo fue compartida a su amor por el balonmano, deporte que practicó hasta la adolescencia. Sin embargo, una prueba fallida para entrar a la universidad para ser profesor como su padre hizo que Arashiro preparase su maleta y se marchase a Francia a buscarse un futuro como ciclista con la ayuda del ex ciclista japonés Shinichi Fukushima, amigo de su padre y el primero en ver las buenas condiciones de Arashiro sobre la bicicleta.

Arashiro ganó en 2013 su 2º Campeonato Nacional japonés de ruta

Arashiro ganó en 2013 su 2º Campeonato Nacional japonés de ruta.

En 2002 Arashiro llegó a una granja normanda con la intención de aprender el oficio de ciclista donde este deporte ha escrito sus páginas más gloriosas, en Europa. Se inscribió en un equipo regional francés y allí dio sus primeras pedaladas en el viejo continente durante tres años. Tras pasar por el Bridgetone Espoirs, el Equipe ASADA del ex ciclista japonés Akira Asada (actual seleccionador japonés de ruta), el Vang y el Nippo Corporation, saltó a profesionales con el equipo japonés Meitan Hompo GDR.

Arashiro ya había dado muestras de su calidad venciendo los Campeonatos Nacionales de contra el reloj y ruta sub 23 en 2005, pero su gran aparición se dio en el Tour de Limousin (su carrera predilecta) en 2006, donde acabó 3º en la general final. En 2007 dio otro gran salto al vencer el Campeonato Nacional japonés élite de ruta, una etapa del Tour de Japon y acabar en 2º lugar la Vuelta a Castilla y León. Con 23 años Arashiro ya era la gran promesa japonesa, pero su progresión daría otro impulso mayor el año siguiente.

Arashiro logró su primera victoria en una carrera europea en el Tour de Limousin, como no podía ser de otra manera, y subió al segundo escalón en el podio final. Jean René Bernaudeau, atento siempre a jóvenes figuras sean de donde sean, fue hasta Okinawa, donde Arashiro gano la general final y dos etapas parciales del Tour de Okinawa, y llegó a un acuerdo con el japonés para que se incorporase al año siguiente al Bbox Bouyges Telekom. Por lo tanto, Arashiro hacía de nuevo las maletas y repetía el viaje desde Okinawa a Francia. Esta vez, sin embargo, se quedaría en la casa del propio Bernaudeau en la región de Vendée.

La figura de Arashiro despierta pasiones en Japón.

La figura de Arashiro despierta pasiones en Japón.

En su primer año con Bbox Bouyges Telekom Arashiro iba a participar en el Tour de Francia. Ese mismo año su compatriota Fumiyuki Beppu, entonces en el Skil – Shimano, también participaría en la ronda gala, por lo que iban a ser dos de los cuatro nipones que iban a participar en un edición la Grande Boucle. Ninguno la había acabado. En 1926 y 1927 Kissio Kawamura tuvo que decir adiós apenas en la primera jornada de cada edición y, en 1996, Daisuke Imanaka (Polti) llegó fuera de control en la 14ª etapa, por lo que ningún japones había llegado a París. Ese era el objetivo de los dos japoneses en 2009 y los dos, Beppu y Arashiro, hicieron historia al ser los primero japoneses en terminar el Tour de Francia. ¿Suficiente? Para Arashiro no.

La 2ª etapa dejó un sabor de boca agridulce a Arashiro. Era la primera etapa en linea tras el prólogo de Mónaco y el pelotón se encaminaba hacia un sprint masivo. De repente, varios ciclistas se fueron al suelo pero Arashiro pudo esquivarlos. El horizonte se abrió para el japonés y llegó en 5º lugar a la meta de Brignolles. Un magnífico resultado para un debutante en el Tour, pero a Arashiro le supo a poco acabar tan cerca del podio y no lograrlo. Bernaudeu, sin embargo, se frotaba as manos. No sabía si entre sus manos tenía un sprinter, pero sabía que el japonés era un ciclista de garra, agresivo, valiente, rápido y con margen de mejora.

El año siguiente, en 2010, acabó 3º en la 4º etapa del Giro de Italia al verse superado por sus compañeros de fuga Jerome Pineau y Julien Fouchard, y en la 6ª etapa del Tour de Francia se metió en el sprint y terminó 6º. Fue 9º en el Campeonato del Mundo en Geelong (Australia) y, mientras tanto, durante el año dio una imagen de corredor luchador, cazador de etapas y amante de las escapadas que su carácter agresivo sobre la bicicleta hace que los aficionados se encariñen de él.

El maillot japonés despierta simpatías en el aficionado ciclista.

El maillot japonés despierta simpatías en el aficionado ciclista.

Arashiro está alcanzando cada vez más popularidad en Japón y desde hace varios años una legión de periodistas le siguen en el Tour de Francia. ¡Hasta tiene un muñeco! Hay que tener en cuenta que el ciclismo es un deporte minoritario en Japón, más allá del Keirin, y es que esta prueba de ciclismo en pista, inventado en Japón, tiene un gran seguimiento en el país nipón y mueve millones de dólares en apuestas. La ruta, sin embargo, no tiene tanta repercusión, a pesar de que dos ciclistas japoneses compitan en equipos World Tour, la Japan Cup acoja ciclistas de gran nivel desde 1992 y haya equipos continentales como Vini Fantini – Nippo y Team Ukyo, donde corren los españoles Ricardo García y José Toribio).

De carácter respetuoso y voz suave fuera de la carretera, Bernaudeau admitía que al principio tenía que contener a Arashiro debido a su valentía sobre la bicicleta. Humilde pero ambicioso, valiente y disciplinado, el japonés aspira a grandes cosas en el ciclismo y su lenta pero constante progresión le indican que va por el buen camino. Con carencias en las CRI y en los grandes puertos, Arashiro tiene un buen final uphill y habilidad en las llegadas masivas, a los que se les ha unido una mejora en la montaña como demostró en la recién disputada Vuelta al País Vasco.

Un muñeco de Arashiro de cuando corría en Bbox Bouyges Telekom

Un muñeco de Arashiro de cuando corría en el Bbox Bouyges Telekom.

Actualmente Arashiro vive el mejor momento de su carrera como ciclista. Ha dejado de ser una de las notas exóticas del pelotón y es un ciclista a tomar en cuenta en las carreras. Llegó como líder de su equipo, el Team Europcar, a la Vuelta al País Vasco y respondió de manera formidable. Aguantando con los mejores casi hasta el final en las etapas más duras, las sensaciones que dejó fueron buenísimas. Sensaciones que ratificó en De Brabantse Pijl, donde estuvo cerca de dar la sorpresa a los favoritos con un ataque en la última cuesta, pero no tuvo la fuerza suficiente y acabó en el 12º lugar.

Su gran actuación, sin embargo, llegaría cuatro días después en la Amstel Gold Race. Ante rivales de primerísimo nivel y en una clásica con mayúsculas, Arashiro dio la sorpresa al llegar en 10º lugar a la meta de Valkenburg. Aguantó en los primeros lugares hasta Cauberg, donde se iba a jugar la carrera, y mientras Philippe Gilbert (BMC Racing Team) volaba para lograr su tercer triunfo en la clásica cervecera, Arashiro hacía historia para ser el mejor japonés en una carrera de esta envergadura. El maillot del Sol Naciente nunca había brillado tanto en una carrera ciclista. Ahora Arashiro la ilumina. Habrá que seguir su estela.