Cada año desde 2003 la misma historia. ¿Meta en la cima del Cauberg, kilómetro y medio después o en Maastricht? Es la gran pregunta. No en vano, la decisión final de la Amstel Gold Race depende de ello. El Cauberg, casi un kilómetro de longitud a una media del 7’5% que con el paso de los años ha ido copando el protagonismo absoluto en cuanto a la decisión de la Amstel Gold Race aunantes de su ascensión final se hayan subido más de treinta cotas incluyendo tres pasos anteriores por el mismo Cauberg. Analizamos ahora los tres finales según su cronología.
El primer escenario analizado será el del final en Maastricht que se conservó hasta 2002 y en el que la meta estaba situada a una decena de kilómetros del final del Cauberg, un escenario perfecto para la carrera en los años ’70 y ’80 en que la carrera quedaba completamente rota y deparaba unos últimos kilómetros vibrantes; pero el ciclismo de aquellos años no tenía nada que ver con el de los ’90 ni con los de principio de siglo, así que antes de que la carrera se convirtiese en una clásica de cotas para sprinters la organización tomó medidas.
Se trasladó en final a la cima del Cauberg durante los 10 años que van de 2003 a 2012 y la carrera acabó convirtiéndose en un uphill puro, un gran pelotón llegaba agrupado a Valkenburg y en sus rampas se acababa decidiendo la carrera. Un uphill sin desniveles imposibles en los que la potencia juega un papel mucho más importante que la explosividad y en el que esta joven clásica primaveral acaba decidiéndose por fuerza, colocación y elección del momento. Como detalle apuntar que de las 10 ocasiones que se acabó así la carrera sólo en cuatro de ellas los dos primeros no acabaron con el mismo tiempo, Vinkourov ganó por 4″ en la inaugural de 2003, Rebellin por 1″ en 2004 y Gilbert por 2″ en 2010 y 2011.
En el caso del final kilómetro y medio después de la ascensión al Cauberg, un punto medio entre el final en Maastricht y el final en el Cauberg que finalmente se ha acabado adoptando después del buen resultado que dio este formato en el Mundial de Limburgo 2012. Los ingredientes son similares a los de una carrera con final en la cima de la famosa cota de Valkenburg, fuerza, colocación y elección del momento, con la pequeña diferencia que los demarrajes no pueden ser definitivos ya que las opciones de victoria pueden morir pasado el triángulo rojo. Pero a su vez no es fácil la situación en la que se encuentra el grupo, con poco margen de maniobra que obliga a actuar rápido para no despedirse del triunfo, si las dudas se apoderan, la carrera estará delante.
¿Meta en la cima del Cauberg, kilómetro y medio después o en Maastricht? Cada uno tendrá su opinión, y nosotros la nuestra. Pensamos que el final en Maastricht es anacrónico, la carrera perdería gran parte de su esencia y acabaría convirtiéndose en una carrera en que los sprinters tendrían todo en su mano para ser los grandes candidatos, algo similar a lo que le ha ocurrido a Gent-Wevelgem con la diferencia que la carrera limburguesa ha sabido adapatarse a los nuevos tiempos. Si tenemos que opinar sobre el final en la cima del Cauberg no queremos un uphill que se solape con la Flèche Wallone, así de claro, el uphill es el máximo exponente del ‘Ciclismo Youtube’ y no lo queremos ni en pintura. Así queda sólo el final a kilómetro y medio de la cima del Cauberg, no es ni mucho menos la mejor opción, pero entre las que se presentan es la que más nos convence, pues consigue alargar la emoción y genera tensión en el tramo llano entre la cima y la meta, pero no nos engañemos, el Cauberg volverá a decidir, y no siempre está Óscar Freire para poner la carrera patas arriba.
Cuál crees que sería la mejor opción Xavi?
Entre las tres propuestas, la actual.
Ya que no os convence demasiado ninguna de las tres, ¿qué propondríais vosotros para el final?
Algo similar al recorrido actual pero con algo más de acción tras el Cauberg. 1’5km en llano se me queda corto, pero habría que ir con mucho cuidado de no excederse.