Durante este mediodía saltaba la noticia, Sylvain Chavanel no participará en Paris – Roubaix debido a una bronquitis asmática infecciosa. Lo que parecía una unión perfecta está resultando un rotundo fracaso. Sylvain Chavanel abandonaba Omega Pharma – Quick Step rumbo a IAM Cycling tras cinco años en los que el corredor francés, a la sombra de Tom Boonen, se había erigido por méritos propios en una de las máximas estrellas del pelotón sobre los adoquines, y sabedor de que compartir equipo con una pléyade de estrellas podría privarle de conseguir logros para los que estaba de sobras capacitado decidió cambiar de aires.
Contra todo pronóstico lo hizo fichando por IAM Cycling, un equipo suizo Profesional Continental que en su segunda temporada en el pelotón buscaba dar un salto de calidad que le diese el billete directo al ansiado Tour de Francia y ya de paso le metiese de lleno en la lucha por las grandes clásicas de Primavera. Era un movimiento ideal para ambas partes, Chavanel encontraba acomodo como líder absoluto en un equipo en crecimiento e IAM Cycling se hacía con una estrella del pelotón que pasaría a ser su buque insignia durante las siguientes temporadas.
Pero las cosas no están yendo como se esperaban. Ni mucho menos, ya que IAM Cycling cuenta en este momento con dos victorias únicamente, de calidad, eso sí, la de Pelucchi en el sprint de Cascina en Tirreno-Adriatico y la de Frank en l’Ospedale en Critérium International. Pero bastante peor es el panorama de Sylvain Chavanel, que en este principio de temporada no hace sino encadenar decepciones. Sin protagonismo en las carreras francesas del mes de febrero muchas miradas se centraban en él de cara a la inauguración flamenca, el Omloop Het Nieuwsblad, pero como estrella que es -aunque sin victorias- no preocupó que estuviese lejos del triunfo en Gante. Algo que cambiaría durante una Paris – Nice que parecía hecha a su medida a pesar de la falta de una contrarreloj, sin alta montaña y con multitud de finales más que adecuados para él no logró repetir actuaciones anteriores en una de sus carreras predilectas.
Tocaba volver a centrarse en las clásicas, y la primera de ellas, Milano-Sanremo, en la que no sólo desaprovechó la oportunidad de atacar en el Poggio ante la desidia colectiva sino que también rehusó repetir el movimiento en la Cipressa que en 2013 le acercó al podio a pesar de la invitación de Nibali. Su objetivo estaba fijado en los muros flamencos que le habían aupado al estrellato y tres días después se plantó en Dwars door Vlaanderen, donde su quinto puesto no maquilla una actuación en la que otra vez adoleció de sus señas de identidad. Tras renunciar a Gent-Wevelgem quedaba para él una única carrera antes de De Ronde, el E3 Prijs Vlaanderen; allí no sólo estuvo lejos del cuarteto que se jugó la victoria, sino también del grupo perseguidor con todos los favoritos. Las alarmas estaban encendidas y en De Ronde van Vlaanderen se dispararon. La única imagen que tenemos de él es pasando el Koppenberg a mitad del grupo.
Y hoy, la catástrofe, nos conformábamos con volverle a ver volar sobre los adoquines, unos adoquines franceses que jamás le han tratado con la misma deferencia que lo hacen los flamencos; era el cartucho que le quedaba para salvar la Primavera, pero ahora, tras el anuncio de su baja en el Infierno del Norte por una bronquitis podemos afirmar que durante este año nos hemos perdido al mejor Sylvain Chavanel.
Ahora la pregunta es: ¿ha sido una desafortunada combinación de factores varios (mala suerte en Niza, ahora la enfermedad, etc) o a sus cerca de 35 le ha venido el bajón físico y ya no volverá a ser quien ha sido? Espero que aún le quede algo por decir, aunque sólo fuera en las cronos, ya me conformo.