Desde su salto a la carretera, los sprinters no han tenido mucha influencia en Katusha. El velocista en el equipo ruso se ha caracterizado por ser un alma solitaria, un corredor condenado a buscarse la vida en solitario, sin apenas compañía. Así pasaron los primeros años con corredores como Robbie McEwen, Danilo Napolitano, Denis Galimzyanov o Gert Steegmans. Del protagonismo que gozaron en los primeros años en las filas de la formación rusa gracias a unos notables resultados -catorce triunfos en dos temporadas-, su paulatina marcha a otros equipos cambió por completo la fisonomía de la escuadra rusa.

Pero en 2012 se volvió a optar por la figura del sprinter. A la llegada de Oscar Freire se sumaron los fichajes de Marco Haller, Alexander Kristoff, Rüdiger Selig y Alexey Tsatevitch. Todos ellos jóvenes, con potencial, progresión y versatilidad aprendiendo de un maestro, el triple campeón del mundo. Tres características que tres años después se mantienen firmes. Los resultados y victorias lo constatan. Bajo el liderazgo de Alexander Kristoff (1987), Katusha ha encontrado en el sprint una fuente de victorias que ha ido creciendo en número y en calidad. Seis en 2012, ocho en 2013 y, de momento, dos en 2014.

El noruego se ha convertido desde su fichaje en una pieza elemental de la estructura de Katusha. Su continuo crecimiento le ha llevado a convertirse en uno de los sprinters más sólidos del pelotón al que suma la principal característica de los velocistas de la escuadra rusa; él, como sus compañeros, mantiene un buen rendimiento más allá de una llegada masiva; él, como sus compañeros, muestra solidez en pruebas de un día tan dispares como la Milano – Sanremo o las clásicas belgas.

Fue precisamente el primer Monumento del año el que ha situado a la velocidad de Katusha de nuevo en órbita. Los cohetes rusos, de la mano de Alexander Kristoff, se reivindicaron con el triunfo en Sanremo. La conquista de la célebre prueba italiana se convirtió en la mejor victoria de los velocistas en los últimos tres años. Éxitos en La Panne, Dinamarca, Noruega, Suiza u Omán en una clara ascensión de presencia, resultados y victorias para un corredor que gozará de su oportunidad en la próxima edición del Tour de Francia donde sin Joaquim Rodríguez acaparará el liderazgo en busca del maillot verde.

Kristoff Katusha

Alexander Kristoff celebra la victoria en Lungomare Italo Calvino. Foto © Milano – Sanremo

Pero el noruego no es el único. Marco Haller (1991), Rüdiger Selig (1989) y Alexey Tsatevitch (1989) crecen bajo el amparo de Alexander Kristoff. El trío, también versátil, encontró en pruebas de un día su mejor escenario sumando también presencia en sprints masivos. Muestra de ello son los triunfos de Marco Haller en un parcial del Tour of Beijing’12, Rüdiger Selig en la Volta Limburg Classic’13 o de Alexey Tsatevitch en Le Samyn’13 o un parcial de la Settimana Lombarda’13. Entre ellos, el ruso es el alumno aventajado. Alexey Tsatevitch, segundo este año en Le Samyn y séptimo en la Gent – Wevelgem, sumó once puestos entre los diez primeros en 2013 siendo la segunda alternativa a Alexander Kristoff.

A día de hoy, pese a no contar dentro de los elegidos para disputar las grandes pruebas del World Tour a excepción de Alexander Kristoff, el cuarteto rápido de Katusha suma el 50% de los triunfos del equipo en un comienzo de curso que marca, claramente, una línea ascendente en la presencia de resultados. Con el paso del tiempo comenzarán a estrenarse en el mejor calendario pero, de momento, completa su evolución en el Europa Tour en una clara estrategia de los dirigentes rusos tanto por su evolución como por dar continuidad al bloque de vueltas por etapas encabezado por dos figuras, Joaquím Rodríguez y Simon Spilak.