En una Milano – Sanremo más plácida, tácticamente hablando, de los últimos años y sin Le Manie en su trazado apenas se reducen a tres momentos. Los ascensos a la Cipressa y el Poggio y el sprint final fueron los únicos puntos donde la táctica resultó clave para el transcurso y resolución del primer Monumento de la temporada al que le faltó mordiente.
Vincenzo Nibali, única tentativa en la Cipressa
Al igual que sucedería poco después en el Poggio di Sanremo, el ascenso a la Cipressa estuvo marcado por el intento de freno por parte de los equipos de los sprinters. En un grupo menguado por las inclemencias meteorológicas, Giant – Shimano intentó, sin éxito, controlar desde los primeros metros la ascensión a la colina de la Liguria. Los compañeros de John Degenkolb, que poco después pincharía quedándose sin opción alguna, se colocaron al frente del grupo con ese objetivo pero rápidamente su planteamiento fue derrocado por la Cannondale.
Sin Moreno Moser, baja de última hora, y después del trabajo de Alan Marangoni, Alessandro De Marchi se encargó de endurecer el ritmo del grupo de favoritos en favor de los intereses de Peter Sagan. El ritmo no sólo estiró al pelotón si no que cortó a candidatos al triunfo. Arnaud Démare, Thor Hushovd, Geraint Thomas o Michael Matthews perdieron sus opciones en la Cipressa bajo el ritmo de De Marchi y la incesante lluvia.
Ante la clara predisposición a realizar una selección por parte de la Cannondale, los ataques no sólo se hicieron de rogar si no que únicamente se contó uno. Vincenzo Nibali, nunca falla en la Milano – Sanremo, tentó el ritmo de De Marchi para buscar la heroica en Sanremo. El líder de Astana, único ganador de una Gran Vuelta en liza, se marchó en solitario logrando coronar con medio minuto de ventaja aumentando hasta casi el minuto de renta una vez concluido el descenso donde superó a los dos últimos supervivientes de la escapada, Marc De Maar y Maarten Tjallingii.
A pesar de que el grupo apenas contaba con treinta unidades sin ningún equipo con varias unidades para poder trabajar plenamente en la neutralización, el llano entre la Cipressa y el Poggio mató al intento de Nibali. Sin compañía, como reclamó en Twitter, el camino entre ambas colinas secó la distancia siendo neutralizado en el comienzo del Poggio. Su ataque se convirtió en la única amenaza de la Milano – Sanremo.
Un Poggio sin mordiente
Si en la Cipressa fue Giant – Shimano en el Poggio Lotto – Belisol trató de menguar el ritmo en favor de un André Greipel que en la Cipressa atravesó dificultades para coronar en cabeza. Los belgas tomaron el control en los primeros metros pero, una vez neutralizado Nibali, un ataque de un Trek Factory Racing cambió la composición de la cabeza del grupo. Cuando todo el mundo esperaba a Fabian Cancellara fue Gregory Rast quien se movió. Un ataque que continuó Enrico Battaglin pero ambos sucumbieron tras una aceleración de Philippe Gilbert que sin poder distanciarse del grupo neutralizó el corte.
Corredores de segunda fila gozaron del mayor protagonismo en un Poggio triste, como el tiempo. La definitiva ascensión de la Milano – Sanremo se convirtió en el fin de las posibilidades de muchos corredores que ni siquiera se plantearon el ataque. Un ataque que llegó en los metros finales primero por parte de un Luca Paolini sin convicción y de un Lars Petter Nordaugh que trató de comenzar el descenso con algo de ventaja.
El descenso, con un punto más de selección gracias a la lluvia, tampoco supuso variación alguna de la situación de carrera en un grupo estirado, sin control, que apenas encontró una acción que fuera capaz de romper el sprint en Lungomare Italo Calvino. Sonny Collbrelli, un corredor con mejores opciones en el sprint, fue el único ataque ya en el Corso Cavallotti tras darle continuidad a un movimiento sin carácter de Lars Petter Nordaugh pero su insistencia no obtuvo margen alguno. La aparición de Luca Paolini apaciguó las escasas ganar de moverse.
Sprint duro, largo y descontrolado
Después de probar fortuna en el Poggio, Luca Paolini llevó al grupo hasta más allá del arco de último kilómetro. A su rueda Alexander Kristoff seguía la estela de su único compañero. Detrás un favorito se quedaba sin opciones. André Greipel quedaba cortado en una oportunidad de su vida. El sprinter de Lotto – Belisol perdió contacto con la cabeza quedando fuera del sprint final.
En la doble curva de acceso a Lungomare Italo Calvino Paolini era superado por un Philippe Gilbert que buscó la sorpresa bajo al lluvia arriesgando en la trazada provocando la ruptura del grupo y una caída en las unidades traseras. El belga se encargó de lanzar el sprint con la referencia de Kristoff a su rueda y con Greg Van Avermaet atacando por la parte izquierda siendo neutralizado por su propio compañero.
El pésimo movimiento a cargo de los corredores de BMC dio comienzo a un sprint donde la falta de fuerzas se convirtió en la circunstancia más concurrida. Ni Peter Sagan, ni Daniele Bennati se metieron en la llegada mientras que a los que lanzaron pronto su intento se vieron superados claramente. Fue el caso de Mark Cavendish quien irrumpió por el costado izquierdo a falta de algo más de 200 metros junto a Sacha Modolo o Gerald Ciolek. En la que en otros casos hubiera sido la distancia del británico, ayer en Sanremo supusieron demasiados metros.
Por el centró arrancó algo más tarde Alexander Kristoff. El noruego, pletórico, no encontró rival en Lungomare Italo Calvino venciendo con suma facilidad tras remontar la desventaja frente a Mark Cavendish y Sacha Modolo e imponerse a los corredores que, como él, remontaban por el costado izquierdo. Fue el caso de Fabian Cancellara, sentado, que se lanzó a rueda del noruego pero que nunca tuvo posibilidad de mejorar el segundo puesto, de Ben Swift, tercero, que se aprovechó de la falta de hueco de Juanjo Lobato para subirse al podio o de Sonny Colbrelli que después del ataque todavía tuvo fuerzas para firmar la quinta plaza. Los cinco certificaron la clave del sprint en Sanremo, arrancar más tarde.
https://www.youtube.com/watch?v=fUQ20CtbtFg
No creeis que Nibali se “flipó” un poco y no actuó con cabeza al llegar a los 2 escapados y pasarlos por encima, cuando quizás era mejor llegar donde ellos, recuperar un poco de fuerzas y luego intentar entre los 3 seguir ,manteniendo distancias en el llano para luego ya irse sólo.
No hubiese ganado de ninguna manera porque atrás tiraron muy fuerte,pero al menos hubiese llegado más lejos y quien sabe…
Si atacas en Cipressa, más sin haber subido Le Manie y con decenas de tíos detrás, o buscas un grupo o estás muerto. Nibali atacó y se fue sabiendo que no llegaba. Vamos, que no jugó a ganar. Aunque tampoco podría haber hecho más que dejarse coger y volver a intentarlo en el Poggio. Esos km. de llano fueron para nada.
La escapa iba muy muerta…
300 kms lloviendo son muchísimo más duros que 300 kms…
“Muchos más errores que aciertos”…claro…en ciclismo sólo gana el primero…si ese es el único que acierta…
Nibali lo hizo prefecto, un valiente,y un valiente con cabeza…si a su ataque… que durante los primeros minutos…mantuvo al pelotón a 400 metros esperando por más valientes… pero no los había…ni Chavanel, ni Stybar, Ni Bakelands, Ni Gilbert , Ni Cancellara Ni Bennatti, Ni Pozzatto probaron…no tendrían ni piernas… fue muy característico el Poggio, pelotón de 50 corredores 2 o 3 máximo por equipo, eso quiere decir que en esos 300 kms… con esa lluvia… es una quema de gregarios terrible…
La decepción es Sagan…No sé si algún ganará alguna carrera de más de 250 kms…El año pasado la nieve, luego en las Ardenas calambres en el km 200…este año…
¿Pesimo movimiento de los BMC? Que gracia, son profesionales amigo, han tenido 300km para hablar con sus compañeros, creeis que Gilbert hacia eso para lanzar el sprint, ¿Desde cuando se lanza un sprint llano a menos de 50km/h? y encima si es Gilbert el que le lanza.
Los BMC tenían esa táctica: Parar al pelotón y que se lanzara desde lejos Van Avermaet esperando la asfixia muscular del resto de esprinters en esta ocasión fallaron pero si observáis otros intentos de esprintar de Van Avermaet podeis observar que siempre lo intenta desde mas lejos que el resto porque en muchas ocasiones se le acaban los lanzadores.
Nibali es un CICLISTA de los grandes, no se conforma con llegar en la grupeta y con un gramo de fuerza que tenga siempre lo intenta. Está claro que su ataque buscaba algún compañero fuerte pero nadie pudo, quiso o nadie se atrevió. La situación podía recordar a la de Alejandro Valverde en la Roma Maxima. Está claro que Nibali tenía pocas opciones y un ataque como el que hizo era de lo poco que podía hacer para jugarse la carrera.
Y visto como ha empezado la temporada, ¿no creéis que el pavé en el Tour puede ser determinante? Creo que Valverde podría hacer en esa etapa mucho daño pero mis esperanzas están puestas en las ganas de “jugar” que tenga Nibali, un corredor valiente de verdad. Deseando que llegue ese día.
Enhorabuena por la página