Cuando la historia recuerde a Fabian Cancellara lo hará como uno de los mejores contrarrelojistas de todos los tiempos y como un potentísimo clasicómano, coetáneo de Tom Boonen, que acumuló Monumentos a lo largo de su carrera y que si no se retiró con más fue por su punta de velocidad, que le permitió subir una vez tras otra al podio -van 10 seguidos y la racha sigue abierta- aunque a su vez le privó de alzar los brazos en más ocasiones. Pero parémonos a pensarlo detenidamente.

¿Es realmente Fabian Cancellara mal sprinter? A día de hoy, al contrario de lo que ocurría en los primeros años, se puede afirmar que no es mal sprinter, pero no se queda ahí la cosa, ya que poco a poco se está convirtiendo en un hombre muy a tener en cuenta en carreras de más de 260km. Porque a pesar de haber roto ya el gafe, ha llegado el momento de que el suizo pueda desprenderse definitivamente del sambenito que le acompaña de que “Fabian Cancellara sólo gana si llega solo”.

© Rui Quinta

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Incluso él mismo llegó a creerse aquella historia, si no basta recordar su desdén en pelearle el pedrusco a Boonen en 2008, pero como todo cambio de tendencia necesita un punto de inflexión, y en el caso de Fabian Cancellara ése fue Milano-Sanremo’11. Por primera vez tras unos años un pequeño grupo se jugaba la victoria tras haberse roto la carrera en el Poggio, ocho hombres que se habían plantado en las calles de Sanremo con dos ciclistas copaban el favoritismo. Matt Goss, el único sprinter puro, y Philippe Gilbert, quien acabaría siendo el gran dominador de la temporada. Se lanzó la llegada, y Matt Goss cumplió los pronósticos; por la parte derecha de la calzada se alzaba con el triunfo sin discusión, mientras Cancellara, tras empezar el sprint a su rueda y perder un metro después de que Scarponi abriese fuego tomaba el costado izquierdo.

Un muy buen sprint que tuvo no tuvo continuidad en la llegada de De Ronde en la que Nuyens sorprendió tanto a él como a Chavanel, pero sí en el sprint masivo más importante de los últimos tiempos, el del Mundial de Copenhague. Un Mundial para sprinters, con la llegada picando ligeramente hacia arriba. Cavendish cumplió los pronósticos y remató el dominio británico pese a que Goss estuvo cerca de dar la campanada, acercándose más al oro que un Greipel que completó el triplete de HighRoad un año después de su marcha. Y tras ellos tres, Fabian Cancellara. Por delante del resto de velocistas. Tras 260km, sprintando de pie sobre su bicicleta rozó la medalla en el Mundial de los sprinters.

photo: fabiancancellara.ch

Foto © fabiancancellara.ch

Desde entonces sus actuaciones vienen siguiendo esa línea. Constatando su mejoría en esa faceta del ciclismo Fabian Cancellara volvió a tener en Milano-Sanremo la oportunidad de demostrar que llegando en grupos pequeños es ya una amenaza que hay que tener en cuenta. En 2012, después de vaciarse en el tramo llano evitar ser cazado con Gerrans y Nibali a rueda, aún tuvo piernas para pelearle el sprint al australiano, un hombre sobre el papel más rápido que él que tuvo que emplearse a fondo para superarle por media bicicleta. Caso similar al del año siguiente, cuando tras vaciarse Ian Stannard, fue quien completó el podio tras acabar por detrás de Ciolek y Sagan; cerca y lejos, solo que esta vez había cedido contra dos de los hombres más rápidos del pelotón.

Entonces llegó Paris-Roubaix. No sabemos qué hubiera pasado si una cámara de fotos no se hubiese interpuesto en el camino de Štybar en el Carrefour de l’Arbre, pero el caso es que Fabian Cancellara llegó al Velódromo junto a Sep Vanmarcke y le ganó. El mismo Sep Vanmarcke que un año antes había batido a Boonen en el Omloop Het Nieuwsblad. Por fin el suizo se llevaba una gran victoria llegando a meta acompañado. Desde aquel momento se había abierto la veda.

Y en estas, un año después, la Classicissima, la carrera en que año tras año ha demostrado su mejoría. Sus tres visitas anteriores al podio habían sido especiales, llegando en grupos pequeños en los que la plaza de honor era mucho más barata, pero tras un Poggio sin ataques, en esta ocasión fueron muchos los ciclistas que llegaron al tramo llano en el pelotón. 25 entraron en el mismo tiempo y sólo uno pudo batirle. Pese a no comenzar el sprint en una posición idónea su progresión fue magnífica, pero el domingo había un hombre por encima de todos, esta vez era Kristoff le privaba de la gloria. El mal tiempo vivido influyó, sí, eso no lo puede negar nadie. Pero tampoco nadie puede negar la ristra de sprinters puros a los que Fabian Cancellara dejó detrás, porque batir a Cavendish, Modolo, Ciolek y Sagan en un sprint no es casualidad, sólo puede hacerlo un muy buen sprinter. O si quiere llamársele así, un muy buen sprinter en carreras de más de 260km.