La que se presuponía como la edición del lavado de cara y cambio hacia una nueva era de la Classicissima con la inclusión de una nueva ascensión en la parte final con la intención de dinamizar los últimos kilómetros y dificultar al máximo el habitual sprint en la localidad, ha sido finalmente la del regreso a un pasado dominado casi sin excepción por los velocistas y los pelotones. La lejana pero selectiva Le Manie queda fuera del escenario del mismo modo que la revolucionaría Pompeiana, dejando tras de sí un perfil propio de las primeras ediciones del presente siglo, marcadas por los ‘volattas’ multitudinarias frente a la costa ‘liguri’.
De este modo, los hombres rápidos pasarán a ser este domingo, si cabe, un poco más candidatos que en unos últimos años marcados por los pequeños grupos que sometían al engorroso pelotón, aunque la velocidad con la que se superará el encadenado Cipressa/Poggio favorecerá como siempre a quienes tengan buenas cualidades para este tipo de altos como pueden ser Peter Sagan o John Degenkolb. Ambos llegan en unos estados de forma excelentes, repletos de moral por los triunfos cosechados durante las últimas semanas y avalados por una velocidad que les puede situar en lo más alto tanto en grupos rotos como en llegadas masificadas.
Junto a ellos se esperaba la presencia de Tom Boonen, pero el desgraciado aborto de su esposa deja como mayor baza de Omega Pharma-Quick Step a Mark Cavendish, vencedor en 2009 que ve como la supresión de ambos altos incrementa significativamente de sus opciones al triunfo, aunque como contrapunto hay que tener en cuenta las dudas que generan sus piernas a estas alturas de la temporada.
Aun así, lidera junto a André Greipel la lista de “pesos pesados” que necesitarán de un final lento y controlado para disputar una carrera de la que, si llegan a Lungomare con opciones, pasarían a convertirse automáticamente en las ruedas a seguir. No obstante, de fallar el manés, si algo no le falta a la escuadra de Patrick Lefevere son efectivos para brillar, que acude a la capital lombarda con un plantel simplemente impresionante, en el que varios de sus ciclistas serían líderes indiscutibles en muchos de los otros equipos, como ocurre con Gianni Meersman o Michal Kwiatkowski.

Cavendish buscará su segundo triunfo de la mano de un conjunto de campanillas / Foto: @100pour100velo
Con un perfil similar a ellos, aunque con mayores aptitudes para las dos subidas finales, se abre un amplio abanico de candidatos a hacer un buen papel al sprint, que de darse contaría con ellos con casi total seguridad. Sacha Modolo, que fue cuarto en su estreno aquí, será la principal baza local en una situación en la que disputaría la carrera con los Edvald Boasson Hagen, Alexander Kristoff, Heinrich Haussler, Thor Hushovd o el vigente campeón, Gerald Ciolek, como ilustres veteranos que contrastan con una nueva hornada de velocistas que deberán demostrar que poseen el fondo suficiente para disputar el triunfo. Una virtud que ya ha sido demostrada en alguna ocasión por Arnaud Démare, Fabio Felline o Sonny Colbrelli, pero que mantienen como una incógnita de cara al domingo al benjamín Bryan Coquard.
No obstante, las opciones de todos ellos pasan por aplacar el fuego y la voracidad de Vincenzo Nibali y su escuadrón de lujo para reventar la carrera en Cipressa y Poggio. A pesar de ser una carrera situada en el polo opuesto de sus condiciones, su compromiso con la historia y sus ‘tifossi’ le convierten, si no en favorito claro a la victoria, sí en principal sospechoso de acabar con las opciones de más uno y de abrir las opciones a otro perfil de ciclistas cuya velocidad es simplemente complemento de su calidad. Es en este escenario en el que esperan reconocidos actores como los Philippe Gilbert, Sylvain Chavanel, Greg van Avermaet o Diego Ulissi, a quienes por estado físico y proyección se espera que puedan unirse los Tom-Jelte Slagter, Arthur Vichot, Tony Gallopin o, si cabe, José Joaquín Rojas, como amenazas al poder establecido en busca de su primer papel protagonista en un Monumento.
Yendo más allá si cabe, el más que seguro movimiento que plantee Astana puede no solo beneficiar a los arriba mencionados, sino a hombres más fuertes que puedan romper la hegemonía del sprint a base de potencia y calidad. Y entre todos ellos, quien destaca por encima de nadie es Fabian Cancellara. Vencedor en 2008 y podio en los tres últimos años, si no ha podido azar los brazos ha sido por la falta de ‘rush’ final suficiente, pero no por su capacidad de ganar la partida a todo un pelotón ya sea en el llano, bajando o subiendo. En este último caso, tampoco convendría descartar a Bauke Mollema o Dani Moreno como posibles ayudantes de lujos en los metros finales del “Squalo” o “Espartaco” que se convertirían en enemigos muy peligrosos de jugarse la carrera cara a cara.
Muchas veces me he preguntado por que hay tan pocas opiniones en sus acertados y amenos reportes……….
Esperemos que mañana se haga una dura carrera en los últimos kms, esperando un final electrizante, esperemos no tener un sprint masivo…….