Cuando hace escasas semanas se conoció que la Pompeiana desaparecía del recorrido de Milano-Sanremo dos notas de prensa de equipos se sucedieron en un corto espacio de tiempo. Mark Cavendish y André Greipel serían finalmente de la partida en la Classicissima, no en vano sus opciones a la victoria habían crecido exponencialmente. Y como las suyas las de otros sprinters poco dados a las rampas como Nacer Bouhanni o Bryan Coquard, para los cuales Milano – Sanremo no entraba en su preparación a principio de temporada. Otros, como Tom Boonen o Sacha Modolo que salen muy favorecidos con el cambio de recorrido o Peter Sagan, Edvald Boasson Hegen, John Degenkolb, Arnaud Démare, Alexander Kristoff y Heinrich Haussler que también ganan muchos enteros de cara a la carrera del domingo, ya tenían su presencia confirmada en la Classicissima antes de que se decidiera el cambio de recorrido.
Porque Milano – Sanremo es, y ha sido, el Monumento de los velocistas, con todos los matices que se le quiera poner, pero el Monumento para hombres rápidos, y en 2014 éstos aumentarán sus posibilidades al no haberse incluído tampoco la subida a Le Manie, de modo que sólo la Cipressa y el Poggio les separarán de una llegada masiva. La Cipressa -5,6km al 4,1%- no debería suponer problema para ninguno de ellos debido al poco interés que suscita entre otro tipo de corredores, a excepción probablemente de Vincenzo Nibali, debido a su lejanía y la posibilidad de reagrupamiento en los nueve kilómetros de llano previos al Poggio di Sanremo -3,7km al 3,7%- en que aquellos interesados en desmontar el sprint darán el máximo por su causa en una cota que siempre se ha atragantado a los sprinters puros.
Será entonces cuando entre en escena el equipo. 6,2km entre la cima y la meta para marcar un ritmo que permita el reintegramiento, progresar en el grupo, concluir la persecución y lanzar el sprint. Difícil pero no imposible como demostró George Hincapie conduciendo a Mark Cavendish en su victoria en 2009, cuando el sprinter de la Isla de Man, centrado en las clásicas primaverales como no ha vuelto a estarlo, aprovechó su oportunidad.
Con un recorrido extramadamente benevolente, quién sabe si por última vez teniendo en cuenta las intenciones de RCS Sport, calcado al que se presentaba hasta 2007 en que hombres como Alessandro Petacchi o Mario Cipollini nada dados a superar las cotas lograron la victoria, en 2014 no son pocos a los que se les presenta una gran oportunidad… si no la oportunidad. A Boonen de ganar el Monumento al que aspira y le falta, a Cavendish de conseguir una segunda Milano – Sanremo con la que dar más brillo si cabe a su Mundial en ruta, a Sagan, Boasson Hagen, Degenkolb, Démare, Haussler o Kristoff de estrenar su palmarés en los Monumenos y a André Greipel y el resto de los sprinters puros de hacerse con un Monumento al que probablemente nunca más puedan optar.
No decís nada de Gallopin?
Pensamos que Lotto – Belisol va a todas con Greipel. Como explicamos en la entrada Gallopin tendrá más oportunidades en Sanremo, Greipel no.
Me sorprende que se siga considerando a Haussler como uno de los favoritos. Ojalá me equivoque, ya que es un ciclista que me gusta bastante, pero creo que está ya lejos de poder competir a estos niveles.
Un saludo y enhorabuena por la página.
Te daría toda la razón si no fuese Sanremo.
Hola! Yo creo que con Le Manie es sufieciente de dura.
Me parece que con la Pompeiana se haría demasiado dura y la Milano – Sanremo siempre ha sido para “hombres rapidos”, clásicas con rampas al final ya hay en otras fechas