Resulta imposible discutir su calidad. Él la tiene innata. Entró en el ciclismo a una edad tardía, tras ser portero de fútbol, a los 19 años y prácticamente un par de años después disfrutaba de sus primeras carreras con profesionales. A Greg Van Avermaet (Lokeren,1985) tan solo le falta rematar. Para él, la victoria es esquiva. Es extraño, incluso, que un corredor que de sus características sumen tan pocos triunfos a lo largo de su carrera deportiva. Apenas catorce victorias contemplan su palmarés en sus ocho campañas como profesional.
Es, sin duda, este hecho el que acentúa su trayectoria. Los triunfos, esquivos, pero cercanos le han dejado en un papel de segundón. Un corredor regular, siempre metido en la pelea pero que pocas veces consigue rematar. Una circunstancia que sobresale en las grandes clásicas. Las pruebas que coinciden con el perfil que Greg Van Avermaet ha logrado pulir desde que sobresaliese en la Vuelta a España de 2008 donde además de sumar un triunfo se llevó la clasificación de la regularidad merced a sus once top10 conseguidos en veinte etapas. En esa misma campaña ya comenzó a labrar ese perfil que irrumpe con fuerza en la temporada de clásicas. Pavés, muros, cotas o sprint, nada de antepone a Greg Van Avermaet quien a sus 28 años atesora notables resultados en pruebas tan dispares como Milano – Sanremo, París – Roubaix, Amstel Gold Race, Clásica de San Sebastián o Il Lombardia.
Resultados sí, victorias no. Ese es su problema. Desde el tercer puesto en el E3 Prijs de 2008 hasta su segunda plaza en el Omloop, Greg Van Avermaet ha perdido varias oportunidades de tener una gran clásica en su palmarés junto a la París – Tours de 2011, su única victoria. Omloop de 2009 (4º), Gran Piemonte de 2011 (2º), GP Québec de 2012 (2º), GP Wallonie de 2012 (2º), Strade Bianche de 2013 (6º) o el GP Québec de 2013 (3º) se suman al resultado de la apertura de la temporada de clásicas en Gante donde, en contra de las quinielas, sucumbió en el sprint ante Ian Stannard.
Una derrota dolorosa que acentúo su condición de segundón en las grandes clásica. Una derrota que a pesar de ser un resultado excepcional dejó tocado al ciclista belga de BMC Racing Team. “Estoy temblando, sobretodo por la decepción. Fue una gran oportunidad. Si hiciéramos diez veces ese sprint, ganaría en nueve ocasiones. En mi cabeza ya había ganado el Omloop” resaltó en las declaraciones a Sporza. La cercanía de la victoria y la forma en sucumbir condicionó el pensamiento de uno de los hombres más regulares en las clásicas de los últimos cinco años pero al que se sigue costando rematar.
Del resto no puedo hablar mucho, pero el GP de Quebec del año pasado tuvo cierto delito… Se lleva a rueda a Sagan a un ataque a 3 km de meta, y no es capaz de disputar de forma competitiva una llegada que se lleva Gesink, no conocido precisamente por su punta de velocidad. Este Greg no es para nada un mal corredor, peeero….
De hecho, es un corredor de varias dimensiones, abnegado y bueno eligiendo momentos. Pero es que, joder, no remata una.
Bueno, y la Paris-Tours’11 se la gana a Marcato…
El pobre Greg ha dado en el palo hasta en el premio Poulidor. Ha sido el único que ha sido nominado dos años seguidos y ni por esas. Para una vez que quedar segundo es ganar… va y queda tercero ambas ocasiones. Hay que reconocerle que el tio es bueno en lo suyo (no ganar) porque es dificil estar cerca tantas veces y no mojar alguna.
Es un Rojas con más calidad :P. No, ya en serio, lo malo es que encima esto le afectará mentalmente y a saber si en futuras ocasiones en las que la victoria esté cerca le entra “miedo” y la lía aún más… puede ser un círculo vicioso muy malo.
En “Wallonie” ganó el año pasado la general porque Kolobnev tuvo un problema mecánico en los últimos KM de la etapa final cuando tenía ya la carrera ganada. Gran artículo