Cuando a falta de 10 km. del OHN la situación de carrera se encontraba con un dúo formado por Ian Stannard y Greg Van Avermaet, seguido de un trío en el que Niki Terpstra y Sep Vanmarcke tiraban de Edvald Boasson Hagen, todos nos echamos las manos a la cabeza. El británico tomaba el peso del dúo cabecero impidiendo la entrada de su compañero de equipo noruego que iba por detrás. Se la jugó a un uno contra uno y ganó al sprint a un buen llegador como es el belga de BMC. Sus portentosas piernas habían ganado la batalla a su mala cabeza. Esta vez, salió victorioso, aunque la del sábado no fue la primera vez que Ian Stannard actuaba pésimamente desde el punto de vista táctico.
La más sonada fue seguramente la de la última edición de la Milano – Sanremo, tras coronar el Poggio junto a Chavanel y ser atrapados por Paolini, Cancellara, Ciolek y Sagan en el descenso la lógica dictaba que el papel que debía tomar era el de soldarse a cola del grupo, recobrar energía e intentar algún ataque duro en los tres kilómetros finales en las calles de Sanremo. Pero con Stannard jugándose la carrera no hay lógica que valga. Se puso al frente del sexteto y comandó un kilómetro, sufrió para no perder contacto después de que Cancellara atajase el ataque de Sagan, contraatacó sin haber podido recuperar y tras ser absorvido, incomprensiblemente, guió al grupo durante el último kilómetro y medio.
Ian Stannard es al ciclismo lo que un buey de arado a la agricultura. Fuerza bruta, pero al contrario de lo que ocurre en el campo sus ‘amos’ pocas veces consiguen sacar provecho de su extraordinario poderío físico. Lo suyo es atarle en corto, impedirle la visión periférica y ponerle a tirar, tirar y tirar, que cuando lo hace, no hay quien haga su trabajo mejor que él. Si no solo hace falta recordar su actuación devorando kilómetros en la parte final del Mundial de Copenhague 2011 permitiendo reservar corredores a la selección británica para dejar en bandeja el arcoíris a Mark Cavendish.
Es un auténtico rompetechos y ha cometido errores garrafales leyendo los instantes claves de la carrera, pero si consigue mejorar este aspecto -y tengamos en cuenta que cumple 27 en mayo- tendemos ante nosotros un candidato muy sólido en las grandes carreras del calendario. Va mejorando en los muros, pero su paso sobre los adoquines es de aquellos que da gusto ver y no tardará mucho en situarse a la altura de los mejores, así que veremos cómo se da durante la Primavera. Si su cabeza se pone a la altura de sus piernas tendremos un invitado de excepción en las clásicas de pavé.
Acabo de ver la San Remo del año pasado (últimos 20 Km), no recordaba tan lamentable la actuación de Stannard, pero es de traca; sólo le falto saltar él a por Sagan. El contraataque que el hizo fue de peseta, todos le ven pasar y ninguno salta a por él, le cogen por inercia, ni Sagan quiere tirar, ni Cancellara, pero le cogen; y porque ya había colapsado el motor. Bueno, a ver si aprende un poco, que tenemos tiempo de disfrutar con él; además, siempre es de agradecer la entrega, y él se vacía.
Es un vídeo de “escuela”. De enseñarlo para que no se haga eso, vamos.