Análisis de Eugenio González

Debería simplemente copiar el análisis del recorrido de La Vuelta de los dos últimos años para comentar la edición de 2014 presentada hoy. Si Unipublic no se esfuerza diseñando los recorridos, ¿por qué deberíamos hacerlo nosotros con su análisis? Habrá quien piense que eso demuestra personalidad, pero repetir siempre el mismo chascarrillo no es personalidad, es convertirse en una caricatura algo pesada.

Pero algo hay que escribir, y lo mejor posible, porque no estoy de acuerdo con esa ley del mínimo esfuerzo. Y si bien el global de la carrera no cambia desde que Javier Guillén llegara al cargo, una lupa de muchos aumentos nos permite ver diferencias en el recorrido, producto quizá de factores externos más que de la voluntad del organizador.

La principal diferencia es el cambio de número y morfología de los puertos de montaña. Si en 2013 La Vuelta contaba con 17 puertos que podríamos considerar de Primera Categoría, para 2014 hay casi un 40% menos quedándose en solo 11, un número muy bajo. Estos puertos son: Cumbres Verdes, Valdelinares, San Miguel de Aralar, San Glorio, La Camperona, Lagos de Covadonga, La Cobertoria, San Lorenzo, La Farrapona, Folgueiras de Aigas y Ancares. Quizá pudiera entrar el Alto de Morrazo. Pero que no os engañe la catalogación oficial, el Cordal o La Colladona no pasan de 2ª.

Quédense bien con esos nombres pues será ahí donde se juegue la mayoría de La Vuelta. Solo once grandes puertos de los cuales 6 se subirán en los tres días del tríptico cantábrico. Ademas estos puertos son en general cortos y de poco desnivel, generando su dureza a base de rampones como la barbaridad de La Camperona. Solamente La Farrapona, Ancares y el irrelevante San Glorio pasan de los 1000 de desnivel de ascensión en claro contraste con la pasada edición.

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Es por ello que solo hay una gran etapa de montaña, el serrucho asturiano camino de los Lagos de Somiedo. Con La Colladona para formar la escapada, el Cordal por su lado suave, el estreno de la cara dura de La Cobertoria, las terribles rampas de San Lorenzo y el pajarero final en La Farrapona, estamos ante la etapa reina y quizá la más dura jamás disputada en territorio español.

Los alicientes en el resto de etapas lo ponen puertos de segunda o tercera en etapas de media montaña de dureza controlada, con puertos a 20 – 40 km del final como en Córdoba, Cabárceno o Cángas de Morrazo que darán aliciente a las retransmisiones. Destaca el doble paso por la meta en alto del Monte Castrove, pues llegando tan tarde en la carrera y con dos ascensiones así de juntas alguien podría pensar en atacar en la primera subida.

Tema aparte son las cronometradas, que parecen ya una batalla perdida ante el ostracismo al que se ven sometidas por parte de una Unipublic que las considera un estorbo. La Vuelta se lanza en Jerez con 12,6 km de lucha por equipos en un recorrido urbano y ratonero que, unido a la escasa distancia, despojan de cualquier significado a la especialidad. Y el epílogo será una crono individual, de nuevo urbana y de 10 kilómetros en Santiago cuya relevancia final no será muy superior al clásico sprint en Madrid. Y entre medias queda la crono ¿larga? en tierras zaragozanas, repitiendo el esquema de crono mixta de nuevo por las falsas del Moncayo como el año pasado.

Se escucha mucho repetir que La Vuelta “odia” a los sprinters porque no les da terreno para lucirse, pero es mentira. En realidad los que pintan poco en la salida gaditana son los croners, ya que los velocistas contarán con 5 oportunidades claras (entre ellas la repetición de la espepéntica etapa-criterium de Logroño) a las que añadir alguna meta llana tras puertos que quizá algún hombre rápido supere en el grupo.

El resumen es el de siempre, un recorrido con muchísimos finales en cuesta y poca importancia de la crono, con interesantes novedades que ya era hora de que se viesen (San Glorio, Cobertoria, y especialmente Pan do Zarco y Aralar que van a gustar mucho pese a que ojalá fueran puertos de paso) y la habitual etapa reina muy dura del tercer fin de semana. Pero la sensación global es pobre debido a la escasa variedad de escenarios y esa sensación de que se deja mucho terreno por aprovechar, de que no se da un paso más allá que mejoraría esta carrera en todos los aspectos, tanto para los “puristas” como para la prensa futbolera y el aficionado ocasional. ¿Será miedo o será incapacidad lo que impida dar ese paso?