Asistir a una carrera en Bélgica es una experiencia que todo aficionado al ciclocross debería experimentar al menos una vez en la vida. Los belgas son los aficionados más fervientes y dedicados al ciclocross de todo el mundo, lo cual genera que este deporte y cada carrera que en este país se celebra, se vivan de una forma muy especial.
Vamos a centrarnos en lo que se refiere al ambiente que rodea a una carrera del Superprestige, del bpost Bank Trofee (antes GVA Trofee) o de una copa del mundo UCI. Hay algunas diferencias entre cada tipo de carrera: por un lado, no todos los circuitos arrastran a igual cantidad de público, y por otro lado, se puede observar como en el caso del Superprestigio suele haber un poco más de potencial organizativo que el caso del bpost Bank Trofee, y en el caso de la UCI World Cup se pueden ver algunos detalles organizativos más profesionalizados como el simple hecho del número y modalidad de acreditaciones para el personal de los equipos. Hablamos en todo caso de diferencias no muy notables.
Un detalle que tal vez os llame la atención, es el hecho de que en las carreras belgas es habitual que los organizadores ofrezcan una prima de dinero a los corredores más mediáticos simplemente por el hecho de formar parte de la parrilla de salida. Ciclistas como Niels Albert, Sven Nys, Kevin Pauwels o Klaas Vantornout entre otros reciben este tipo de incentivos. Los premios en metélico en función de la clasificación son un extra. Este hecho ha derivado en una particular competición entre organizadores, de la cual algunos se han caído por no poder asumir entre los costes organizativos estas primas pre-carrera, perdiendo así nivel de participación de corredores y por ende, cantidad de público.
Los días previos a la carrera, o el día previo mismamente, comprobamos en la web del evento los horarios de las carreras y la localización. También se pueden ver datos del circuito, listados de corredores inscritos, información y contacto de la organización, patrocinadores, cómo adquirir las entradas, y por supuesto el cómo inscribirse para participar en la carrera. El día de la carrera nos dirigimos al evento, y si lo hacemos temprano para presenciar las carreras de las distintas categorías podremos aparcar sin tener que dar vueltas y acceder rápido al circuito. Si pretendemos ver sólo la carrera elite lo tendremos más complicado. Para la prensa e invitados VIP suele haber una zona de parking junto a la entrada del circuito.
Bajamos del coche y observamos el ritual de aficionados calzándose sus botas de trekking o botas de goma para enfrentarse al barro tras las cintas. La mayoría llegan en sus vehículos particulares. Otros llegan en autobuses fletados al efecto por peñas de seguidores. Llegamos a la entrada del circuito y toca pasar por caja para la mayoría. Precios de entradas que van desde los 10€ habituales hasta los 15€ de una Copa del Mundo UCI. La compra anticipada suele tener un descuento de 2€. Los niños menores de 12 años entran gratis, los residentes en la localidad tienen descuento y las entradas VIP, que incluyen comida en una carpa-restaurante y a veces transporte, se van por las nubes o sólo se consiguen como invitaciones de los patrocinadores.
Entramos y comienza el gran circo, visitamos la zona de equipos, plagada de autocaravanas, motorhomes de diferentes tamaños, algún camión o autobús (si el Rabobank o la FDJ.fr se presentan) y algunos corredores más modestos con furgonetas. El despliegue de medios es brutal por parte de los equipos o corredores más potentes y mediáticos. Cabe mencionar que cada corredor acude con su propio motorhome y su propio equipo de asistentes. Un buen ejemplo es el de los Telenet-Fidea, el equipo más numeroso y potente en medios, cuyos corredores tienen su propia autocaravana o motorhome rotulada con los colores del equipo, desde los juniors hasta los elite pasando por mujeres y los sub23, y donde todos cuentan con bicicletas Ridley tope de gama. El equipo de asistentes de cada corredor varia en número y normalmente está compuesto por familiares, amigos o conocidos, y sólo unos pocos obtienen rédito económico por esta actividad.
Los corredores profesionales disponen de hasta cuatro bicicletas por carrera, e incluso una bicicleta aparte equipada con slicks para hacer rodillo. En los motorhome o autocaravanas, convenientemente acondicionados para guardar material de bicicleta, pueden llegar a contarse hasta 20 juegos de ruedas con sus correspondientes tubulares para un sólo corredor. Se monta una pequeña carpa para protegerse del viento y la lluvia, se pasa una cinta para delimitar la zona y que los aficionados no molesten la labor de los asistentes o jueguen con el material. Algunos equipos o corredores, montan también una pequeña carpa protegida de las miradas de los curiosos, en la cual se juntan en formato VIP diversos invitados para compartir charla y por supuesto para comer y beber.
En el caso de corredores como Sven Nys, Niels Albert, el equipo Fidea o los Sunweb de Pauwels y Vantornout, hay incluso puestos de venta de merchandising y ropa de los equipos. Sven Nys incluso dispone de su propia línea de merchandising y ropa que implica el desplazar una furgoneta adicional con dos vendedores a cada carrera. Esta situación contrasta con los medios que desplazan corredores como Jonathan Page, actual campeón estadounidense y que pasa gran parte de la temporada en Bélgica. Page cuenta con un solo asistente y con dos bicicletas normalmente, y se desplaza a las carreras en un utilitario.
Una vez hemos curioseado en la zona de equipos, echado un ojo al material, visto como los corredores calientan e incluso haber podido charlar con alguno, nos dirigimos al circuito propiamente dicho.Un circuito de ciclocross hay que caminarlo, ver cuales son las zonas que nos pueden resultar más interesantes para presenciar la carrera. Al menos a mí, me gusta ir cambiando de zonas entre las distintas carreras, e incluso cuando una categoría está ya en marcha, lo cual me permite observar cómo se desenvuelven los corredores en distintos tramos: subidas, bajadas, curvas, barro, arena, obstáculos, etc.
Observamos a los fotógrafos, son un buen número y van equipados hasta las cejas. Dos o tres cámaras, puede que algún objetivo extra, flashes auxiliares, vestidos con ropas para la ocasión y la climatología adversa, no dudan en tirarse al suelo y mancharse de tierra y barro para conseguir una mejor instantánea. Son siempre los mismos, ya te conoces las caras de la temporada pasada.
En cada carrera hay mutitud de puestos de cómida y bebida repartidos por el circuito. Se utiliza el sistema de compra de bonos de forma previa en unas casillas dedicadas a tal efecto para luego pagar con dichos bonos en cada puesto de comida. Las opciones a elegir son siempre las mismas: patatas fritas con diversas salsas a elegir, hamburguesas, hot dogs o bratwurst y carnes típicas de frituur belga/neerlandés. Cerveza en a raudales, café, vino caliente, refrescos y algún licor. Llama la atención cómo los belgas y neerlandeses son capaces de beber cerveza con temperaturas que pueden oscilar desde los 5o de media en Noviembre hasta los -7o que se pueden soportar en Enero.
Los aficionados belgas son uno de los puntales. Muchos corredores tienen ‘supporters club’, pero muchos otros aficionados también se engalanan con abrigos, gorros y gorras, bufandas y banderas de sus corredores favoritos. Nos encontramos con espectadores de todas las edades, desde niños hasta gente de avanzada edad, mayoría de hombres sí, pero también muchas mujeres, grupos de amigos, parejas, familias enteras. Cargan con comida y bebida traida de casa o atacan los puestos de comida rápida repartidos por el circuito. Varios se traen pequeñas sillas plegables para resistir varias horas de carreras.
En otra liga juegan los espectadores VIP. Disponen de una entrada que da pase a un restaurante- carpa montado junto al circuito, perfectamente aislado de las inclemencias del tiempo. Suelo de tarima, calefacción, mesas con mantel y menú incluído para disfrutar de la velada. Normalmente, disponen de una especie de terraza para poder presenciar el paso de los corredores, pero no siempre es así y la mayoría de los invitados permanecen en sus sillas disfrutando de la carrera a través de una pantalla de televisión. Resulta curioso deplazarse hasta un circuito en el que se celebra una carrera y seguir la misma como si estuvises en tu casa.
Hay otra carpa para la plebe, de libre acceso, sólo cubierta a nivel de techo. Música a cargo de un dj y barras de bebida. Suele estar masificada y es un buen punto para seguir la fiesta cuando terminan las carreras. Merece una mención la música que suena, es de lo más hortera, con temas populares belgas, alguno en inglés e incluso puede caer algo en español. Pero es música muy adecuada para la fiesta que esta gente monta.
En determinados circuitos la afluencia de público es mayor que en otros. Un buen ejemplo es Koksidje, donde la conocida recta de arena que permite ver corredores circulando en sentidos opuestos es uno de los puntos más concurridos, pudiendo formarse varias filas de espectadores y resultando complicado el presenciar la carrera a pie de valla.
Comienza la carrera y la histeria colectiva se desata. A cada paso de los corredores el público anima enfervorecido en cada punto del circuito. El top 10 se lleva la mayoría de aplausos y gritos, así como los corredores belgas, si bien siempre hay aficionados que pueden animar con la misma intensidad a Bart Wellens y a Julien Taramarcaz. Es un caso llamativo el de Bart Wellens, se nota que la mayoría de la afición belga le tiene un especial afecto, animándole siempre con fervor independientemente del puesto en el que ruede, ‘kom op Bartje’.
Los corredores que no forman parte de los grandes nombres del circuito mundial reciben menos ánimos, con excepciones… la temporada pasada el neozelandés Alex Zander Revell disputó buena parte de la temporada de ciclocross en Bélgica y demás países del circuito. A pesar de rodar siempre en posiciones muy atrasadas, de no llegar a completar todas las vueltas de cada carrera y de sus palpables carencias técnicas, su entrega y carisma, así como su look hippie con bigote y melenas y también el toque exótico de un ‘kiwi’ luchando en pleno invierno belga, hacía que los aficionados lo animasen casi tanto como el mismísimo Sven Nys. Por cierto, en unos días podremos volver a disfrutar de Alex compitiendo en Bélgica. Y por si fuera poco, Zdenek Stybar también ha confirmado una vuelta fugaz al barro para el próximo 21 de diciembre en el bpost bank Trofee de Essen.
La última vuelta de la carrera suele ser diferente en la reacción del público frente a las anteriores. Si los puestos del podio ya están decididos, todo el público aplaude al paso del inminente ganador para rendirle tributo. Si el pescado aún no está vendido y hay disputa, el público jalea y anima con más fuerza que nunca. Últimos segundos de carrera y el publico permanece atento a la megafonía del circuito para que anuncie el ganador. Si su corredor ha ganado, gritan de alegría y se felicitan. Mientras unos corren a presenciar la entrega de trofeos, otros se dirigen a continuar la fiesta pidiendo más rondas de cerveza y otros se encaminan a la salida del recinto.
Da igual quién ha ganado, ha sido otra gran jornada de ciclocross pese al frio, lluvia o viento que hayamos podido soportar. Así se vive una carrera como espectador en el reino mundial de esta maravillosa modalidad invernal del ciclismo y presenciando el espectáculo de los mejores corredores del mundo.
Tot volgende keer.
Articulazo. Habéis puesto dos veces la misma foto de Albert de la temporada pasada
Fotos de Albert vestido con el arco iris nunca sobran :D. Gracias, ya está corregido
Soy de la misma opinión, pero cuando ponéis fotos tan buenas como estas, mejor ver dos que una
Trompetazo a @Barcandia.
Tot DE volgende keer! (Hasta la pròxima)
Muy bueno el artículo. Reconozco que el cross es una locura aquí. Por esto, es muy divertido pero también confrontativo la descripción desde un punto de vista menos fanático.
Saludos desde Bélgica
Durante unos cuantos años ayudé a corredores foráneos en la Copa del Mundo de Igorre. Los eslovacos, por ejemplo, viajaban en una furgoneta 4 corredores (2 Junior, que luego asistían a los élite). Así conocí a Sagan de Junior (ganó en Igorre).
Otro año colaboré con Jonathan Page. Su único asistente era su mujer.
Es habitual que los organizadores dispongan de gente para colaborar con los corredores que lo requieren.
Otra particularidad de la Copa del Mundo es que los boxes se asignan por países. Imaginad la tensión en el box de Bélgica.
el año pasado pude ver la carrera de la Copa del Mundo de Koksijde y es una autentica pasada!!
Yo en un futuro tengo intencion de ir a alguna prueba.