Cuando un amigo se va, algo se muere en el alma. Eso dice la canción. Pues cuando el que se va es amigo, padre, hijo y Espíritu Santo, el alma se queda hecha añicos. Y es que eso significaba Sandy Casar para la FDJ.fr. Ahora, tras catorce (¡catorce!) temporadas de alegrías, sufrimiento y victorias en el conjunto francés, Sandy Casar dice au revoir.
Un año aciago ha provocado que Casar anunciase su retiro. Problemas de espalda y de alergias no le han permitido estar al nivel que a él le hubiera gustado; “estoy siempre en busca de antiguas sensaciones que no consigo recuperar”, afirmaba a Le Parisien el emblema de la FDJ.fr, por lo que “prefiero parar ahora”.
En el camino, el escalador francés, corredor activo y luchador, cosechó un palmarés de 8 victorias (3 de ellas en el Tour de Francia), buenas clasificaciones generales en varios Giro de Italia (13º en 2003 y 6º en 2006), Tour de Francia (16º en 2004, 13º en 2008 y 11º en 2009) y Vuelta España (19º en 2008), y una certeza: escapado se vive mejor.
Debut ilusionante y despertar en 2002
Tras pasar por el equipo Jean Floch / Mantes en su época como amateur y correr como stagiaire el G.P. Industria & Commercio di Prato en 1999 con la Française des Jeux, hizo su debut como profesional en este último equipo, único maillot que vestiría en sus catorce años en la élite del ciclismo. El estreno fue en Australia, en el Tour Down Under del 2000, donde acabó 5º en la general final. La carrera aussie no tenía ni la importancia, ni la calidad de hoy en día, pero hacer 5º en la general de tu primera vuelta en profesionales no es moco de pavo.
A la buena actuación en Oceanía, sumó buenos resultados en el Tour de L’Ain, en el antiguo Circuito Franco – Belga y en el Tour de Poitou Charentes. Un primer año que resultó ser mejor que el segundo, donde sólo destacó en alguna carrera, entrando en el top ten del Trophée des Grimpeurs, Tour du Haut Var y la 4º etapa del Tour de Limousin.
No fue hasta el 2002 cuando Casar dio el salto y su nombre empezó a sonar en la élite ciclista. Casar se presentó en la Paris-Niza como un joven prometedor, como tantos otros, y salió de allí como “el gran campeón del mañana”, según la revista Velo 101. Y es que el de la Française des Jeux acabó la vuelta en 2º lugar, a 55 segundos de Alexandre Vinokourov y por delante de, nada más y nada menos que, Laurent Jalabert.
Aprovechando el tirón y el buen estado de forma, logró un 3º puesto en la Paris-Camembert Lepetit, una de sus carreras fetiche, y debutó en el Tour de Francia, donde se dejó ver en la etapa 16, acabando 5º en Les D. La guinda al buen año llegó en septiembre, cuando se impuso en la 4ª etapa del Circuito Franco – Belga. Marc Madiot tenía un proyecto de buen ciclista en sus manos, una esperanza para una Francia sedienta de grandes triunfos.
Pocas victorias, mucho protagonismo
Tras algunas apariciones en etapas de la Paris-Niza y del Criterium Internacional del 2003, y un 4º puesto en ‘su’ Paris-Camembert Lepetit, Casar se fue a Italia a disputar el Giro de Italia, donde se iba a pasar por primera vez por el Zoncolan. El francés, con 24 años, no fue un gran protagonista de la carrera, pero a sus conocidas dotes como escalador sumó unas excelentes actuaciones contra el crono, que le valieron para acabar en un meritorio 13º puesto, justo por delante de un corredor que ese año corrió su última Corsa Rosa: Marco Pantani.
Casar se marcó un objetivo, hacer Giro y Tour en el mismo año, y para ello tenía que pasar por Suiza. Fue allí, en la vuelta del país helvético, donde logró su primera gran victoria. Fue en la 4ª etapa, cuando a falta de 10km parecía que el triunfo estaba entre su compañero de escapada Filippo Simeoni y él. El italiano dejó de tirar, jugaron mal con la ventaja y vieron como el pelotón liderado por Kim Kirchen los alcanzó. ¿Adiós a la victoria para Casar? Pues no. El francés tiro de casta, apretó los dientes y se impuso a un Kirchen que ya había levantado las manos. Humillación para el de Fassa Bortolo y gloria para el de la Française des Jeux, quien quería más, quería el maillot de líder, cosa que conseguiría si Simeoni no dejase de tirar. “No entendí lo que hizo Simeoni”, afirmó tras la etapa Sandy Casar.
Con la moral por las nubes ante la Grande Boucle, las carreteras de su país le pusieron los pies sobre la tierra. El doblete se le hizo duro, y un 8º puesto en la etapa 16 fue lo mejor que consiguió Casar en el Tour de Francia del 2003, donde acabó el 111º. Su año, sin embargo, fue más que bueno, y Madiot podía seguir contento con su pupilo, sabedor que le daría aún más alegrías.
En 2004 enfocó su temporada hacia el Tour de Francia, dejando de lado el Giro de Italia. Una primera parte tranquila de la temporada dio paso a un acercamiento hacia el Tour, donde Casar fue encontrando sus mejores sensaciones. Una buena Criterium du Dauphine y una aún mejor Route du Sud (donde acabó en el 2º puesto de la general tras Bradley McGee), auguraban un protagonismo en el Tour de Francia para el galo. Tenía confianza y no tardó en demostrarla. En la 5ª etapa se lanzó a por la etapa junto O´Grady, Voeckler, Piil y Backsted, y entre los cinco se jugaron al sprint la victoria en Chartres. Como mandaba la lógica, la etapa se la llevó el australiano.
Casar llevó el maillot de mejor joven durante 10 etapas del Tour, ya que tras esa 5ª etapa se puso como líder del Tour ‘Titi’ Voeckler, quien también era el mejor joven, por lo que éste no podía vestir ambos maillots. Protagonismo, pues, para un Sandy Casar que luchó por algo más que las victorias de etapa, y que tras una buena última semana en los Alpes, terminó la ronda gala en 16º lugar, siendo el 2º mejor joven en el podio de París tras Vladimir Karpets.
Sería en agosto cuando lograría su única victoria de la temporada, en la 2ª etapa del Tour du Poitou Charentes et de la Vienne, al dejar atrás a sus compañeros de fuga. Una victoria que pondría un broche de oro a otro año más en clara progresión para un ciclista con muchos años por delante.
En 2005 consiguió la que ha sido su única victoria en una carrera por etapas. Fue en la Route du Sud, donde se impuso a Przemiyslav Niemiec y a Salmon Benoit en la general. Una victoria de peso, que junto a un 6º puesto en el Campeonato Francés, afirmaban a Casar como un hombre a seguir en el Tour de Francia. Como en 2003, el galo iba a hacer el doblete Giro-Tour, pero su paso por carreteras italianas fue bastante más discreto que la vez anterior. Esta vez su objetivo era el Tour, buscaba la victoria de etapa, y la mejor manera de hacerlo para él estaba clara: escapándose.
Rozó la victoria en la 12ª etapa, donde llegó segundo, tras David Moncutie, encabezando el grupo perseguidor. Y lo tuvo aún más cerca en la 19ª etapa, cuando se escapó desde el km 30 con Guerini, Pellizotti y Pereiro. Sin embargo, Guerini fue el más listo y demarró a falta de 2 km de la meta, siendo inalcanzable. Casar, por lo tanto, se tuvo que conformar con el 2º puesto. Se le resistía la victoria en la Grande Boucle.
El siguiente año volvería a hacer Giro y Tour, esta vez con una mejor actuación en la Corsa Rosa. Antes, fue protagonista en la mayoría de etapas de la Paris-Niza, donde acabó en la 12ª posición final, afinando su puesta hacia un Giro de Italia donde conseguiría su mejor posición general en una gran vuelta. Una gran segunda mitad de la carrera, con buenas actuaciones en Plan de Corones y la etapa de Aprica, le sirvió para conseguir el 6º puesto en la general final, la cual fue, según sus palabras a Le Parisien, su mayor decepción, ya que “no hubo ni uno solo de los cinco primeros que no acabara siendo pillado (por dopaje)”. Basso, José Enrique Gutierrez, Simoni, Cunego y Savoldelli fueron esos cinco corredores que quedaron por delante de Casar.
Ese mismo año, en la Route du Sud, otra de sus carreras predilectas y donde acabó 5º en la general final, demostró sus dotes como escalador y buenas maneras contra el crono en la cronoescalada de Port de Bales, donde terminó 2º tras Niemiec. Por el Tour, sin embargo, pasó con más pena que gloria.
Cumple su sueño: la victoria en el Tour
Salvo en alguna etapa del Tour de Romandia y el Criterium du Dauphiné, en la primera mitad de la temporada del 2007 Casar no se mostró tan activo como era habitual en él. Centró sus fuerzas de cara al Tour de Francia, donde quería cumplir su sueño de una vez por todas: ganar una etapa.
El primer intento fue fallido. La 10ª etapa llegaba a Marsella tras la batalla de los Alpes, de donde Michael Rasmussen salió como líder. Cualquier escapada tenía visos de tener éxito camino a Marsella y, si había escapada ambiciosa, allí tenía que estar Casar. El de la Française des Jeux se fue de excursión con Vasseur, Voigt, Albasini y Halgand, y se jugaron la victoria en la gran ciudad del sureste francés. Allí Cedric Vasseur fue el más rápido y Casar acabó segundo. Habría que intentarlo de nuevo.
Antes de la última etapa de los Campos Elíseos y la penúltima, que era una contrarreloj, había dos etapas donde los valientes intentarían sacar sus pocas fuerzas para que sus escapadas triunfasen. La 17ª etapa, con meta en Pau, se la llevó Bennati al culminar la escapada. Sólo queda una opción, pues, para los cazadores de etapas.
La 18ª etapa unía las ciudades de Cahors y Angouleme. Los primeros que lo intentaron fueron Boogerd y Lefevre. Por detrás, varios salieron en su busca, entre ellos Casar y Willems, Sin embargo, los dos se fueron al suelo tras golpearse el francés con un perro que se cruzó en la carretera. Con el cuerpo lleno de heridas y magulladuras, Casar se levantó rápido del suelo y se puso a dar caza a los dos hombres de cabeza, cosa que logró con Axel Merckx. La escapada consiguió una ventaja de mas de 17 minutos, pero con Boogerd cerca del top ten de la general, Euskaltel-Euskadi tiro del pelotón para preservar el puesto de honor de Astarloza, pero sin acercarse demasiado y dejando el triunfo de etapa para el cuarteto. Tras varios intentos en vano, con sangre y golpeado, Casar lo intentó de nuevo, en un ataque que parecía definitivo, cogiendo el lado opuesto al de sus compañeros en una rotonda. No fue suficiente, ya que fue alcanzado antes de la meta. Sin embargo, culminando una heroica actuación, cuando parecía que había gastado todas sus balas, Casar se impuso en el sprint final. Había cumplido su sueño: levantar los brazos en una etapa del Tour de Francia.
Una victoria que no conseguiría en el 2008, ya que terminó la temporada en blanco. Pero no por ello no lo intentó. Fue protagonista en carreras importantes, consiguiendo buenos resultados en la Vuelta al País Vasco (8º en la general), en el Tour de Romandia (6º en la general) y en el Criterium du Dauphiné (13º en la general) en el camino hacia el Tour.
En la Grande Boucle confirmó su condición de hombre fuga e intentó repetir el éxito del año anterior en la 16ª etapa, pero Dessel se impuso al mismo Casar, a Arroyo y a Popovych en la escapada. Además, terminó la ronda gala en un gran 14º puesto (13º si no contamos al sancionado Kohl), mostrando una buena regularidad.
En agosto, se acercó a carreteras españolas para disputar, por primera vez, la Vuelta a España. Llegó como líder del conjunto de Madiot a la Vuelta, y sin ser el hombre ofensivo que acostumbraba a ser en el Tour, acabó en un digno 19º lugar, destacando, sobre todo, en las etapas de montaña.
De la gloria en el Tour, a un adiós liberador
La fórmula Tour-Vuelta le fue bien en 2008, por lo que intentó repetirlo en 2009. Comenzó la temporada mostrando un gran estado de forma en Paris-Niza (13º en la general), condición que confirmó en la Vuelta al País Vasco (12º al final), reafirmó en el Tour de Romandía (19º, tras ser 2º en la prólogo a 2 segundos de Rabon), y ratificó en el Tour de Suiza (20º), en la antesala al Tour de Francia.
Había quedado claro que el Tour era su carrera y todos le esperaban. Cómo no, Sandy Casar apareció. En la 16º etapa, de Andorra la Vella a Saint Girons, se lanzó a por la etapa con Luis Leon Sánchez, Astarloza y Efimkin. La etapa, con varios puertos de primera por el camino, se le hizo dura a Casar cuesta arriba, cediendo metros en los ascensos. En el último kilometro Efimkin atacó, los otros tres reaccionaron, sobrepasaron al ruso, y fue Luisle el que se llevó el gato al agua. Casar fue 2º.
También llego 2º en la 16ª etapa, en una dura etapa alpina, donde el primero en meta fue Astarloza. El vasco logro escaparse de los demás fugados y levanto los brazos en Bourg Saint Maurice, pero la posterior sanción por dopaje del ciclista naranja dejaba el triunfo en manos de Casar, quien entró segundo liderando al grupo perseguidor. Un logro descafeinado, pero que sumándolo a su mejor posición general en el Tour de Francia, 11º en la general (10º tras la sanción por dopaje a Armstrong), suponía su mejor actuación en la Grande Boucle.
Y tras el Tour, otra vez la Vuelta. Comenzó la ronda española de manera correcta, con una buena posición en la general, pero el día de La Pandora puso pie a tierra y se fue para casa. Esa iba a ser su última participación en la Vuelta a España.
El año siguiente, en 2010, disputó la Volta a Catalunya y Vuelta al País Vasco, cosechando buenos resultados en las dos pruebas, sobre todo en carreteras vascas, donde acabó 7º en la general final (6º tras la sanción a Valverde por la Operación Puerto). Como era ya habitual en él, disputó el Tour de Romandia y la Vuelta a Suiza en el camino al Tour de Francia, nuevamente su gran objetivo. En 2010 logró levantar por última vez los brazos en la Grande Boucle y no fue en cualquier lugar.
Tras el primer día de descanso, el pelotón tenía por delante una dura etapa alpina con colosos como la Madeleine, la Colombière y el Col de Saises, antes de llegar a Saint-Jean de Maurienne. Como no podía ser de otra manera, Casar formó parte de la escapada del día, pero a pocos kilómetros de meta los favoritos (Andy Schleck y Alberto Contador), los alcanzaron. Sin embargo, como se vio anteriormente, Casar siempre guardaba una bala en la recamara y la uso para rematar la faena ante Luis León Sánchez. El francés saboreaba la gloria en una grande por última vez.
No fue, sin embargo, su última victoria, porque venció en la Paris-Cambember Lapetit del 2011, no podía ser en otro sitió. Ese año no tuvo buenas apariciones en las carreras que corrió, y en el Tour de Francia se tuvo que conformar con un 3º puesto en dos etapas, la 9ª y la 17ª.
En 2012 volvió al Giro tras 6 años de ausencia. Había logrado el 4º puesto en la general del Tour de Omán, e iba a dar la cara en Italia. Su Giro no fue como para destacar, pero no consiguió un mal resultado, ya que acabó el 25º, y fue 2º en la 12ª etapa, tras Lars Ytting Bak. Tocaba correr el Tour de Francia, en la que sería la última edición para él. Casar lo probó, pero esta vez no pudo conseguir el objetivo. Con varios puesto de honor y una aceptable general final (22º), decía adiós a la carrera que le diera la gloria.
En 2013, en su última temporada, Sandy Casar volvió a Italia para disputar el Giro, pero como dijo en su despedida, las alergias y su espalda no le dejaron estar a su mejor nivel, y nunca más volvió a recuperar las sensaciones que quería para seguir sobre la bicicleta, por lo que optó por retirarse en septiembre.
Así dice adiós un ciclista astuto, ofensivo y con suficiente calidad en las piernas como para ganar varias etapas del Tour de Francia y conseguir posiciones de honor en clasificaciones generales de grandes vueltas. En palabras de Casar, la retirada es una liberación, “tengo la sensación de salir de la cárcel”, decía a cuenta del sistema de localización Adams. Los aficionados y Marc Madiot lo echarán de menos, también sus compañeros de bicicleta, quienes se han despedido de manera emotiva por Twitter. Sandy Casar no está en Twitter, seguro que está escapado.
muy buen artículo