Una mañana gris, otoñal, anunciaba la salida de Il Lombardia en Bérgamo. El pelotón ciclista afrontaba el último Monumento de la temporada. Las cámaras enfocaban a dos tipos de corredores en la salida; favoritos como Vincenzo Nibali, Joaquim Rodríguez, Alejandro Valverde o el estreno del arco iris de Rui Costa acaparaban la atención. Por otro lado Marco Pinotti, quien afrontaba la última competición en Italia, y David Zabriskie ante su adiós del ciclismo se ganaban el último protagonismo en el ocaso de sus carreras deportivas.
No fueron las únicas. Luca Gialanella anunciaba antes de la partida de Il Lombardia el sorprendente abandono de Juan Antonio Flecha al finalizar el presente curso. El de Vacansoleil-DCM, con conocidas ofertas para seguir al menos un año más, sorprendía al colectivo ciclista una semana después de anunciar a Hilaire van der Schueren su deseo de continuar con su nueva formación de la mano de Wanty, tal y como anunció al canal de televisión neerlandés NOS.
Eligió un día especial para ello, un Monumento. Su sexta participación en Il Lombardia puso el punto y final a su idilio con los cinco grandes del ciclismo. Lo hizo como él siempre hizo, a lo grande. Demostró en el Muro di Sormano -entre los cinco mejores tiempos de ascensión- tener buenas piernas que le llevaron a finalizar en una notoria decimotercera posición en el Monumento que junto a La Doyenne peor se adaptan a sus características. La misma convicción, la misma garra en su despedida.
Il Lombardia ha sido su último Monumento. Cuando hablemos de su dilatada carrera deportiva “Monumento” será la primera palabra que nos venga a la cabeza, por el amor y dedicación que tuvo por uno de ellos. La París-Roubaix será señalada como el epicentro de su carrera donde, curiosamente, no obtuvo victoria alguna.
De ello hablaremos después de Beijing, la que será su última competición oficial, la que marque el antes y el después de Juan Antonio Flecha al que, como a Óscar Freire, echaremos de menos cuando ya no esté. Dos pioneros dicen adiós en dos años sucesivos. Los dos genios marcan el comienzo del ocaso del ciclismo español. Ahora, Joan Antonio, a surfear.
Las primaveras ya nunca serán las mismas…
Ahora me vienen a la memoria imagenes de sus años en fuenlabrada con los noval, nieto, colom, maestre, pasamontes y cia que gran carrera ha tenido, hasta siempre flecha.