Es uno de los corredores de moda. Rui Costa (Varzim, 1986) incorporó su nombre en la élite del ciclismo mundial gracias a su victoria en el pasado Mundial de la Toscana. Esta victoria ha tenido muchas consecuencias, pero una de las más importantes es que las expectativas en relación a su rendimiento se han disparado. Ya es uno de los corredores más importantes y cotizados del pelotón y debe demostrarlo cada vez que se ponga un dorsal. Debe demostrar que su calidad está al nivel de las expectativas que se han creado en torno a él y que es un digno portador del arcobaleno. Por todo esto, la próxima temporada va a ser la más importante de su carrera.

Con una gran inteligencia y una demostrada habilidad para moverse en carrera como carta de presentación, el portugués ha demostrado ser un ciclista muy peligroso en prácticamente cualquier escenario. Este año ha sido capaz de ganar en casi cualquier circunstancia. Estas cualidades le han hecho firmar un año magnífico en el que se llevó nada menos que dos etapas del Tour de Francia y la general de la Vuelta a Suiza, además del mencionado Mundial y otras victorias en carreras de un día. En 2014 debe ir a más, pues como se ha dicho puede ser el año más importante de su carrera. La campaña en la que se consagre definitivamente como uno de los grandes.

El portugués tendrá una gran ventaja de cara a su futuro el año que viene. Su paso al Lampre – Merida, un equipo donde dispondrá de máxima libertad para disputar lo que desee, supondrá un factor determinante de cara a los resultados que pueda conseguir. Dejar el Movistar, un equipo donde no ha podido brillar todo lo que le dejaban sus piernas debido a que ha corrido supeditado a su líder, Alejandro Valverde, en varias carreras es un importante paso de cara a sus aspiraciones. Tendrá a un equipo dispuesto a trabajar única y exclusivamente para él.

@RuiCostaCylist ©

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Por su parte contará con una gran desventaja, que no es otra que la de ser el portador del tan preciado maillot arcoíris. Prácticamente todos los arcobalenos han sufrido en sus carnes lo que es ser Campeón del Mundo: una mayor vigilancia, menor libertad de movimientos y esa famosa maldición que no es tal si se tienen en cuenta los otros dos factores mencionados. Esto se agrava todavía más en el caso de Rui Costa, un corredor que, como ya se ha dicho, se caracteriza por minimizar esfuerzos, esperar al momento clave para atacar, ser poco solidario y sacar provecho de ello. Ahora, que ya se sabe de lo que es capaz, es de esperar que no se le deje marchar en un ataque como el que le dio el pasado Mundial, pues ahora él será la rueda a vigilar.

Por todo ello, la presión que Rui Costa tendrá en 2014 será inmensa, más o menos la que suele tener todo ganador de un Campeonato del Mundo y más todavía tras haberlo ganado como lo ganó el portugués. En sus piernas está consagrarse como uno de los grandes ciclistas del pelotón y ser aspirante a todo o no. Con la inteligencia y la astucia mostrada en el pasado Mundial, lo lógico es pensar que le irá bien, pues esas características son prácticamente obligatorias para cualquiera que quiera hacer historia en este deporte.