Está a punto de cerrar su primera temporada en el World Tour -lo hará tras la disputa del Tour de Beijing- pero Pieter Serry (Aalter, 1988) evoluciona en una línea totalmente diferente a su objetivo personal, a sus sueños; el prometedor escalador belga señaló antaño al Tour de Francia como su principal deseo, pero después de tres temporadas como profesional -dos en Topsport Vlaanderen-Mercator, otra en Omega Pharma-Quick Step- encuentra en las pruebas de un día sus mejores actuaciones hasta la fecha.
Las vueltas por etapas, las que en principio se adaptaban más a sus características, han visto como en estos tres años apenas tiene resultados y actuaciones destacables más allá del sexto puesto en Noruega, los novenos en la Bayern-Rundfahrt y Lorraine, o el décimoquinto en la Settimana Internazionale. Puestos lejos de las expectativas y posibilidades con las que creía contar Pieter Serry, que en su última temporada en el calendario sub23 destacó en la Vuelta a los Pirineos, Ronde l´Isard o Triptyque des Monts et Châteaux.
En cambio, las carreras de un día se han convertido en el mejor sustento de resultados y rendimiento. Ya en su etapa en el Topsport Vlaanderen-Mercator le sirvieron para hacerse un nombre en el ciclismo belga. En esos dos años destacó, ante todo, el tercer puesto en la Brabantse Pijl donde cedió en el sprint por la segunda plaza ante Oscar Freire llegando por delante de corredores como Fabio Duarte y Greg Van Avermaet, aunque lejos de un ganador que se mostró intratable, Thomas Voeckler. Unos días antes marcó el comienzo de una serie resultados con el cuarto puesto en la Limburg Classic al que luego acompañaría la Brabantse Pijl, la Vuelta a Noruega y la Vuelta a Bélgica, actuaciones que le valieron para firmar por dos temporadas por Omega Pharma-Quick Step.
En su primera temporada le costó coger el pulso a la máxima categoría y a su nuevo rol dentro de la estructura de Patrick Lefevere. No ha sido hasta la llegada del verano cuando realmente ha empezado a mostrar su potencial. Lo hizo en una plaza grande, la Clásica de San Sebastián. Allí logró meterse en el corte final pero le fue imposible seguir la estela de Tony Gallopin y su primer grupo perseguidor, finalizando en octava plaza en un grupo junto a Moreno Moser, Bauke Mollema, Sylvain Chavanel, Jan Bakelants o Robert Gesink.
La Clásica supuso el arranque de resultados que continuó en l´Ain con un undécimo puesto final, antes de afrontar se debut en una grande, la Vuelta a España. Allí, pese a lograr finalizar y meterse en alguna escapada, no consiguió resultados destacables concluyendo en una discreta quincuagésima plaza.
Pero fue de nuevo en una prueba de un día donde ha vuelto a destacar. Il Lombardia, el último Monumento, favoreció las características de escalador de Pieter Serry que rodó en el grupo de favoritos hasta le llegada de Villa Vergano. Allí el ataque de Joaquim Rodríguez cortó sus opciones viéndose relegado, como en San Sebastián, a un segundo grupo perseguidor entrando en meta en séptima plaza, solo superado por Dani Moreno en el sprint, y siendo el único corredor en lograr finalizar del equipo belga.
Dos grandes clásicas, dos grandes resultados para un Pieter Serry que está encontrando, de momento, su mejor rendimiento en pruebas de un día donde se ha convertido en uno de los corredores destacados de Omega Pharma-Quick Step en las cotas. Con años por delante para crecer y consolidarse en el ciclismo, el tiempo dictará hacía qué tipo de carreras se adapta más, si bien es cierto que la llegada de Rigoberto Urán, Jan Bakelants o Wout Poels, entre otros, corta de raíz el posible protagonismo que pueda tener en las pruebas de un día donde deberá pelear por encontrar sus opciones.
Creo que el problema que tiene Serry en OPQS tiene nombre y apellidos, Michał Kwiatkowski. Más joven, más rápido y más contrastado.