Si echamos un vistazo a los 16 perfiles de los corredores (excepto élite hombres) que van a representar a la selección Española en los mundiales de Florencia que hay web de la Federación, es fácil observar que solo uno de los ciclistas es de capital de provincia (Carlos Barbero, Burgos) y únicamente 3 de poblaciones de más de 50.000 habitantes.

Si miramos el “nueve” de Miguel Mínguez, tan solo 3 corredores proceden de ciudades de más de 50.000 habitantes. El madrileño Dani Moreno, el ovetense Samuel Sánchez y el guechotarra Jonatan Castroviejo son las excepciones, siendo el resto de poblaciones como Pinto, Madrid (Alberto Contador, 46.763), Parets del Vallés, Barcelona (Joaquím Rodríguez, 18.492), Mula, Murcia (Luis León Sánchez, 16.968) o los solo 2.487 habitantes de Echarri-Aranaz, localidad de origen de Egoi Martínez.

Para obtener más datos añadimos a los 10 primeros ciclistas españoles en el ránking UCI que no van a Florencia, es decir: Ion Izagirre, Jose Joaquín Rojas, Mikel Nieve, Javi Moreno y Beñat Intxausti. De estos, solo Jaén (Javi Moreno) supera los 50.000 habitantes.

A la vista de estos datos vamos a comprobar si podemos afirmar que hay más ciclistas de pequeños núcleos urbanos que de grandes. Según los datos del patrón de 2009, 24.640.785 personas viven en poblaciones de más de 50.000 habitantes, mientras que 22.380.246 lo hacen en poblaciones de menos. Es decir, a pesar de haber dos millones de personas más en grandes ciudades, salen muchos más ciclistas de pequeñas ciudades y pueblos (en nuestro caso 23 de los 30).

¿Por qué salen más ciclistas de pequeñas ciudades y pueblos que de grandes ciudades? Creo que por varios factores:

1- Costumbre. Cuando nace un niño en un pueblo viene con una bici bajo el brazo. En cuanto aprende a andar lo más normal es que el escaso tráfico y el acceso rápido a caminos convierta andar en bici en una costumbre y una afición, además de una manera de descubrir mundo.

2- Peligrosidad. En las ciudades grandes hay muchos más semáforos, cruces, carreteras que en una ciudad pequeña en la que no hay casi semáforos ni tanto tráfico y a los padres les da menos miedo que su hijo monte en bici solo.

3- Accesibilidad. Si para salir de tu ciudad necesitas 20 minutos hasta coger una carretera en la que rodar tranquilo, cuesta más salir a entrenar y se aprovecha peor el tiempo que si en 5 minutos estás rodando.

4- Otro carácter. En la Copa de España femenina ambas pruebas se han celebrado en pueblos, Cervera de Pisuerga y Villamediana de Iregua. Y si miramos el Torneo Euskaldun exactamente igual. ¿Y la Copa de España sub23? Don Benito, Asteasu, Eibar, Torredonjimeno, Polanco y Legazpi no superan los 40.000 habitantes, mientras sí lo hace Alcalá de Henares en el GP Macario. Es más sencillo burocráticamente cortar el tráfico en una ciudad pequeña o pueblo que en una gran ciudad, además de que los pueblos o ciudades pequeñas se suelen volcar mucho más con las actividades que se realizan en su localidad.

¿Consecuencia? Se vive mucho más, y más cerca el ciclismo que en las grandes ciudades. En la prueba de la Copa de España femenina de Villamediana, por ejemplo, los organizadores junto con voluntarios y gente del pueblo hacen una comida después de la prueba, lo que facilita que al año siguiente se pueda convencer a la gente para echar una mano.

Estas cuestiones burocráticas se han demostrado en grandes carreras. Antes la París – Roubaix salía de París. Ahora no, porque la logística es más sencilla montarla en Compiègne (de unos 40.000 habitantes).

Copa de España Villamediana

Villamediana en la Copa de España femenina como ejemplo de pueblo volcado con el ciclismo. | cobblesandhills.com

5- Ciclismo del norte. Muchos de los ciclistas aquí mencionados proceden de la parte norte de España, donde hay muchos más pueblos grandes que en otras zonas de España. Ejemplo: En Castilla y León hay 300.000 habitantes más que en el País Vasco, y mientras los castellanoleoneses tienen 2.517 municipios, los vascos tienen solo 251. Es decir, los municipios vascos tienen mucha más población, no tanta como para tener las desventajas de una gran ciudad, pero la suficiente para hacer grupetas para entrenar, clubes ciclistas e incluso organizar carreras.

Conclusiones

Podemos afirmar que en la actualidad hay más ciclistas que provienen de ciudades pequeñas y pueblos, por lo que un objetivo de la Federación de Ciclismo puede ser centrarse en fomentar el ciclismo en las ciudades, ya que hay muchos potenciales ciclistas pero que no llegan a serlo. Convencer a los padres de que no es tan peligroso, organizar juegos y pequeñas carreras en polígonos, parques o calles tranquilas, hacer charlas en invierno de los cracks del ciclismo, reunirse con ayuntamientos y patrocinadores locales para intentar sacar carreras en el centro de las ciudades como reclamo turístico (a pesar de las dificultades que ello conlleva), organizar un concurso del pueblo más ciclista (dando puntos por carreras, equipos…) y premiarles con la organización por parte de la RFEC de un critérium con algunas grandes figuras, o con una charla y una salida ciclista para todos con esas mismas figuras…

Creo que gran parte de las empresas (y por tanto del dinero) están en las ciudades, y debería ser una cosa a explotar en esta época de escasez.