Hacía mucho tiempo que la Vuelta a España no visitaba el Alto del Naranco, un clásico final que no se dejaba ver desde 1997. El regreso de esta corta y explosiva ascensión ha contemplado una victoria de Joaquim Rodríguez (Katusha) y un cambio de liderato en favor de Chris Horner (RadioShack – Leopard) que, sumados a los segundos que han logrado tanto el propio Purito como Alejandro Valverde (Movistar) ante el hasta hoy líder Vincenzo Nibali (Astana) aprietan aún más la clasificación entre los cuatro primeros en la víspera del gran colofón del Angliru.

Ha sido una etapa muy rápida, como demuestra el notable adelanto con que han llegado los ciclistas a meta, marcada por la lucha entre una temprana fuga numerosa y el pelotón, controlado principalmente por Katusha, quienes buscaban el premio doble de la etapa y la bonificación. Los componentes de la escapada, inicialmente, eran los siguientes: David Tanner (Belkin), Francis De Greef (Lotto), Rafa Valls (Vacansoleil – DCM), Edvald Boasson Hagen y Xavier Zandio (Sky), Georg Preidler (Argos – Shimano), Danilo Wyss, Domink Nerz e Ivan Santaromita (BMC), Beñat Intxausti (Movistar), Paul Voss (NetApp), Nicolas Edet y Nico Sijmens (Cofidis), Pablo Urtasun (Euskaltel – Euskadi), Manuele Mori (Lampre), Leigh Howard y Christian Meier (Orica – GreenEDGE), David Arroyo (Caja Rural), Andriy Grivko (Astana) y Daniele Ratto (Cannondale).

El ímpetu del pelotón en la persecución nunca les dejó coger demasiado tiempo -la máxima diferencia estuvo en torno a 2’30”- y esa lucha fue la principal responsable de la elevada velocidad, especialmente durante las primeras horas de carrera. Hacia el ecuador de la etapa, y visto lo complicado de un entendimiento total en una fuga tan grande, Boasson Hagen yPreidler rompieron el grupo buscando su aventura en solitario. Rápidamente abrían hueco y, tras ellos, el resto de componentes de la escapada también se seleccionaba, quedando únicamente Arroyo, Edet, Tanner, Wyss, Grivko, Voss, Mori y Valls mientras el resto eran engullidos por el pelotón.

Esta situación se mantendría en los pasos por los altos de San Emiliano y el Padrún. En la Manzaneda, donde ya quedaba únicamente el dúo de cabeza por delante del gran grupo, se formaba un pequeño contraataque encabezado por José Herrada (Movistar) que terminaría por darles caza justo antes de la cima. Ahí aprovechaba José Mendes (NetApp – Endura) para marcharse en solitario, llegando destacado a Oviedo mientras Astana, por detrás, intentaba poner un ritmo tranquilo en busca de que la escapada robase las bonificaciones.

Con un minuto escaso en las primeras rampas, la aventura de Mendes tenía pocos visos de éxito. Saxo – Tinkoff, con un gran Majka, impuso un ritmo muy exigente para un Nicolas Roche que podría hacerlo bien en una subida de este tipo. Terminado el trabajo de Majka ya en los últimos dos kilómetros, el irlandés realizó un par de demarrajes sin lograr marcharse. Fue prácticamente ya bajo el triángulo rojo cuando se dio el ataque ganador. Joaquim Rodríguez se marchaba con el punch de sus mejores días y abría rápidamente un hueco decisivo. En su ansia por obtener segundos de ventaja apenas celebró la victoria, una victoria que maquilla en parte una Vuelta no del todo satisfactoria para él hasta el día de hoy, y que le acerca a una distancia razonable, al menos, del podio. El ritmo de persecución tras el catalán otorgaba a Horner 6 segundos de ventaja sobre Nibali en meta, suficiente para darse el cambio de liderato.

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