Con la baja de Marco Pinotti (BMC) arrancó la 13ª etapa de la Vuelta a España, una jornada muy tranquila para el seno del pelotón que, una vez más, transcurridos los primeros kilómetros vio como se formó la escapada del día. Fabricio Ferrari (Caja Rural-Seguros RGA), Romain Zingle (Cofidis) y Cedric Pineau (FDJ.fr) fueron los protagonistas de una fuga de la que no tuvo piedad el pelotón.
La llegada a Tarragona, muy propicia para el sprint pese a finalizar en cuesta, era la última oportunidad para los velocistas antes de la llegada a Burgos -etapa 17ª- por lo que los equipos con hombres rápidos no dejaron opción alguna al trío de cabeza. Transcurridos 28 kilómetros la fuga alcanzaba su renta máxima con 6’42” de ventaja sobre un grupo encabezado por el Team Argos-Shimano y Orica-GreenEDGE.
El trabajo del grupo al que se sumaron formaciones como Lampre-Merida o Garmin-Sharp fue cayendo paso a paso en una jornada que solo tuvo los contratiempos de la caída de Maxim Iglisnkiy (Astana) e Imanol Erviti (Movistar Team) sin aparentes consecuencia, el abandono de Geoffrey Soupe (FDJ.fr) y los problemas de David de la Cruz (Team NetApp-Endura) para seguir el ritmo del pelotón por una dolencia en una de sus rodillas a causa de un cambio de bicicleta.
El trío vio truncada su aventura a 20 kilómetros para el final a su paso por Salou donde después de superar la localidad costera se encontraba el segundo y último sprint intermedio en Port Aventura donde Ivan Basso (Cannondale) y Nicolas Roche (Team Saxo-Tinkoff), sexto y segundo clasificado, bonificaban con 3” y 2” respectivamente. El poco entendimiento del pelotón hizo que Tony Martin (Omega Pharma-Quick Step) sembrase el miedo a los velocistas con un ataque a falta de menos de 15 kilómetros para meta pero el rápido entendimiento del BMC hizo que el alemán cesase de su intento.
Con la llegada a las calles de Tarragona la carrera entraba en la zona de protección elevada de los 3 kilómetros habituales a los 5 kilómetros a consecuencia de la peligrosidad del trazado urbano. Una circunstancia que aprovechó Domenico Pozzovivo (Ag2r-La Mondiale), sexto clasificado, quien se vio beneficiado a causa de un inoportuno pinchazo que no le hizo ceder tiempo en meta.
Los compañeros de Michael Matthews (Orica-GreenEDGE) comandaban al pelotón en los últimos kilómetros donde ningún equipo lograba imponerse al resto. A falta de 1,5 kilómetros comenzaba el terreno ascendente, una circunstancia que cortó al pelotón y desorganizó a la cabeza de un grupo que entró en el último kilómetro con Rigoberto Urán (Sky Procycling) remontando y ayudando a un Edvald Boasson Hagen que sorprendía a falta de 300 metros lanzando un sprint en el que rápidamente sumó una ventaja que parecía ser definitiva. La respuesta de Philippe Gilbert (BMC) cambió el signo de la victoria. El vigente campeón del mundo se lanzó a por el noruego superándole y rematándole a falta de 10 metros logrando de esta manera la primera victoria de la temporada.
Entre los primeros clasificados Laurens Ten Dam (Belkin Pro Cycling) cedía 19” mientras que Ivan Santaromita (BMC) llegaba a 9’00” de su compañero de equipo. En la general, Vincenzo Nibali (Astana) sigue líder a expensas de la llegada de los Pirineos el fin de semana.
Al termino de la 12ª etapa que finalizó en Tarragona, los corredores extranjeros dominaron la situación llevándose la palma. La calzada algo estrecha no reunía las condiciones ideales para esa clase de guerras. Era más que difícil el poder absorber con creces un apretujado pelotón empujando velocidad y apuntando riesgo. El corredor belga Philippe Gilbert, que estuvo ocupando a lo largo de la etapa las posiciones de vanguardia para evitar estas caídas que se repiten día tras día, se calzó la victoria con aires de orgullo manifiesto. Trató de sorprenderle el noruego Edvald Boasson Hagen sin conseguirlo. Gilbert, gato viejo, digámoslo en un léxico vulgar, le salió desde atrás por el lado derecho y ya no hubo nada a hacer. Es curioso comprobar que el primer español clasificado en la línea de meta fue el conquense José Herrada, en vigésimo segundo lugar. Los nuestros no se encontraron con ánimos para darle a los pedales en la disputa de un triunfo más o menos llamativo. El físico y el posible accidente son factores que siempre cuentan en esa clase de llegadas de tono alocado, ¡perdonen la expresión! Hay momentos que vale más la pena tomar una actitud conservadora. Compensa mucho más.