Camino de sus treinta y seis años no estaba siendo una campaña fácil para el varesino. Un quiste perineal le dejaba fuera de su objetivo, el Giro de Italia, dos días antes de la partida de Nápoles. “La desilusión, la rabia y la tristeza son fuertes, pero más fuerte es la tentación de sonreír de nuevo y mirar hacia adelante. No termino aquí: me lo debo, se lo debo”, escribía Ivan Basso en su cuenta personal de Twitter.

Una actitud que ha tomado fuerte en esta segunda mitad de temporada centrado en la Vuelta a España. Austria, 57º en la general, Polonia, 8º, y Burgos, 10º, fueron el camino para la ronda española, tres pasos escalonados para llegar en la mejor forma posible a una prueba por etapas que califica como “una Vuelta muy especial, es muy muy exigente”.

Una Vuelta que no comenzó con buen pie para la Cannondale. “Comenzamos con una crono muy dura que no salió como esperábamos, pero en los días siguientes me he encontrado bien”. El 1’26” que cedió respecto a Astana no entraban en los planes de la formación italiana. “La CRE no fue un buen día para el equipo. Por mi experiencia es una cosa que puedes acabar pagando al final pero nunca sabes”. Un tiempo perdido del que no se mostró inquieto. “Esperaba perder menos pero tampoco estoy muy preocupado. Es la balanza de una carrera de tres semanas: unos días puedes ganar, otros días puedes perder. Hasta la llegada de los Pirineos no se comenzará a mover la general”.

Basso encabezando a Cannondale en la CRE de Sanxenxo. (c) cobblesandhills.com

Basso encabezando a Cannondale en la CRE de Sanxenxo. (c) cobblesandhills.com

Cita con el bloque pirenáico a la que tiene ganas, más si cabe después del buen resultado en las pruebas gallegas y Peñas Blancas y Hazallanas, etapas que no se amoldan a las características del veterano ciclista, un escalador diesel. Allí adoptó un conciso pensamiento. “Es una regla que siempre funciona: nunca perder cuando puedes hacer diferencias. Cada día lo mismo, no intentar perder e intentar recuperar. Mi objetivo es ir mejorando poco a poco e ir adelantando puestos en la general. Un corredor de la general no puede rebajar su ambición en el día a día esperando a otras etapas porque es un recorrido muy duro, y cada día es una oportunidad y todo puede cambiar muy rápido”, afirma un Basso que en la inédita ascensión a Peñas Blancas atacó y distanció s sus más inmediatos rivales por unos segundos.

Mira a los Pirineos pero tampoco quiere ir más allá, al igual que en sus posibilidades en la Vuelta. “Soy un corredor al que le gusta mirar día por día”. En cuanto a la general ve que “hasta la llegada de los Pirineos no se podrá ver quien estará metido en la lucha por las cinco primeras posiciones. Allí los minutos van a volar”. En el camino hacia Madrid se enfrentará a la ascensión al l´Angliru, primera vez que asaltará la montaña asturiana en competición. ”Es un puerto para subir con escalera. Una subida muy, muy dura que además se hará después de veinte días”. Una circunstancia que dará más dureza al final asturiano. Para entonces Ivan Basso tratará de seguir con el nivel que ha demostrado en estas diez primeras etapas, un nivel que ha hecho que se reencuentre con sensaciones del pasado.