Ante un marco incomparable, el que durante siglos fue considerado el Fin del Mundo, el último paso que podía dar el ser humano ante la infinidad del mar la Vuelta a España vivió el final de la cuarta etapa. Un parcial marcado por el fuerte viento dominante que empujó a los corredores desde la cima de Ézaro hasta la línea de meta en Finisterra.

Una ascensión previa a Ézaro, clave en el transcurso de la jornada, donde el porcentaje rompió a un tímido pelotón que se compactó tras el descenso, falto de hostilidades en el muro gallego que acabó resultando un banco de pruebas de cara a los desarrollos que llevarán los equipos en el final del l´Angliru. Como si de miedo escénico se tratase nadie probó con un ataque de entidad mover la carrera. Muchos corredores, como Michael Matthews, esperaban un movimiento de Movistar Team en busca de seleccionar el grupo en pos de las opciones de Alejandro Valverde en meta.

Fue tras el descenso cuando Amets Txurruka (Caja Rural-Seguros RGA) se lanzó a por Nicolas Edet (Cofidis) último integrante de una fuga de la jornada compuesta por Danilo Wyss (BMC), Jussi Veikkanen (FDJ.fr), Dennis Vanendert (Lotto-Belisol) y Alex Rasmussen (Garmin-Sharp) quienes superaron los ocho minutos de diferencia pero a los que el viento de cara y los kilómetros previos a Ézaro acabaron por dilapidar cualquier opción de luchar por la victoria de etapa.

Al movimiento de Txurruka se sucedió el ataque protagonizado por Luis León Sánchez (Belkin Pro Cycling), José Herrada (Movistar Team), Ángel Vicioso (Katusha) y Dominik Nerz (BMC) quienes formaron un sexteto que apenas logró inquietar a un pelotón controlado por los corredores del líder, Chris Horner (RadioShack-Leopard), llegando a contar con una renta máxima cercana al medio minuto.

Restaban menos de 15 kilómetros para el final cuando el corte fue abolido por el pelotón. Cannondale, Orica-GreenEDGE y RadioShack-Leopard se encargaron de mantener unido a un grupo que encaró la ascensión final a Fisterra sin un claro dominador. Los dos kilómetros de subida final dejaban dos opciones totalmente abiertas. Por un lado los velocistas que aguantasen el ritmo, ayudado por el viento, y el desnivel y por otro, los puncheur que optarían por atacar dentro del último kilómetro para romper el posible sprint final.

Esa táctica desarrolló Dani Moreno (Katusha) que aprovechó el descontrol del grupo para atacar cuando los velocistas ocupaban los primeros puestos y solamente José Herrada (Movistar Team) parecía tener la convicción de ayudar a un compañero. El madrileño remató el ataque anterior de Juan Antonio Flecha (Vacansoleil-DCM) dilapidando cualquier opción de respuesta. Moreno, implacable, distanció a una veintena de metros del pelotón donde solo el empuje de Fabian Cancellara (RadioShack-Leopard) acercó unos márgenes que no inquietan su victoria, la segunda que suma en la Vuelta a España después del triunfo en Sierra Nevada en 2011. Segundo clasificaba el suizo en un test para el Mundial de Florencia por delante de Michael Matthews (Orica-GreenEDGE) y Gianni Meersman (Omega Pharma-Quick Step).

La sorpresa llegó detrás. Los jueces picaron tiempo en la línea de meta relegando del liderato a Chris Horner que entró a 6” de Dani Moreno en un grupo junto a Ivan Basso (Cannondale), Rigoberto Urán (Sky Procycling) o Daniel Martin (Garmin-Sharp) como hombres más destacados. Sorpresa que acogió Vincenzo Nibali (Astana) camino del autobús del equipo, situado a 4 kilómetros de meta, cuando se enteró de su liderato.

Mañana se disputará la quinta etapa entre Sober y Puebla de Sanabria de 174,3 kilómetros, primera oportunidad para los sprinters que tendrán que lidiar con un sinuoso terreno intermedio donde una fuga puede acabar dando la sorpresa en el final zamorano.

Dani Moreno vence en Fisterra por delante de Fabian Cancellara. (c) cobblesandhills.com