En una Gran Vuelta con 13 finales en cuesta, unas más duras y largas que otras, no ha debido generar mucho estrés que en la primera etapa en línea, la de hoy, se subiera uno. Era el Monte da Groba, un primera que en realidad era un segunda duro. Salía el grupo de Pontevedra y rápido se hacía la fuga. Se formaba rápido porque estar en ésta no daba ningún premio. Con los 11 kilómetros finales ni la etapa ni las montaña se irían a manos de los valientes. En esta caso fueron Javier Aramendia (Caja Rural – Seguros RGA), Greg Henderson (Lotto – Belisol) y Alex Rasmussen por parte de un Garmin – Sharp que empezó el día con un menos tras confirmarse la baja de Koldo Fernández de Larrea tras la caída de ayer.
Como hay tantos finales en alto, decíamos, y como el viento gira y hace maldecir a los fugados por las escasísimas oportunidades que les quedaban para brillar, el pelotón se lo tomó con calma. Uno, dos, tres, siete, diez y hasta doce minutos de renta alcanzaron el trío de cabeza. Entonces Lampre – Merida, quizás pensando en Michele Scarponi, comenzó a trabajar para reducir la diferencia de Rasmussen, Aramendia y Henderson. Fueron consiguiéndolo paulatinamente, pero solo tras el sprint intermedio de A Guarda, con el viento en contra, la diferencia cayó a plomo camino de Baiona. Comenzada la subida al Monte da Groba, no conservaban apenas unos segundos. Astana y Movistar habían relevado a los italianos y habían hecho caer mucho la diferencia.
El primero en arrancar en el pelotón fue Amets Txurruka, siempre dejando ver el maillot de Caja Rural – Seguros RGA en carrera. José Herrada tomaba el relevo de sus compañeros tras el llano, y continuando el trabajo de Pablo Lastras en el inicio de la subida, puso un ritmo alto. Los kilómetros iban pasando y el grupo iba aligerando. No había ninguna sorpresa, pero siendo la velocidad tan alta no tardaron en llegar. Samuel Sánchez se quedaba a siete kilómetros de meta, y con él Gorka Verdugo, Igor Antón y Egoi Martínez, que le ayudaban a pesar de saber que la general ya no sería la carrera de Samu. Muchos kilómetros por delante y el líder de Euskaltel – Euskadi comenzaba a perder la Vuelta ya en el segundo día de competición.
La segunda sorpresa del día la protagonizó Sergio Henao. Justo en la parte más sencilla de la subida al Monte da Groba, con Herrada y Sylwester Szmyd poniendo más ritmo aun, el colombiano, supuesto líder de Sky, se quedaba de un grupo de favoritos que contaba con apenas una treintena de corredores. Szmyd encabezaba el pelotón, del que salía con ímpetu y en el momento preciso Leopold König (NetApp – Endura). El checo, opción de los germano – británicos para la general, abría hueco y quemaba algunas naves de Movistar. Todas menos Javi Moreno y Alejandro Valverde.
El hueco con König solo pudieron cerrarlo Domenico Pozzovivo (Ag2r – La Mondiale), Dani Moreno (Katusha) y Nicolas Roche (Saxo Tinkoff), quienes en la parte más dura del final daban caza al corredor de NetApp – Endura. Entre ellos jugaron varias decenas de metros mientras del pelotón tiraba un Moreno insuficiente para Alejandro Valverde. Movistar volvió a no acertar. Tiró y tiró pero su líder no atacó cuando tuvo que hacerlo, y la cabeza de carrera se jugó una victoria que se llevó Nicolas Roche. Por fin, Roche, que llevaba casi dos años sin ganar y que llega a la Vuelta fino y con ganas, pensando en hacer una buena general que ahora encabeza Vincenzo Nibali y para la que ya no cuentan ni Carlos Betancur ni Sergio Henao ni Samuel Sánchez.
¿Se ha dado alguna vez que alguien coja el maillot de líder en la segunda etapa y ya no lo suelte?
Si no me equivoco, Anquetil fue líder de principio a fin en el 63.
NICOLÁS ROCHE: LA CLASE Y LA GLORIA NO SE HEREDAN
Siendo hijo de un buen campeón, cabe recordar Stephen Roche, justo cabe afirmar que Nicolás no ha podido compararse a su padre, aún de lejos, en cuanto a historial deportivo. Tiene un palmarés pasable tan sólo, pero nada más. La clase y la gloria, en una palabra, no se heredan. Por decir algo, nos referimos a Nicolás Roche, nunca está de más el señalar sus participaciones discretas en la Vuelta a España: Decimotercero, en el año 2008; sexto, en el 2010; decimosexto, en el 2011, y decimosegundo, en el 2012, al igual que lo consiguió en el Tour de Francia, también en aquel mismo año. Recordamos muy de cerca, situándonos en el año 1987, cuando Stephen Roche consiguió de una sola tacada adjudicarse el Tour de Francia, el Giro de Italia y el Campeonato del Mundo de fondo en carretera, en Villach (Austria). Es un hecho memorable que no se nos olvida.