Tan estrecho fue el margen por el que Bryan Coquard (Europcar) consiguió batir a la pareja italiana formada por los veteranos Mattia Gavazzi (Androni Giocattoli – Venezuela) y Francesco Chicchi (Vini Fantini – Selle Italia), que Twitter se dividió por algunos instantes entre los que abogaban por la victoria del francés y los que se decantaron por las informaciones que apuntaban al bresciano como ganador. Sin embargo, la ‘photo-finish’ no dejó ningún atisbó de duda y se pudo declarar finalmente al ‘pistard’ de Bernaudeau vencedor de la décima edición de la Châteauroux Classic de l’Indre-Trophée Fenioux disputada esta misma tarde en la capital departamental que da nombre a la prueba.
La misma ciudad medieval no solo acogía la meta, sino también la salida de la duodécima cita de Copa de Francia, que a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las carreras del circuito galo transcurrió con una tranquilidad fuera de lo común. A muchos de los equipos importantes les interesaba una llegada masiva y el control de la competición era una máxima fundamental para este cometido, de modo que cuando Matthieu Boulo (Roubaix – Lille Mètropole), Nicolas Bazin (BigMat – Auber 93) y Lennard Hofstede (Rabobank Development Team) saltaron en los primeros kilómetros, apenas encontraron resistencia para formar una fuga que, a pesar de la entrada posterior de Ilya Davidenok (Continental Team Astana), se sabía que tenía fecha de caducidad en cuanto las cosas se pusieran serias.
Antes de ello, pudieron disfrutar de horas de marcha acompasada en las que solo llegaron a acumular seis minutos de margen, pero que sirvieron al menos a los franceses Bazin y Boulo para dar un entrenamiento de calidad a sus piernas de cara a la inminente campaña de ciclocross. Pero sabedores de su suerte, su ritmo no era en absoluto fuerte, lo que permitió la entrada en solitario pasado el ecuador de la prueba de Cyril Lemoine (Sojasun), que en un intento desesperado por mover la carrera se había quedado en tierra de nadie previamente. Pero AG2R-La Mondiale y FDJ.fr tenían otros planes en mente, y se dedicaron simplemente a mantener un ritmo constante que acabó con la fuga ya en el circuito final, con una treintena de kilómetros aún por cubrir.

La photo-finish deja bien claro el ajustado margen entre Coquard, Gavazzi y Chicchi / Foto: http://www.classicdelindre.com/
Un momento peligroso por la posibilidad de contraataques que no tardaron en llegar. Klaas Sys (Crelan – Euphony) se lanzaba tan pronto como el quinteto de cabeza había sido neutralizado, saltando a su verá Florian Vachon (Bretagne – Séché Environnement) y Alexandr Shushemoin (Continental Team Astana). De nuevo, eran los conjuntos con menos expectativas en el sprint los que trataban de mover la carrera, pero los equipos de los velocistas eran mayoría y se contentaron con mantenerles en una distancia inferior al medio minuto hasta la última decena de kilómetros, en la que los ‘trenos’ comenzaban a coger posiciones y el sprint se empezaba a lanzar con los dos conjuntos WorldTour a priori como grandes ruedas a seguir.
Pero como ocurrió el año anterior, una caída iba a marcar claramente el sprint. Con un pelotón de unas setenta unidades avanzando sin cuartel en busca de una posición cabecera, la caída siempre pende de un hilo, y en esta ocasión le tocó la china a uno de los grandes favoritos y a los dos líderes de la Copa de Francia. Nacer Bouhanni, Anthony Geslin (FDJ.fr) y Samuel Dumoulin (AG2R – La Mondiale) eran algunos de los que perdían toda opción por el triunfo, que entraba en un momento caótico en el que IAM Cycling y Vini Fantini-Selle Italia cogieron las riendas durante algunos instantes. Los últimos metros se aproximaban y todo se presentaba de cara para Chicchi, pero de repente aparecía en las primeras plazas Morgan Lamoisson (Europcar) con su joven capitán a rueda, que solo tuvo que dar continuidad al trabajo para conseguir el apretado triunfo sobre Gavazzi por apenas un tubular, el sexto en una temporada como neoprofesional para enmarcar.