Arrancaba la Vuelta a España desde una batea conectada al suelo firme por una rampa de cristal. Un comienzo inédito y especial, homenaje a las Rías Baixas, lugar de comienzo de la 68ª edición de la ronda española. Arrancaba con una crono por equipos, especialidad técnica, difícil y de mucho detalle que ha terminado dejando varias conclusiones en sus 27 kilómetros entre Vilanova de Arousa y Sanxenxo. Todos salían con nueve menos Belkin. El equipo neerlandés, en disposición de las directrices del MPCC, dejaba fuera a Theo Bos por un nivel bajo de cortisol.

Viendo el mar debajo de sus bicicletas partía NetApp – Endura. Salían primeros y estrenaban una Vuelta que, por ahora, les deja un muy buen sabor de boca. Sus tiempos intermedios no eran mejorados por ningún equipo salvo Omega Pharma – Quick Step. Orica – GreenEDGE, BMC o Argos – Shimano pasaban y los hombres de Alex Sans se defendían por apenas unos segundos, pero se defendían. No sería así con los belgas de OPQS, quienes con un Tony Martin excepcional, como es habitual siempre que se lucha contra el reloj, superaban a los alemanes por 16 segundos. Lo mismo harían en el segundo punto cronometrado, pero manteniendo su diferencia.

Porque donde empezó a romper la crono el equipo de Patrick Lefevere fue en el tercer parcial, el que iba desde el kilómetro 20 hasta la meta en el Club Náutico de Sanxenxo. Allí Martin fue imponiendo su cadencia con ese 58×11 que solo él sabe mover así. Quedó exhausto, roto y descompuesto, pero consiguió colocar a Omega Pharma – Quick Step en primer lugar. Detrás venía Radioshack Leopard marcando buenos tiempos. Su táctica, diferente a la de OPQS, consistió en mantener el bloque y no dejar que el último parcial fuera un asunto exclusivo de Fabian Cancellara. Acertaron; en el primer punto cronometrado perdían 14 segundos, luego 2, y más tarde, ya en meta y encabezados por Cancellara, batían el tiempo de los belgas por 6 segundos. Cancellara veía el rojo.

Y lo veía porque Katusha muy pronto se quedó con solo cinco corredores (Joaquim Rodríguez, Alberto Losada, Dani Moreno, Ángel Vicioso y Vladimir Gusev), cerrando una crono más cercano a lo desastroso que a lo normal, aunque la diferencia con Radioshack Leopard no fuera demasiada. Movistar iba más compuesto, reservando más hombres, pero un problema mecánico de Beñat Intxausti entre el primer y el segundo punto les dejaba con menos opciones. Al menos mantuvieron el tipo en el último repecho antes de entrar en Sanxenxo gracias a un Sylwester Szymd peleón que nunca quiso dar por perdida la rueda de sus compañeros.

Pero quedaba Astana. Los kazajos, sabiendo que el perfil de equipo que presentaba en Rías Baixas se adaptaba bien al tipo de crono por equipos de hoy, técnica y con repechos, llevaron hasta el límite la decisión de respetar el bloque. Llegaron a Sanxenxo con 7 hombres, perdiendo a Alessandro Vanotti en el repecho de entrada y a Andreiy Zeits poco antes, justo tras el segundo punto cronometrado. Ahí habían batido ya a un Radioshack Leopard (y a OPQS, que seguía con el mejor tiempo entonces) que en esos momentos saboreaba el hotseat en el Club Náutico. Lo hicieron por 10 segundos, diferencia que al final mantuvieron en meta demostrando que un bloque bien adiestrado es tan o más importante que tener hoy un genio como Fabian Cancellara o Tony Martin.

Vincenzo Nibali, bien por tener un gesto con un Janez Brajkovic sin contrato, bien por quitarse la presión de ser el líder, dejó pasar primero al esloveno. Astana ganaba en lo físico y en lo psíquico, dando un primer golpe en esta Vuelta y aventaja ya en 29 segundos, por ejemplo, a Alejandro Valverde (a Purito en 59 y a Samu en más de 1 minuto). Mañana no habrá oportunidad para el descanso. Y mucho menos para los Carlos Betancur o Igor Antón, ya con unos 2 minut0s perdidos tras descolgarse incluso de sus compañeros en la parte final de la crono.

astana vuelta