Francia lleva ya muchas temporadas en busca de esa gran promesa que se confirme y les saque del relativo ostracismo al que se han visto condenados en las grandes carreras por etapas desde tiempos que cada vez se divisan más lejanos. El último gran héroe del país vecino parecía Thibaut Pinot, pero su reciente y absoluto fracaso en el Tour de Francia, maximizado por unas expectativas previas tal vez algo infladas por la euforia, ha sido un duro mazazo para estas esperanzas.
Sin embargo, precisamente también en aquel Tour 2012, y a la par que Pinot, se dio a conocer al gran público otro francés de perfil diferente, pero maneras igualmente llamativas: Tony Gallopin. Gallopin (Dourdan, 24 de mayo de 1988), ciclista del Radioshack – Leopard, sobrino del director deportivo Alain Gallopin, dejó su impronta de ciclista ofensivo, versátil y competente en todos los terrenos, a pesar del abandono por enfermedad al que se vio obligado pasado el ecuador de la carrera.
Esa pudo ser su primera actuación llamativa a ojos de muchos, pero ni mucho menos la primera. Yendo más atrás, hacia los principios de esa temporada 2012, nos encontramos con un ciclista capaz tanto de terminar en el podio de Omán gracias a un gran rendimiento en el final en alto de Jebal Al Akhdar como de mostrarse entre los diez más fuertes en Harelbeke y Flandes, pese a algún inoportuno pinchazo que ensombreció sus resultados, o de hacer top 10 en Baviera como consecuencia de una más que competente contrarreloj.
De hecho, es difícil encontrar un terreno en el que Gallopin no haya dado muestras de poder brillar. Quizá su mayor obstáculo sea la alta montaña. Con muy buena punta de velocidad, solvente en los adoquines y las cotas, meritorio contrarrelojista, ya en su época junior dio muestras evidentes de su versatilidad al conseguir, en 2006, la medalla de bronce tanto en el Campeonato del Mundo de ruta como en el de contrarreloj. Entre sus otros logros más reseñables de sus primeros años se cuentan la victoria en la París – Tours espoirs (sub-23) y el nacional contra el crono de idéntica categoría.
Su primera gran muesca en la máxima categoría fue el triunfo final en la general de la Copa de Francia en 2011, vistiendo los colores del Cofidis. Unos detalles que le harían dar el salto a Radioshack para el año siguiente. Tras ese interesante 2012, sin grandes resultados pero repleto de actuaciones llamativas, apuntaba más para 2013. Pero persistentes problemas físicos y pequeñas enfermedades le mantuvieron lejos de donde se esperaba hasta la entrada del verano, que celebró con el bronce en el nacional francés de ruta, logrado tras una gran carrera. El Tour no le terminó de sonreír, pero finalmente le ha llegado el momento de mostrar de lo que es capaz en San Sebastián.
No es fácil adivinar hacia dónde se dirige la carrera de Tony Gallopin. Sus cualidades, en principio, parecen enfocarle hacia las pruebas de un día, sean de cotas o de adoquines, y a las pruebas cortas por etapas donde la alta montaña no sea excesiva protagonista. De ahí la mención al otro ciclismo francés, aquel que no se centra en el Tour y las grandes vueltas de tres semanas. Pero da la sensación de ser un ciclista con amplio margen de progresión y posibilidad de objetivos variopintos. De momento, la primera incógnita a desvelar será su equipo para el próximo año, con Lotto – Belisol como nombre destacado entre los rumores.
Pinot, Bardet, ahora Gallopin, esta de moda buscar a la eterna promesa francesa?? este tema ya aburre un poco, hay corredores de otras nacionalidades con mucho más potencial
Tocayo ahora mismo habrá grandes jóvenes de otros países que ya están en lo mas alto pero los franceses tienen en su conjunto el mayor numero de cracks jóvenes es solo cuestión de tiempo que como país sean los mejores, a los antes mencionados también están petit, demare bouhanni couqard gaudin barguil, ellissonde están en casi todos los terrenos quizá lo que mas flojeen sean en crono que solo me suena le bon