Inicio y final intensos con un intermedio decepcionante. Ese sería el resumen más breve que podría hacerse de la 18ª etapa del Tour de Francia, disputada entre Gap y Alpe d’Huez, con doble ascensión incluida al mítico puerto alpino de las 21 curvas. Una jornada que ha finalizado con la esperadísima victoria de un ciclista francés en la presente edición, que tanto se estaba haciendo de rogar. Triunfo que, en semejante escenario, compensa la escasez de los días anteriores. Christophe Riblon (AG2R – La Mondiale) ha sido el gran protagonista, mostrándose como el más fuerte y el que mejor supo administrar sus fuerzas de la fuga del día.

El arranque en el inicial Col de Manse fue muy duro, con constantes ataques y el consecuente ritmo que rápidamente desarboló al equipo Sky y dejó las evidencias del nerviosismo de un Froome que salía a todos los intentos, incluso a aquellos de gente poco importante para la general. Nadie fue capaz de marcharse en el ascenso y hubo de esperarse al tramo posterior para que cuajase la escapada definitiva: Lars Boom (Belkin), Jens Voigt (Radioshack – Leopard), Tejay Van Garderen (BMC), Moreno Moser (Cannondale), Tom Danielson (Garmin – Sharp), Sylvain Chavanel (Omega Pharma – Quick Step), Christophe Riblon (AG2R – La Mondiale), Arnold Jeannesson (FDJ.fr) y Andrey Amador (Movistar).

Rápidamente hicieron hueco gracias a su entendimiento y al parón en el grupo trasero que permitió reestructurarse al equipo del líder. No había nadie que inquietase al Sky, y dejaron hacer. Saxo – Tinkoff, en un desesperado intento al no haber metido a nadie delante, probó un movimiento a dúo con Paulinho y Roche en la siguiente cota de 3ª categoría. Consiguieron marcharse, pero con el grupo de cabeza ya a más de 5 minutos, no tardó en verse que se iban a quedar en un difícil papel, corriendo a la contra y sin objetivo claro.

El Col d’Ornon, coronado a unos 80 de meta, no cambió la situación salvo para proporcionar aún más ventaja a la fuga, que iba a afrontar la primera ascensión a Alpe d’Huez con más de 8 minutos de hueco. Allí, Tejay Van Garderen tardó poco en seleccionar, con Riblon siguiéndole a duras penas, Voigt algo más atrás y Moser haciendo una sorprendente ascensión de menos a más que le acabaría situando junto a los dos de cabeza. Por detrás, ningún movimiento reseñable ante el control de Sky, salvo el de la dupla de Europcar, Rolland y Voeckler, ya en los kilómetros finales de subida, junto a Poels (Vacansoleil – DCM) y Mikel Nieve (Euskaltel), a quienes se uniría antes de la cima Andy Schleck (Radioshack – Leopard) en su primera actitud ofensiva en todo el Tour.

Más daño que la propia ascensión a Alpe d’Huez hizo la breve, e inmediatamente posterior, al Col de Sarenne. El ritmo que empezó a imprimir Movistar, con Rubén Plaza, desgranó rápidamente el grupo de favoritos, con los Belkin como principales afectados ante la crudeza del descarnado asfalto. Ya en la revirada bajada, por delante, además de una pequeña salida de carretera sin consecuencias de Riblon, Van Garderen sufría un inoportuno incidente mecánico que le hacía perder la estela de sus compañeros de fuga. Contador y Kreuziger intentaron poner en jaque al Sky en el descenso y llegaron a distanciarse unos 20 segundos, pero tuvieron que ceder ante el empuje trasero en cuanto la pendiente y las curvas disminuyeron.

Foto: © Sirotti

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Ya en el breve tramo llano antes de afrontar la ascensión definitiva a Alpe d’Huez, Van Garderen volvía a contactar con Riblon y Moser, mientras atrás Movistar tomaba definitivamente la iniciativa imponiendo un duro ritmo que puso a todos en fila. En las rampas iniciales se volvía a repetir la historia: el de BMC volvía a marcharse, con Riblon luchando por no perder del todo su estela y Moser un poco más atrás. En el grupo de favoritos los primeros intentos correspondían a Igor Antón y Alejandro Valverde, pero el ritmo de Richie Porte volvía a poner las cosas en su sitio, hasta el punto de que únicamente Nairo Quintana, Joaquim Rodríguez y, lógicamente, su líder Froome, eran capaces de seguirle.

Ahí llegó el primer momento sorprendente. Rodríguez hizo un ataque al que Quintana poco a poco pudo responder, mientras Froome perdía unos metros que no parecía capaz de recuperar. ¿Primera muestra de debilidad del líder? Por suerte para él ahí estaba su fiel Porte, que volvía a llegar y a poner las cosas en su sitio. Pero el de Katusha y el de Movistar volvían a marcharse mientras el maillot amarillo hacía gestos evidentes hacia su compañero de no ir bien, incluso pidiéndole un gel. 15, 20, 30 segundos; el hueco se abría, mientras por delante los aficionados galos enloquecían al ver a un Riblon crecido que volvía a acercarse a Van Garderen.

Tanto, que a dos kilómetros de meta ya estaba a su rueda y le arrancaba. El de BMC, totalmente vacío, era incapaz de responder. Riblon se sabía vencedor desde ese mismo momento y saboreó cada metro que le quedaba para disfrutar su victoria con gran emoción. Quintana y Purito conseguían abrir más de un minuto sobre Froome -quien además fue sancionado con 20 segundos por avituallamiento indebido- mientras Contador y Kreuziger minimizaban algo sus pérdidas gracias al desfallecimiento del líder, si bien veían como al final del día sus opciones de podio quedaban muy amenazadas en favor de los dos escaladores más fuertes de la jornada. Un día de ciclismo que aún nos deja un Tour abierto en vista de lo que queda por recorrer.

Foto: © Sirotti

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