El banquero e inversor Oleg Tinkov es el prototipo de millonario hecho a sí mismo al que nadie deja indiferente. Su cuenta de Twitter ayer fue un buena muestra de su carácter franco y, en ocasiones, chulesco. Entre las perlas que ayer dejaba, se encontraba la siguiente:

En menos de diez palabras aireaba perfectamente la personalidad que demuestra cada vez que hace un aparición pública, en la que también apostaba sin ningún complejo por la victoria de su estrella, Alberto Contador, en el Tour de Francia. Pero mientras el pinteño se encuentra lejos de ser aquel vencedor de grandes vueltas anterior a la sanción, y ha demostrado hasta ahora encontrarse no sólo por debajo del intocable Froome, sino también de Alejandro Valverde; los hombres de Argos-Shimano pueden presumir en el ecuador de la carrera de haber subido en tres ocasiones ya a lo más alto del podio de la mano de Marcel Kittel. El teutón se ha confirmado hoy, si no lo estaba ya, como miembro de pleno derecho en la selecta élite de la velocidad al superar, en un mano a mano absolutamente limpio e incontestable, al poderoso Mark Cavendish (Omega Pharma – Quick Step) a pesar de que su equipo no pudo llevar la iniciativa en ningún momento maniatados los por galgos de Omega Pharma-Quick Step.

La carrera llegaba a Tours y, como no podía ser de otra manera, la ciudad de acogida de una de las clásicas por antonomasia reservadas para los sprinters sería testigo de un nuevo meta en la que los hombres rápidos tendrían mucho que decir. Los nueve minutos que llegaron a tomar Anthony Delaplace (Sojasun), Juan Antonio Flecha (Vacansoleil – DCM), Francesco Gavazzi (Astana), Romain Sicard (Euskaltel – Euskadi) y Manuele Mori (Lampre – Merida) no inquietaron lo más mínimo a un pelotón que, encabezado en un primer momento por los Sky, a quienes tomaron el testigo como en cada una de las jornadas llanas los hombres de Cavendish, Kittel y André Greipel (Lotto – Belisol), dejaron que éstos fueran mermando sus fuerzas a lo largo de los más de doscientos kilómetros de aventura que les esperaban por delante y del tórrido calor que asola el interior galo en el mes de julio. Sicard fue el primero en sentirlo y quedó descolgado el tras luchado paso por el sprint intermedio, con 50 kilómetros por delante, el el que el cuarteto mantenía poco más de un par de minutos.

Con una hora por delante, el sprint resultaba inamovible. Los gregarios del ‘Big-Three’ mantenían sus posiciones de privilegio en la cabeza del pelotón, escoltados por hombres de Saxo Bank-Tinkoff, Belkin o Sky, que un día más llevaban a sus líderes bien colocados para evitar problemas en forma de caídas. Junto a ellos, unos animosos Orica-GreenEdge también intentaban meter una marcha más buscando las opciones del sudafricano Daryl Impey, maillot amarillo durante la primera semana. No obstante, los aussies desaparecían tras una caída a falta de apenas cuatro kilómetros del hombres que comandaba el grupo. Esa fue la señal que reactivó a unos ‘trenos’ que se habían tomado un pequeño respiro de cara al intenso final.

Tercer triunfo de Kittel en el Tour, quien se está postulando como el mejor de las volattas en esta edición / Foto: AFP

Tercer triunfo de Kittel en el Tour, quien se está postulando como el mejor de las volattas en esta edición / Foto: AFP

Los hombres de Patrick Lefevere fueron los primeros en progresar por el margen derecho de la calzada, poniéndose en primer lugar sin grandes problemas de la mano de Sylvain Chavanel y Michał Kwiatkowski. Cannondale lo intentaba, pero su impulso inicial no pudo ser mantenido como si hicieron los ya conocidos como los ‘gorditos de blanco’, que se encaraban en un mano a mano con el conjunto farmacéutico. Quienes no podían hacerlo eran Greipel y sus gregarios, que se veían envueltos en una durísima caída -ya dentro de la zona de seguridad- que derribó prácticamente a todo su equipos salvo al líder, que de cualquier manera salía trastabillado y perdía toda opción de disputar el triunfo, que se presentaba como un duelo entre los velocistas de Douglas y Arnstadt.

Las dos puntas de lanza se mantuvieron equilibradas hasta el paso por el banderín colorado, donde una heroica remontada de Albert Timmer (Argos – Shimano) daba ventaja a los neerlandeses, e incluso a Peter Sagan (Cannondale) respecto a ‘Cav’ y sus hombres. Sin embargo, éste esfuerzo dejaba sin aire a su compañero John Degenkolb, que en el último relevo tuvo que apartarse antes de tiempo, obligando a Kittel a hacer un sobreesfuerzo para tomar la rueda del manés, que apoyado por Matteo Trentin y Gert Steegmans venía en progresión. La situación era franca para el antiguo campeón mundial, que lanzaba en primera posición su apuesta por la victoria. Pero el ciclista alemán se encuentra en estado de gracia, y pese a haber gastado más supo agarrarse a su rueda y progresar lo suficiente para rebasarle por apenas centímetros y conseguir el triplete por el que muy pocos apostaban en este inicio de carrera. Sagan quedaba una vez más como espectador de lujo de la disputa de la etapa, que no sufría cambios en la general. Tampoco los verá mañana, en el que se repetirá con casi toda seguridad el mismo guión que hoy.